domingo, 11 de mayo de 2008

*EL MINISTERIO DE EDUCACIÓN SUPERIOR CAYÓ EN MASA SOBRE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA PARA INSPECCIONAR TODO: DESDE LOS PLANOS DE PLANTA FÍSICA, PENSA DE ..


(DEL FORO “UNA VENEZUELA POSIBLE”)

Ayer, el Ministerio de Educación Superior cayó en masa sobre la Universidad Católica para inspeccionar todo: desde los planos de planta física, pensa de pre-grado y postgrado, cuentas, evaluaciones, proyectos, rendimientos, etc.
Montones de inspectores revisaron todos los espacios, visitaron todas las oficinas y husmearon en todos los rincones.
Creo que están haciéndolo sobre todas las universidades autónomas y supongo que muy especialmente sobre aquellas donde se manifestó un movimiento opositor.
Tengo entendido (y esto no lo supe por la Católica, sino por otras fuentes) que lo que están pretendiendo es negociar el registro único de universidades y la distribución oficial de la inscripción universitaria con la aceptación de la duplicación de matrícula. Es decir, plantean que las universidades privadas pueden inscribir a quienes quieran estudiar allí siempre y cuando doblen la matrícula con los inscritos oficiales. E imagino que el lomito ofrecido será el subsidio para esa población 'oficial' ingresada a juro.
No sé qué harán las universidades, pero es evidente que aceptar eso será desmejorar la educación superior y someterse a la polarización de la población estudiantil. Los salones de la universidad católica ya están sobre poblados. ¿Cómo podremos enseñar a 100 alumnos en una misma clase? ¿Cómo podrán los espacios físicos (baños, cafetines, jardines) acomodar al doble de la población existente actualmente?
En 1994, acabado de salir de la cárcel por el maleficio de Caldera, el actual presidente dijo en Cuba que su propósito era polarizar Venezuela. Es obvia la intención actual de polarizar al interno las universidades: Que en lugar de luchar contra la opresión del régimen, luchen los jóvenes entre ellos mismos.
Con el mito del diálogo y la tolerancia, imagino que las Universidades irán corriendo la arruga, aceptando las condiciones impuestas, pensando que ya lo atajarán después. Yo temo que después será demasiado tarde y serán propiciados conflictos internos nunca vistos entre nosotros.
He dedicado toda mi vida a la educación, en universidades públicas y privadas. He intentado adaptar mis prácticas docentes a los requerimientos institucionales y estudiantiles; he modificado mis conocimientos y prácticas acorde con los tiempos y las necesidades locales y ha sido mi permanente empeño educar para entender y mejorar nuestro país. Estoy dispuesta al cambio y creo en el poder de la palabra y el entendimiento que ella permite entre los seres humanos.
Pero no me hablen más de 'diálogo' cuando uno de los factores no es democrático ni pretende entendimiento sino doblegación; cuando el diálogo es, si acaso, apenas una negociación agónica por la sobrevivencia.
!Qué diálogo ni qué ocho cuartos! Diálogo hay cuando los factores intervinientes se escuchan unos a otros; cuando comparten las mismas reglas de juego. Aquí lo que hay es inmiscuencia, interferencia, opresión. Me parece bien que 'la sociedad civil presente sus observaciones' sobre el proyecto gubernamental para una educación opresiva, pero no para dialogar, porque el gobierno no escucha, sino para resistir y decir No de una vez por todas!
Advertencia: Lo anterior es exclusiva opinión personal y no representa las instituciones donde trabajo ni al restante de sus miembros
Ruth Capriles

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