SIXTO MEDINA ESCRIBIÓ: “UN MODO DESLEAL DE HACER POLÍTICA”
Martes 22 de julio de 2008
Hoy día mucho más, los venezolanos sabemos que la actividad política es una lucha por el poder. En la lucha por el poder el político debe presentar sin ocultar su identidad, sin disfraz ni encubrimiento. Sin embargo, en ocasiones quien busca el poder o ejerce el poder, engaña, alega que no es político para mejor ocultar la condición de político. Se hace de la crítica perjudicial a los políticos. Es un modo desleal, zamarro, irresponsable, inmoral de hacer política. Ese estilo dañoso de hacer política, hablando mal de los políticos da muy buenos dividendos, sobre todo en tiempos de crisis de los partidos, en momentos históricos en que se han debilitado los partidos. Fue el caso venezolano en época pasada y luego antes de la llegada al gobierno del actual presidente de la republica, donde algunos medios de comunicación jugaron un papel en contra de los partidos, propiciando la aparición de partidos antipartidos y de un candidato que logro éxito y tiene inclinación fuerte hacia el ejercicio hegemónico del poder.
El desprestigio de los partidos históricos fue el pedestal sobre el cual construyo su larga hegemonía Juan Vicente Gómez, se puede tener cualquier juicio sobre Gómez, pero lo que nadie puede ignorar son sus dotes excepcionales como político, tanto que fue dueño absoluto del poder durante 27 años. En todo caso, lo que interesa es señalar el ejemplo impresionante del político venezolano que por más tiempo ha ejercido el poder, y que lo hizo censurando sistemáticamente a los partidos y a los políticos, que de paso era una manera de justificar la persecución y las crueldades de las que los hizo victimas.
En el tiempo venezolano de hoy un tema que no se puede eludir es el de la necesidad de construir un sistema de partidos políticos confiable y transparente, que garantice el funcionamiento de una democracia sólida auténticamente pluralista. La dirigencia política, esta obligada a hacer un balance, tiene que asumir la responsabilidad por el balance de la experiencia democrática. El sistema democrático no es responsable de lo que estamos viviendo. Hoy la mayoría de los venezolanos no se siente genuinamente representada por quienes ejercen las mas altas funciones de gobierno, consideran que en Venezuela existe un régimen autoritario, acentuado por el temperamento autocrático de un jefe que imposibilita el funcionamiento de una democracia pluralista
La crisis política que vivimos tiene su causa principal en la destrucción de la confianza. Carecer de partidos y de políticos confiables nos pone en riesgo de estar gestando gobiernos y autoridades igualmente no confiables. La percepción de la ciudadanía, medida en algunas de las encuestas, esta indudablemente condicionada por la imagen de acusaciones cruzadas que proyectan ciertos lideres de las agrupaciones políticas. Seria prudente y positivo que los involucrados en tan lamentable cuadro de posiciones los asumiesen como un llamado a la reflexión. Advertencia demostrada de la conveniencia de que abandonasen cuanto antes sus reiteradas conductas autistas y se preocupasen seriamente por mejorar las reglas de esos comportamientos que, por lo visto, están agotando la paciencia de sus conciudadanos.
Hoy cuando la masa opositora es inmensa y de demostrada combatividad. Cuando los partidos políticos de la oposición están bastante mejor que en años anteriores y donde es obvio han surgido dos que gozan de buena magnitud electoral, el primer aporte esencial que los precandidatos a gobernaciones y alcaldías deben hacer es el reconocimiento de su responsabilidad ante una necesidad: la de proyectar un acuerdo, una política, mas allá del marco electoral. Estamos seguro que así será para que la enorme población tenga confianza y no quede abandonada al pesimismo y al desanimo y muchos menos a la resignación.
sxmed@hotmail.com
Martes 22 de julio de 2008
Hoy día mucho más, los venezolanos sabemos que la actividad política es una lucha por el poder. En la lucha por el poder el político debe presentar sin ocultar su identidad, sin disfraz ni encubrimiento. Sin embargo, en ocasiones quien busca el poder o ejerce el poder, engaña, alega que no es político para mejor ocultar la condición de político. Se hace de la crítica perjudicial a los políticos. Es un modo desleal, zamarro, irresponsable, inmoral de hacer política. Ese estilo dañoso de hacer política, hablando mal de los políticos da muy buenos dividendos, sobre todo en tiempos de crisis de los partidos, en momentos históricos en que se han debilitado los partidos. Fue el caso venezolano en época pasada y luego antes de la llegada al gobierno del actual presidente de la republica, donde algunos medios de comunicación jugaron un papel en contra de los partidos, propiciando la aparición de partidos antipartidos y de un candidato que logro éxito y tiene inclinación fuerte hacia el ejercicio hegemónico del poder.
El desprestigio de los partidos históricos fue el pedestal sobre el cual construyo su larga hegemonía Juan Vicente Gómez, se puede tener cualquier juicio sobre Gómez, pero lo que nadie puede ignorar son sus dotes excepcionales como político, tanto que fue dueño absoluto del poder durante 27 años. En todo caso, lo que interesa es señalar el ejemplo impresionante del político venezolano que por más tiempo ha ejercido el poder, y que lo hizo censurando sistemáticamente a los partidos y a los políticos, que de paso era una manera de justificar la persecución y las crueldades de las que los hizo victimas.
En el tiempo venezolano de hoy un tema que no se puede eludir es el de la necesidad de construir un sistema de partidos políticos confiable y transparente, que garantice el funcionamiento de una democracia sólida auténticamente pluralista. La dirigencia política, esta obligada a hacer un balance, tiene que asumir la responsabilidad por el balance de la experiencia democrática. El sistema democrático no es responsable de lo que estamos viviendo. Hoy la mayoría de los venezolanos no se siente genuinamente representada por quienes ejercen las mas altas funciones de gobierno, consideran que en Venezuela existe un régimen autoritario, acentuado por el temperamento autocrático de un jefe que imposibilita el funcionamiento de una democracia pluralista
La crisis política que vivimos tiene su causa principal en la destrucción de la confianza. Carecer de partidos y de políticos confiables nos pone en riesgo de estar gestando gobiernos y autoridades igualmente no confiables. La percepción de la ciudadanía, medida en algunas de las encuestas, esta indudablemente condicionada por la imagen de acusaciones cruzadas que proyectan ciertos lideres de las agrupaciones políticas. Seria prudente y positivo que los involucrados en tan lamentable cuadro de posiciones los asumiesen como un llamado a la reflexión. Advertencia demostrada de la conveniencia de que abandonasen cuanto antes sus reiteradas conductas autistas y se preocupasen seriamente por mejorar las reglas de esos comportamientos que, por lo visto, están agotando la paciencia de sus conciudadanos.
Hoy cuando la masa opositora es inmensa y de demostrada combatividad. Cuando los partidos políticos de la oposición están bastante mejor que en años anteriores y donde es obvio han surgido dos que gozan de buena magnitud electoral, el primer aporte esencial que los precandidatos a gobernaciones y alcaldías deben hacer es el reconocimiento de su responsabilidad ante una necesidad: la de proyectar un acuerdo, una política, mas allá del marco electoral. Estamos seguro que así será para que la enorme población tenga confianza y no quede abandonada al pesimismo y al desanimo y muchos menos a la resignación.
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