Los resultados electorales anunciados por el Consejo Nacional Electoral según su último boletín inserto en internet, con datos actualizados a las 5:00 p.m. del 27 de noviembre de 2.008, demuestran de manera fehaciente que la tan necesaria unidad no se produjo en muchísimos casos lo que arrojo una victoria cualitativa de los factores opositores y disidentes en tan solo cinco (5) estados y en un pírrico alcance en un escaso 10 % de las alcaldías.
Al revisar exhaustivamente dichos datos pudimos comprobar que la inmensa dispersión del voto opositor, que de haberse unido tendríamos por lo menos 12 gobernaciones, un 60% de las alcaldías y un significativo número de legisladores estadales.
Al revisar exhaustivamente dichos datos pudimos comprobar que la inmensa dispersión del voto opositor, que de haberse unido tendríamos por lo menos 12 gobernaciones, un 60% de las alcaldías y un significativo número de legisladores estadales.
Las causales de dicha dispersión podemos ubicarla, en primer lugar, en la pretendida hegemonía de algunas direcciones nacionales que se creyeron con la suficiente fuerza como para derrotar en reducidas alianzas al continuismo gubernamental imponiendo candidaturas que no gozaban del apoyo real de sus comunidades y desechando el apoyo de otros factores que resultaron decisivos y que no sumaron sus votos a los candidatos que resultaron perdedores.
Otra causal, de importante relevancia, fue el que sectores que se sintieron desechados escogieran como camino de su protesta el postular candidatos sin ninguna posibilidad real de triunfo lo que restó un importante volumen de votos decisivos a quienes tenían la posibilidad más alta de triunfar.
Es por ello que desde esta tribuna hacemos un significativo llamado a todos los factores políticos, ya sean estos con ingentes recursos o sin ellos, a dejar de lado toda pretensión hegemónica y propiciar un encuentro que nos incluya a todos pensando más en la colectividad que quiere superar esta indignante situación que en obtener posiciones o prebendas para ganar abrumadoramente en la lucha por evitar el continuismo como para otros eventos electorales que se avecinen.
La subsistencia de la democracia requiere de una autentica unidad, sin odiosas exclusiones. Nuestra tarea en defender los valores republicanos de elecciones para que la representación ciudadana sea elegida periódica y de forma alternativa, para que la independencia de los poderes públicos y de la descentralización sean una realidad, para que el trabajo y la eficiente inversión sean productores de riqueza y trabajos estables respetando la iniciativa individual y los derechos de propiedad, con igualdad de todos ante la ley.
Todo ello lo exigimos pues sabemos que el gobierno más eficaz, responsable y sensible es aquel que se encuentra más cerca del pueblo, porque no queremos que nos gobierne ni represente una casta basada en la sucesión, en ideologías caducas ni en los privilegios del poder o en la exclusión de un sector de la población por otro, porque, al fin y al cabo, nos oponemos a cualquier dictadura que enfrente al concepto "República" y no proteja los valores de la familia, la religión, la moral y la ética. Por ello nos proponemos lograr un país de propietarios con un gobierno limitado y una Venezuela que viva con bienestar y libertad
carlos.padilla.carpa@gmail.com
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