Somos republicanos y liberales, porque creemos en un país cuya máxima autoridad y representatividad pública sea elegida periódicamente por los ciudadanos, porque profesamos el credo de la independencia de los poderes públicos y de la descentralización, porque entendemos que nos hay otra riqueza distinta a la que es fruto del trabajo, porque hacemos nuestro los principios fundamentales de la constitución que defienden la igualdad de las personas ante la ley, los derechos de propiedad y la libre empresa. Porque creemos que el gobierno más eficaz, responsable y sensible es aquel que se encuentra más cerca del pueblo, porque no queremos que nos gobierne ni represente una casta basada en la sucesión, en ideologías caducas ni en los privilegios del poder o en la exclusión de un sector de la población por otro, porque, al fin y al cabo, nos oponemos a cualquier dictadura que enfrente al concepto "República" y no proteja los valores de la familia, la religión, la moral y la ética. Por ello nos proponemos lograr un país de propietarios con un gobierno limitado y una Venezuela que viva con bienestar y libertad.
El ciudadano republicano liberal debe ser íntegro en su comportamiento y actitud hacia sus semejantes. Se debe al interés general, entendiendo este como el bienestar en libertad de todos y cada uno de nuestros conciudadanos. Debemos dejar claro que son nuestros valores, los Valores Republicanos y Liberales, los que nos llevan a luchar por el bien común, porque realmente creemos que la Libertad, la Igualdad y la Justicia no son una utopía sino una forma de vivir. Fomentamos un Sociedad Civil Activa e Ilusionada por mejorar, que los ciudadanos descubran que lo son y comprueben que sólo en ellos reside legítimamente la Soberanía. En esencia Ser Republicano es tomar conciencia de que la Libertad nos pertenece y nadie nos la podrá arrebatar. Siendo libres tenemos posesión de nuestro propio ser, de nuestro trabajo, de nuestras propiedades que son el fruto de nuestro esfuerzo.
Partimos del concepto expresado por Adrián Rogers (1931-2005) cuando afirma que "No se puede establecer la libertad del pobre, sobre la base de dejar sin libertad al rico. Todo lo que una persona recibe sin haber trabajado para obtenerlo, otra persona deberá haber trabajado para ello, pero sin recibirlo. El gobierno no puede entregar nada a alguien, si antes no se lo ha quitado a alguna otra persona. Cuando la mitad de las personas llegan a la conclusión de que ellas no tienen que trabajar porque la otra mitad está obligada a hacerse cargo de ellas, y cuando esta otra mitad se convence de que no vale la pena trabajar porque alguien les quitará lo que han logrado con su esfuerzo, eso, mi querido amigo, es el fin de cualquier Nación. No se puede multiplicar la riqueza dividiéndola".
Las corrientes filosóficas y políticas que nacen en la época de la Ilustración en Francia marcan el camino de los que somos republicanos. Es Rousseau el primer pensador auténticamente democrático de la historia de Europa quien en su obra “El Contrato Social” (1762). Por su parte Montesquieu, partidario del parlamentarismo ingles, en “El Espíritu de las Leyes” (1748), preconizó una nueva estructura del Estado, basada en un equilibrio de poderes.
Y nuestro liberalismo como sistema filosófico, económico y de acción política promueve las libertades civiles y el máximo límite posible al poder coactivo de los gobiernos sobre las personas, nos oponemos a cualquier forma de despotismo y afirmamos el gobierno representativo y la democracia parlamentaria. Defendemos el desarrollo de las libertades individuales y el progreso de la sociedad, así como el establecimiento de un Estado de Derecho, en el que todas las personas, incluyendo a los gobernantes, se sometan al mismo marco mínimo de leyes.
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