Parece que las boinas azules han comenzado a iluminar los pensamientos de libertad.
Un bosque de colores pintaba los terrenos de la UCV. Camisas de todos los tonos, rememorando los matices de cada facultad y compromisos a flor de piel, hacían presagiar que sería una jornada exitosa. Algunos nubarrones de violencia buscaron alterar la convocatoria, pero los universitarios de Venezuela, sin importar diferencias salieron a marchar, no por el presupuesto, sino por la dignidad.
Las autoridades comandaron la marcha, a la cual se unieron los gremios, armados de pancartas e ideas. Además de la gran convocatoria marchaban también los rectores Francisco De Venanzi y Jesús María Bianco, cuya esencia no podía dejar de estar presente en una jornada en la que se reprochaba el abuso que quiere cernirse sobre la autonomía como principio sagrado de la academia.
Vargas, el padre del civilismo venezolano iba también. Junto a ellos caminaban los grandes líderes estudiantiles de todas las épocas, en especial aquellos muchachos que en las jornadas de 1928 y 1957 le anunciaron a los dictadores que lucharían por la democracia.
Cuando la marcha llegó a su fin, las voces lúgubres de la intervención quisieron sabotearla, pero la Rectora, sabiendo que en su lugar estuvieron los hombres que construyeron la libertad, exigió respeto.
El legado de hombres como Pizani y el espíritu de la valiente representación estudiantil una vez caída la dictadura entre quienes estaban Américo Martín, Hilarión Cardozo y Luis Álvarez Domínguez, fue reivindicado. ¡Triunfó la academia!
El día de la marcha, se escuchó un Himno Ucevista compuesto por el profesor Víctor Márquez, en cuyas estrofas se pide que "el azul ucevista ilumine la conciencia que se adormeció". Parece que las boinas azules han comenzado a iluminar los pensamientos de libertad.
luisdalvarezva@hotmail.com
Un bosque de colores pintaba los terrenos de la UCV. Camisas de todos los tonos, rememorando los matices de cada facultad y compromisos a flor de piel, hacían presagiar que sería una jornada exitosa. Algunos nubarrones de violencia buscaron alterar la convocatoria, pero los universitarios de Venezuela, sin importar diferencias salieron a marchar, no por el presupuesto, sino por la dignidad.
Las autoridades comandaron la marcha, a la cual se unieron los gremios, armados de pancartas e ideas. Además de la gran convocatoria marchaban también los rectores Francisco De Venanzi y Jesús María Bianco, cuya esencia no podía dejar de estar presente en una jornada en la que se reprochaba el abuso que quiere cernirse sobre la autonomía como principio sagrado de la academia.
Vargas, el padre del civilismo venezolano iba también. Junto a ellos caminaban los grandes líderes estudiantiles de todas las épocas, en especial aquellos muchachos que en las jornadas de 1928 y 1957 le anunciaron a los dictadores que lucharían por la democracia.
Cuando la marcha llegó a su fin, las voces lúgubres de la intervención quisieron sabotearla, pero la Rectora, sabiendo que en su lugar estuvieron los hombres que construyeron la libertad, exigió respeto.
El legado de hombres como Pizani y el espíritu de la valiente representación estudiantil una vez caída la dictadura entre quienes estaban Américo Martín, Hilarión Cardozo y Luis Álvarez Domínguez, fue reivindicado. ¡Triunfó la academia!
El día de la marcha, se escuchó un Himno Ucevista compuesto por el profesor Víctor Márquez, en cuyas estrofas se pide que "el azul ucevista ilumine la conciencia que se adormeció". Parece que las boinas azules han comenzado a iluminar los pensamientos de libertad.
luisdalvarezva@hotmail.com
ENVIADO A NUESTROS CORREOS RECOMENDANDO PUBLICACIÓN, 01/06/2009
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