*ESCRIBE TEODORO PETKOFF EN LA PORTADA DE TAL CUAL (VENEZUELA) EL JUEVES 10 DE ABRIL DE 2008: “CASTIGO PARA ISAÍAS”
L as "confesiones" del "testigo estrella", del hombre cuyos ojos destilaban "sinceridad" (Isaías dixit), han destapado una olla nauseabunda de corrupción y de envilecimiento personal e institucional, prácticamente nunca vista en este país.
Cabe, sin embargo, la pregunta de por qué habríamos de creerle más al Giovanny Vásquez de hoy que al de ayer. A fin de cuentas, se trata de un mitómano, de un suplantador de personalidad, de un estafador, detenido varias veces en Colombia por esa razón, tal como fue denunciado durante los 15 minutos de fama que Isaías le proporcionó al mamarracho que, ahora está clarísimo, él mismo inventó. Pues, exactamente por esa razón, este Vásquez es más creíble que el otro. Porque éste no está sino confirmando lo que ya fue dicho por quienes nunca nos tragamos la novela que puso en órbita ese lamentable y patético personaje que es el ex fiscal.
Además, porque Giovanny Vásquez está ratificando que la denuncia de uno de los ex fiscales del caso, Hernando Contreras –quien hace dos semanas comenzó a levantar la tapa de esta olla, acusando a su ex jefe de haber falsificado las actas de la investigación sobre el asesinato de Anderson– no andaba descaminada.
Pero esto no se puede quedar así. Es imposible que la degradación y el deslave institucional que la "revolución" ha provocado lleguen hasta el punto de esperar el próximo escándalo para que borre éste y pueda Isaías meterse en la guarimba del TSJ con toda tranquilidad. Queremos confiar en que la fiscal Luisa Ortega Díaz va a actuar con probidad para llevar la investigación hasta el fondo y someter a juicio a Isaías Rodríguez por prevaricador, por forjador de documentos públicos, por conspirar para dejar impune un crimen atroz, acusando a otras personas de haberlo cometido.
Esto no se puede quedar así porque la investigación del caso Anderson, dirigida mañosamente por Isaías, ha dejado en el camino dos muertos (Antonio López Castillo y Juan Carlos Sánchez), tres personas condenadas a treinta años de presidio (los hermanos Guevara) y decenas de personas sobre cuya reputación fueron lanzadas toneladas de calumnias e injurias, entre ellas las cuatro que, con base en la "sinceridad" de Vásquez, fueron imputadas como "autores intelectuales", e incluso detenidas durante meses (Nelson Mezerhane, Patricia Poleo, Salvador Romaní y el general Áñez).
Todo eso debe ser revisado a fondo y reparadas las injusticias. Ni con la pena máxima puede pagar Isaías Rodríguez los daños que causó a familias y personas.
Pero, como si fuera poco, Isaías ha lesionado hasta profundidades insondables el entramado institucional venezolano. Es de suponer que ahora en la Asamblea Nacional se cuidarán mucho de colocar a Isaías bajo el paraguas del TSJ. Sería el colmo que en estas guerras intestinas que desgarran al PSUV la facción de los corruptos lograra ese triunfo que sería el de proteger a este corrupto estrella metiéndolo en el burladero del TSJ. Es ante otro tipo de tribunal donde debe ir a parar Isaías Rodríguez. Es un delincuente y como tal, debe ser llevado a juicio.
© 2008. Editorial la Mosca Analfabeta C.A. Todos Los Derechos Reservados
L as "confesiones" del "testigo estrella", del hombre cuyos ojos destilaban "sinceridad" (Isaías dixit), han destapado una olla nauseabunda de corrupción y de envilecimiento personal e institucional, prácticamente nunca vista en este país.
Cabe, sin embargo, la pregunta de por qué habríamos de creerle más al Giovanny Vásquez de hoy que al de ayer. A fin de cuentas, se trata de un mitómano, de un suplantador de personalidad, de un estafador, detenido varias veces en Colombia por esa razón, tal como fue denunciado durante los 15 minutos de fama que Isaías le proporcionó al mamarracho que, ahora está clarísimo, él mismo inventó. Pues, exactamente por esa razón, este Vásquez es más creíble que el otro. Porque éste no está sino confirmando lo que ya fue dicho por quienes nunca nos tragamos la novela que puso en órbita ese lamentable y patético personaje que es el ex fiscal.
Además, porque Giovanny Vásquez está ratificando que la denuncia de uno de los ex fiscales del caso, Hernando Contreras –quien hace dos semanas comenzó a levantar la tapa de esta olla, acusando a su ex jefe de haber falsificado las actas de la investigación sobre el asesinato de Anderson– no andaba descaminada.
Pero esto no se puede quedar así. Es imposible que la degradación y el deslave institucional que la "revolución" ha provocado lleguen hasta el punto de esperar el próximo escándalo para que borre éste y pueda Isaías meterse en la guarimba del TSJ con toda tranquilidad. Queremos confiar en que la fiscal Luisa Ortega Díaz va a actuar con probidad para llevar la investigación hasta el fondo y someter a juicio a Isaías Rodríguez por prevaricador, por forjador de documentos públicos, por conspirar para dejar impune un crimen atroz, acusando a otras personas de haberlo cometido.
Esto no se puede quedar así porque la investigación del caso Anderson, dirigida mañosamente por Isaías, ha dejado en el camino dos muertos (Antonio López Castillo y Juan Carlos Sánchez), tres personas condenadas a treinta años de presidio (los hermanos Guevara) y decenas de personas sobre cuya reputación fueron lanzadas toneladas de calumnias e injurias, entre ellas las cuatro que, con base en la "sinceridad" de Vásquez, fueron imputadas como "autores intelectuales", e incluso detenidas durante meses (Nelson Mezerhane, Patricia Poleo, Salvador Romaní y el general Áñez).
Todo eso debe ser revisado a fondo y reparadas las injusticias. Ni con la pena máxima puede pagar Isaías Rodríguez los daños que causó a familias y personas.
Pero, como si fuera poco, Isaías ha lesionado hasta profundidades insondables el entramado institucional venezolano. Es de suponer que ahora en la Asamblea Nacional se cuidarán mucho de colocar a Isaías bajo el paraguas del TSJ. Sería el colmo que en estas guerras intestinas que desgarran al PSUV la facción de los corruptos lograra ese triunfo que sería el de proteger a este corrupto estrella metiéndolo en el burladero del TSJ. Es ante otro tipo de tribunal donde debe ir a parar Isaías Rodríguez. Es un delincuente y como tal, debe ser llevado a juicio.
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