martes, 6 de mayo de 2008

*ARMANDO RIBAS ESCRIBE EN FUNDACIÓN ATLAS: “SOCIALISMO Y DEMAGOGIA”


*ARMANDO RIBAS ESCRIBE EN FUNDACIÓN ATLAS: “SOCIALISMO Y DEMAGOGIA”
Fuente: Fundación Atlas .


“Hasta aquí el peor enemigo de la riqueza del país ha sido la riqueza del Fisco”
Juan Bautista Alberdi.

Ya en 1922, en su obra Socialismo, Von Misses sostenía, que el problema con el socialismo era que aun los partidos que supuestamente “se le oponen admiten indirectamente la validez de todo lo esencial del pensamiento socialista”.
La situación al respecto no ha cambiado sino que diría que ha empeorado. Y tanto así que la aparición de sujetos indeseables como el Sr. Chávez en lugar de descalificar como debiera la ideología socialista no hace sino permitir que se avale la misma.
Tanto así que parece haberse aceptado que en América Latina existen dos clases de socialismo. Uno bueno Chile y otro malo Cuba, Venezuela, Ecuador, Nicaragua.

El criterio anterior encierra una falacia, que empieza por ignorar la historia universal, y así como el principio por antonomasia de la ideología socialista. Ella es la que propuso originalmente Rousseau en su ensayo “El Origen de Desigualdades del Hombre”. El origen era la propiedad privada.
En ese mismo sentido se manifestó Karl Marx, en el Manifiesto Comunista. Para el socialismo la propiedad privada es la causa de la explotación y de la alineación.
Aún Edduard Bernsteparte si bien percibió la falacia de las predicciones de Marx, su propuesta fue evitar la revolución y crear el camino al socialismo vía la democracia.
Pero el socialismo sigue siendo la antitesis de la propiedad privada como ya lo había propuesto Marx. El socialismo no ha sido otra cosa que la nueva denominación dada por el Iluminismo a la “demagogia”.

La Social Democracia tal como la concibiera Bernstein. Parte de un supuesto falso.
Así dice Bernstein:

“El socialismo es el heredero legítimo del liberalismo, no hay ningún pensamiento liberal que no pertenezca también a los elementos de las ideas socialistas. Lejos de ser el heredero del liberalismo el socialismo es su antítesis ética, política y económica.
Eticamente porque el liberalismo parte de aceptar la inmutabilidad y la falibilidad de la naturaleza humana, en tanto que el socialismo pretende modificarla creando un hombre nuevo.
Como bien explica Hayek, para el socialismo la libertad es ontológica en tanto que la igualdad es deontológico. O sea que la libertad es un dato en tanto que la igualdad es un mandato.

Esa diferencia sustancial determina en el ámbito de la política, el socialismo determina la concentración del poder, en tanto que el liberalismo, consciente de la naturaleza humana propone un sistema que limite el poder político de los gobernantes que tal como reconociera Locke, los monarcas también eran hombres. De ahí surge la doctrina de la separación de los poderes.
El liberalismo consecuentemente acepta la eticidad de los intereses particulares cuyo reconocimiento jurídico es la defensa de los derechos individuales: a la vida, a la propiedad, y a la búsqueda de la propia felicidad.

Obviamente en el ámbito económico el liberalismo reconoce el derecho de propiedad como el instrumento de la libertad y de la creación de riqueza, en tanto que el socialismo, como antes dijimos la considera el origen de las desigualdades del hombre y la causa de la explotación y de la alienación.
Como muy bien dice Alberdi: “Pero no bastaba reconocer la propiedad como derecho inviolable... El socialismo hipócrita y tímido, que no ha osado desconocer el derecho de propiedad, ha empleado el mismo sofisma atacando el uso y disponibilidad de la propiedad en nombre de la organización del trabajo... El ladrón privado es el más débil de los enemigos que la propiedad reconozca”.
O sea que en la práctica insisto no hay dos socialismos, sino uno verdadero y otro falso.

La legitimidad otorgada por la mayoría no cambia per se la naturaleza depredadora del socialismo. Como bien dijera el Padre Félix Varela: “Jamás lo que es injusto será justo porque muchos lo quieran”.
Y perdónenme una cita más, pero me abruma la mera idea de que el socialismo si es democrático legitima la violación de la propiedad privada.
Sin propiedad privada no hay generación de riqueza posible como ya lo han redescubierto hasta los chinos y los indios.
Así dice: Lord Acton: “El dogma de que el poder absoluto, por la hipótesis de su origen popular, puede ser tan legítimo como la libertad constitucional ha comenzado a enrarecer el ambiente”.

El desconocimiento y la violación de la propiedad privada en nombre de la igualdad implican de hecho el desconocimiento del “derecho del hombre a la búsqueda de la propia felicidad”.
Ese es el principio liminar del liberalismo que es fundamentalmente ético. Y que es la antítesis del supuesto proyecto socialista de hacer la felicidad de todos a través de la igualdad.
El resultado de este proyecto es el reconocimiento del monopolio ético del Estado para justificar la violación de los derechos individuales.


Asimismo puedo decir que la propiedad no sólo se viola, desconociéndola como tal, sino igualmente a través de impuestos extorsivos, y con niveles de gasto público incosteables.
Es esa la situación que enfrenta hoy Europa tal como lo han expresado analistas políticos tales como Darendorf, Paul Johnson y Raymond Aron.
Según Paul Johnson Europa está enferma y en desorden. El proyecto original fue modificado a partir de los ochenta y hoy el socialismo impera y no la supuesta globalización.
Por su parte Raymond Aron señalaba que Europa estaba mistificada por el marxismo.


En América Latina se pretende entonces la falacia del socialismo democrático a partir del éxito chileno.
Se olvida entonces que este no se debió a la irrupción “democrática” en el poder de Salvador Allende que intentó hacer de Chile otra Cuba.
Esta realidad olvidada pretende asimismo explicar el éxito a partir de la democracia que fuera otorgada por Pinochet en un plebiscito abierto, que jamás hizo Fidel Castro. Pero nadie puede intentar siquiera acusarlo de violador de los derechos humanos.
Aun el Papa, olvidando los crímenes por la Revolución de “Patria o Muerte”, ha enviado al cardenal Bertoni a felicitar a los Castro.


El cinismo de la izquierda democrática fue asimismo percibido en la “Cumbre de Río”. Prácticamente se aceptó que Colombia había violado la soberanía de Ecuador y se ignoró la violación de la soberanía de Colombia realizada por Chávez y Correa asociados ideológica y aparentemente políticamente por la FARC.
La libertad no es la independencia, como bien explica el gran Alberdi, y por ello escribió que América del Sur se liberaría el día que se liberara de sus liberadores” .


Está visto que el negocio de llorar por los pobres para alcanzar el poder político, que ya describía Aristóteles como la demagogia o sea la corrupción de la democracia, está vigente.
Así la libertad está perdiendo terreno en nombre del derecho divino de los pueblos.
Como bien señala Thomas Sowel para la izquierda los que se le oponen no sólo están equivocados sino que somos pecadores (SIC).


Y no olvidemos que sólo se crea riqueza cuando se respetan los derechos de propiedad y no cuando se reparte, pues tal como señalara Tocqueville: “Tales son los vicios del sistema que superan la virtud de los que lo practican”. Es decir la corrupción impera en nombre de la democracia.
Y si el socialismo triunfó en Chile con el presidente Lagos fue precisamente porque no modificó el sistema heredado. En otras palabras era socialista de nombre pero no de hecho.
No parecería ser la posición de la Sra. Bachelet que parece ser una socialista verdadera y así está declinando la situación economía chilena, tanto como se percibe en Europa.

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