domingo, 24 de agosto de 2008

*ENTREVISTA ARNOLDO JOSÉ GABALDÓN, EX MINISTRO DE AMBIENTE Y EX PRESIDENTE DE LA COPRE


*ENTREVISTA ARNOLDO JOSÉ GABALDÓN, EX MINISTRO DE AMBIENTE Y EX PRESIDENTE DE LA COPRE

"Estamos a las puertas de un renacimiento"

Gabaldón asegura que los venezolanos quieren un proceso que permita perfeccionar y profundizar la democracia (Nicola Rocco)

"No le tengo miedo a su salida (de Chávez), el país está preparado y ha considerado los errores cometidos para no reincidir".

ROBERTO GIUSTI

EL UNIVERSAL

Presidente de la Comisión para la Reforma del Estado entre 1986 y 1989, Arnoldo José Gabaldón no vacila al afirmar que los cambios que se impulsaron desde aquel organismo, aun a pesar de la oposición del gobierno de entonces, han resultado decisivos a la hora de impedir que "este régimen se convierta en una dictadura". Preocupado por la corta memoria de la juventud, Gabaldón se permite recordarnos que la Copre logró la aprobación de las reformas que desembocaron en la elección directa de gobernadores y alcaldes (quebrando las formas burocráticas de construir liderazgos) y en la descentralización política y administrativa, vigente aún a pesar de los esfuerzos por aniquilarla. En esa perspectiva y desde un ángulo un tanto más elevado que el de los políticos profesionales, el ex ministro del Ambiente y profesor de la USB analiza la trascendencia de las elecciones del 23 de noviembre: "Estamos empezando a cosechar el resultado de una incipiente cultura democrática que se estableció durante los últimos 50 años. La gente comprendió que no podía permitir la elección permanente de un presidente, ni que le afectaran la propiedad privada o le impusieran el intervencionismo exacerbado del Estado. Esa manera de enfocar la situación se ha ampliado y va a estar presente a la hora del voto".

-¿De qué sirve que un candidato llegue a ser gobernador si sus atribuciones son confiscadas en beneficio de una autoridad regional designada por el Presidente?

-Los candidatos a gobernadores y alcaldes deben ofrecer soluciones a los problemas específicos de sus electores, pero, sobre todo, deben aferrarse a la descentralización y trabajar por profundizarla. Si no lo hacen estarán muertos porque el propósito del régimen es dejarlos pintados en la pared con las leyes recién aprobadas y especialmente a quienes no gozan de sus simpatías. Así que nada ganarían con una victoria y terminarían convertidos en jarrones chinos si no hacen valer las conquistas de la descentralización.

-¿No le parece necesario que la lucha por consolidar la descentralización disponga de una propuesta coherente y convincente que pueda contraponerse al proyecto de Chávez?

-Estos diez años han permitido, además de rescatar una serie de aspectos sobre los cuales habíamos logrado un consenso nacional, la construcción de estrategias y objetivos mucho más claros sobre el rumbo que debe tomar el país en el momento en que resolvamos el problema Chávez. Por eso no le tengo miedo a su salida (del poder). El país está perfectamente preparado porque tiene conciencia, ha considerado los errores cometidos para no reincidir en ellos y sabe cuál es el camino para marchar hacia una verdadera modernización.

-Hay consenso en el rechazo al proyecto de Chávez, ¿pero existe claridad sobre lo que se quiere, más allá de la simple noción de democracia?

-Los venezolanos no quieren una democracia puramente formal (elección de autoridades cada cierto tiempo, equilibrio de poderes) sino un proceso que permita perfeccionar y profundizar el concepto, en la práctica, de cara a los fenómenos y movimientos sociales. También debe estar claro que necesitamos un sistema de economía de mercado, con respeto a la propiedad privada, libertad de empresa y un Estado democrático con capacidad para intervenir y corregir las desviaciones que se presentan en la economía. Otro aspecto sobre el cual debemos centrarnos es en remediar la grave carencia de la justicia y el Estado de Derecho.

-¿Cree posible que tanto en lo teórico no aplicado como en lo práctico vigente (elección de gobernadores, alcaldes y descentralización), el cuerpo doctrinario elaborado en la Copre se puede contraponer, como alternativa válida al proyecto chavista?

-Es un punto de partida para confrontar, más allá de las 26 leyes, el socialismo del siglo XXI. Claro, ya pasaron veinte años, han ocurrido cambios y se requeriría una actualización del proyecto nacional, como lo llamó Germán Carrera Damas, al señalar que se trataba, a su vez, de una actualización del proyecto nacional del siglo XIX. De todas formas, las líneas fundamentales de la Copre siguen vigentes: reformas en el plano político y descentralización, que está a mitad de camino; el fortalecimiento del Estado de Derecho, cuya necesidad es ahora extrema; la profesionalización de la función pública, actualmente reducida a la grotesca confusión entre la maquinaria administrativa del Estado, del partido que le da sustento al régimen y de sus campañas políticas. Luego está un cuerpo de propuestas para hacer más eficientes las políticas sociales y económicas, así como la educación, la ciencia y la tecnología. Muchas de esas propuestas han sido complementadas con proyectos como el de la lucha contra la pobreza de la UCAB.

-¿Cómo y con quién se conformaron esas propuestas?

-Era un cuerpo muy plural. En la lista de los integrantes de la Copre aparecían, incluso, ministros de este gobierno. Ahí estaban los doctores Maza Zavala, Silva Calderón, Gómez Grillo, Octavio Andrade Delgado, Reinaldo Cervini. Un amplio espectro, conformado por todos los sectores, que daba cuenta de un consenso ubicado más allá de parcialidades políticas y construido luego de cinco años de esfuerzos.

-¿No fue el de la Copre la tentativa de un grupo de hombres que se propuso salvar el sistema político ante una crisis que era inminente?

-Todos los candidatos a la Presidencia en 1983 coincidían en la necesidad de una reforma del Estado porque era evidente la necesidad de un aggiornamento de la estructura política y hacer de la democracia una obra que se construye día a día en tarea conjunta de Estado y sociedad. Pasaron los años y ahora la gente tiene una gran conciencia sobre ese tema. Por eso creo que estamos a las puertas de un renacimiento político, cultural, económico y científico. Si Mariano Picón Salas dijo en 1936 que el siglo XX estaba comenzando ese año en Venezuela, yo diría que el XXI va a comenzar el día en que se rescate la democracia y se inicie una era después de Chávez.

-Ustedes confrontaron problemas para que el gobierno de entonces acogiera las propuestas y las pusiera en práctica. ¿No resulta Chávez un obstáculo, esta vez formidable, para ese renacimiento del cual usted habla?

-Son dos situaciones diferentes. Desde la Copre estábamos ante un sistema político familiarizado con una forma de conducir el país y temeroso de que cualquier alteración desacomodara las reglas de juego. Esa actitud timorata era un escollo.

-¿Era una actitud timorata o la determinación de no entregar cuotas de poder?

-Por supuesto. Aun dentro del concepto de la alternabilidad los presidentes querían mantener la designación de los gobernadores, pero ya existía en el país un consenso tan grande sobre los cambios, que no pudieron impedirlo. La Ley de Elección de Gobernadores, de Alcaldes y la reforma de la Ley del Sufragio fueron aprobadas en 1988. Y como dijo el doctor Ramón J. Velásquez, esas fueron las reformas más importantes del siglo XX. Posiblemente la situación que estamos viviendo, de un régimen que no puede terminar de imponerse como una dictadura, obedece a la creación de los anticuerpos democráticos que le dieron vigor a una sociedad civil que no se deja aplastar.

-Sin embargo, esas reformas no evitaron la eclosión del sistema.

-No pudieron evitarla. El sistema político estaba rebasado por las demandas de la sociedad civil y aunque en su momento nos planteamos la posibilidad de renunciar, llegamos a la conclusión de que debíamos mantener el esfuerzo y cuando vino el proceso electoral del 88 comprometimos a todos los candidatos en la aprobación de esas leyes.

-Pérez no sólo se comprometió, sino que cumplió su palabra.

-Así fue.

-Entonces, ¿que pasó?, ¿llegaron muy tarde las reformas?

-En el período siguiente, enfocado en lo económico, el Gobierno no atendió suficientemente el clamor social y la manifiesta crisis de liderazgo.

-Hasta que la gente se decantó por la salida violenta.

-Por una salida simplista, militar. En nuestra historia e idiosincrasia los militares juegan un papel muy importante porque estuvimos más de cien años bajo sus gobiernos. Hay todavía mucha gente vieja que le transmite a los jóvenes la percepción de que las cosas sólo las arregla un hombre que se imponga a la machimberra. Pero la lección ha sido útil. Por eso viene un renacimiento que traerá consigo la revalorización de las conductas democráticas y la gente será muy estricta al juzgar el comportamiento de los gobiernos que vengan.

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