domingo, 18 de mayo de 2008

*EDITORIAL DEL ARAGÜEÑO (MARACAY-ESTADO ARAGUA: “LAS LIBERTADES ECONÓMICA Y POLÍTICA”


*EDITORIAL DEL ARAGÜEÑO (MARACAY-ESTADO ARAGUA: “LAS LIBERTADES ECONÓMICA Y POLÍTICA”

Desde hace varios años, distintos informes internacionales sitúan a Venezuela como uno de los países con menor índice de libertad económica a nivel mundial. En contraste a Chile, se le coloca como la nación con mayor libertad en esta materia.

Acompañando a la República Centroafricana, El Congo, Myanmar y Zimbabwe, nuestra nación ocupa los últimos lugares en la lista del estudio "Libertad Económica, Informe anual 2007", producido por Transparencia Internacional. Cuando se le pregunta a un alto funcionario gubernamental del sector económico sobre esta situación, se suele indicar que Venezuela estaría transitando hacia el modelo chino, es decir, una economía que le deja su espacio al mercado y a la propiedad privada, pero con fuertes regulaciones estatales en materia económica.

Sin embargo, es preocupante que nuestro país se mantenga en la categoría que indican estos informes, ya que es prácticamente una verdad absolutamente incuestionable que las naciones que practican la libertad económica, es decir que dejan libremente a sus ciudadanos dedicarse a la producción de riqueza con el menor número de restricciones posibles, son precisamente las que tienen mejores condiciones de vida y bienestar. Por otra parte, estos informes internacionales pueden alejar las inversiones extranjeras, ya que estas corporaciones son muy temerosas respecto al rendimiento de sus capitales. Ya la Cámara Venezolano-Americana ha señalado que las inversiones estadounidenses en nuestro país han disminuido mucho en los últimos años. No obstante, es bueno reconocer que aunque existe un control de cambio, las empresas extranjeras no tienen límite alguno para la repatriación de sus capitales, por lo que en este sentido Cadivi les otorga, sin problemas, los dólares que necesitan.

Las libertades cívicas tienen muchos dolientes en nuestras naciones, pero a la hora de preservar o defender esta libertad en el terreno económico, nos tropezamos con criterios muy conservadores y atrasados. En Venezuela, durante los tiempos de la llamada IV República, se mantuvieron suspendidas las garantías económicas por casi 30 años. Afortunadamente este Gobierno, al cual se le señala como poco apegado a la economía liberal, no ha suprimido esta garantía como se hizo en el pasado.

El asunto es también de orden cultural. No hemos entendido que la libertad económica es consustancial con la libertad política. El desarrollo de ambas libertades asegura un sistema que garantiza la igualdad como valor social. La libertad, como valor individual, no puede estar una cosa enajenada de la otra.

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