lunes, 12 de mayo de 2008

*VÍCTOR MACHADO ESCRIBE: “EL BOOMERANG”


*VÍCTOR MACHADO ESCRIBE: “EL BOOMERANG”


Cuando un gobierno se entromete en la libre economía del país, creyendo que con ello hará un bien a la población, los resultados siempre serán negativos. Todo lo que haga, por ejemplo, lanzar decretos y leyes a diestra y siniestra para controlar la economía, se le devolverá como un boomerang en nuevos problemas o mayor impacto de los problemas vigentes.

La inflación desmesurada, el desabastecimiento, el desempleo, la baja productividad, la ineficiencia, la baja calidad y los precios inaccesibles de productos y servicios, el bajo poder adquisitivo del trabajador, y muchos otros problemas asociados, SON CONSECUENCIA DE UN SISTEMA ECONÓMICO MANEJADO POR EL GOBIERNO.

Ya los investigadores y expertos en la materia así lo han confirmado. Recientemente un profesor de la Universidad de Harvard lo dijo tajantemente: los gobiernos no deben inmiscuirse en la libre economía.

Todo en Venezuela está diseñado para contar con un pésimo sistema económico. Muchos políticos no creen en esta aseveración, como tampoco creen que este sistema sea la causa de todos los problemas que hoy sufrimos.

La libre economía y la libre iniciativa son los enfoques que realmente logran erradicar la pobreza y otros graves problemas asociados. Son enfoques difíciles de digerir especialmente por muchos servidores públicos quienes escuchan a la gente protestar o quejarse y luego culpan a los capitalistas de ser causantes de los problemas.

Recuerdo, por ejemplo, que en la década de los 70 se divulgó un dato interesante: EUA era capaz de producir alimentos, tanto para autoabastecerse como para exportar, utilizando tan sólo el 3% de la población en los respectivos procesos de producción; en tanto que URSS necesitaba utilizar el 17% de su población ¡sólo para autoabastecerse!

El primer boomerang, creo yo, sucedió en 1973 cuando Rafael Caldera promulgó la ley del trabajo que convirtió a los trabajadores en “humildes sinvergüenzas”. Luego siguieron las leyes contra despidos injustificados, de control de precios, aumentos compulsivos, nacionalización del hierro y del petróleo, etc. Hoy en día la Constitución es el boomerang más fuerte que ha sufrido nuestro país. Ahora los obreros se encargarán de gerenciar a las empresas, pagarse y darse el vuelto en las convenciones colectivas y ¡aumentar la productividad y la eficiencia! Y el capataz vitalicio será Chávez, manejando el país y la economía como si fuera su gran hacienda.

Mientras tanto, la oposición se prepara para ganar gobernaciones y alcaldías, y así gobernar bajo la tutela del capataz de la hacienda.

Afortunadamente, “el boomerang siempre regresa a quien lo lanza”. El pésimo sistema económico que experimentamos será causa fundamental de la caída del régimen. Sólo habrá que seguir soñando con que los futuros líderes políticos, algún día, permitirán que se instituyan la libre economía y la libre iniciativa, como únicos ejes esenciales para el desarrollo integral de una nación.

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