viernes, 29 de febrero de 2008

*RAÚL AMIEL ESCRIBE PARA LA RED: “TOMÁS LANDER, PATRIARCA DEL LIBERALISMO VENEZOLANO.”


*RAÚL AMIEL ESCRIBE PARA LA RED: “TOMÁS LANDER, PATRIARCA DEL LIBERALISMO VENEZOLANO.”

El siguiente párrafo es un fragmento de un artículo editorial, publicado por Tomás Lander en el diario El Venezolano en 1822:

La libertad, ha sido por cerca de doce años el objeto de nuestros afanes. Libertad e Independencia ha sido nuestra divisa, porque la Libertad no puede existir sin la Independencia, aunque bien podemos ser ndependientes sin ser libres.

Mil combates gloriosos, sacrificios sin número de nuestra parte, crueldades inauditas por parte de nuestros enemigos nos han puesto en posesión de nuestros derechos; somos en fin, independientes, porque la independencia es el fruto de la fuerza y el valor.
Si las mismas causas que producen la independencia de los pueblos produjeran también su libertad, podríamos gloriarnos de ser independientes y libres. Más, por desgracia, la libertad civil no la dan las victorias, ni estriba en las constituciones y reglamentos, sino en el carácter de los hombres, en sus virtudes, en sus costumbres, en su ilustración; "la Libertad está en los espíritus y no en los escritos". Es pues, un delirio político querer hacerla depender de un cuaderno en el que señala a los hombres la extensión de sus derechos y deberes.

Un pueblo como el nuestro, nacido, educado y envejecido en la tiranía, -sea esta autocrática o de partidos, subrayado mío- no pude pasar repentinamente al goce de la Libertad porque es preciso conocerla para poder apreciarla y defenderla. El hábito de la servidumbre -mismo que estamos inculcando día a día con la dádiva social, subrayado mío- hace a los hombres indiferentes a su suerte hasta el punto vergonzoso, de considerar como una penosa tarea el velar sobre sus derechos. Así es, que la Tiranía disfrazada con traje de Libertad, bajo las formas más halagüeñas y seductoras, pasa de unas manos a otras sin que cambie por eso la situación humillante de los pueblos.

El vicio no está, Sin embargo, en los que mandan, sino en los que obedecen; porque la tendencia natural de los gobiernos es el exceso de poder. Pero la resistencia a ello, está en la razón de sus virtudes y de sus luces, no en sus fuerzas físicas.

Las voces República y Libertad han llegado a ser sinónimas entre de nosotros a fuerza de pronunciarlas juntas. Estas dos ideas están tan asociadas en nuestro entendimiento como las de Libertad e Independencia de que hemos hablado, son, sin embargo, cosas muy distintas; porque las Repúblicas pueden ser despóticas o libres del mismo modo que las Monarquías. Una confusión de ideas sobres estas materias no puede producir sino males.

Bajo todas las formas de gobierno se puede gozar de Libertad y bajo todas se puede sufrir la Tiranía, así, es preciso que no nos deslumbre la palabra República; reza un principio establecido por los primeros legisladores del mundo: Que no todas las buenas constituciones son aparentes para todos los pueblos.

También bajo todas las formas de gobierno se puede gozar de libertad y comodidades, siempre que la constitución sea conforme con el genio de las gentes y combine los escollos de la Libertad con los peligros de Despotismo. Basta un ejemplo: Los Norteamericanos han sido libres bajo el gobierno Republicano y bajo el mismo han sido esclavos los Venecianos, los Genoveses y los Florentinos.

La forma de gobierno por sí sola, repetimos, no constituye la Libertad, sino el grado de virtud e ilustración de los individuos que forman la sociedad y la combinación feliz que establece la constitución entre los diferentes ramos de la administración. Cada pueblo tiene aquel gobierno que es compatible con su ilustración y su carácter, con su energía y sus costumbres.

Los americanos todos preferimos decididamente la forma republicana. Los que son esclavos no tienen que quejarse de sus tiranos sino de su propia ignorancia, de su debilidad y de sus vicios.

Hay principios fundamentales que convienen a toda constitución libre ya sea monárquica o republicana y que si no se practican es inútil pensar en Libertad Civil; tales son las siguientes:

1. Que los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial estén separados e independientes entre sí.
2. Que los Ministros sean responsables a la Nación y no a la persona que ejerza el poder.
3. Que los Jueces sean vitalicios y no puedan ser removidos, para que no teniendo que esperar ni que temer del gobierno, administren justicia con rectitud.
4. Que los Juicios sean público y con jurado. (año 1822)
5. Que la Imprenta sea libre para que censure y aplauda con imparcialidad tanto a magistrados como a ciudadanos.
6. Que ningún ciudadano pueda ser arrestado Sin que se le haga saber la causa de su prisión y se le juzgue dentro del término señalado por la ley.
Un gobierno cuyas verdaderas bases sean éstas, sea cual fuere el nombre que lleve, será un Gobierno Libre. El que no esté fundado en estos principios será despótico y arbitrario, aunque veamos escritas las palabras República y Libertad en la constitución, en las leyes, en las calles y en las plazas públicas.

Nosotros empezaremos a ser libres cuando estemos instruidos en nuestros deberes y nuestros derechos; para instruirnos necesitamos saber leer y después adquirir gusto por la lectura, debemos pues poner énfasis en las escuelas en toda la extensión de la república. Escuelas limpias y dotadas, con buenos maestros, formar el espíritu público dando una educación moral y patriótica a nuestra juventud. Cuando hayamos vencido estos inconvenientes podremos lisonjearnos que estamos en aptitud de ser libres. Mientras tanto viviremos en aquella condición lamentable de la servidumbre, que sufre a la sombra de las constituciones cuyos principios son libres en teoría y tiránicos en la práctica.

Si convenimos pues que la piedra fundamental del templo de la Libertad es la educación y que sin ella el edificio de la República está sobre arenas y no podrá sostenerse, ¿que razón podrá darse por no haber diseminado aquella enseñanza en todo el territorio? ¿No autoriza la ley sobre escuelas al Poder Ejecutivo para que las mande a establecer en todas las ciudades del territorio?... Ya oigo al Congreso preguntando a los encargados de la ejecución de las leyes: ¿Qué habéis hecho para cumplir éstas?.


Seguramente no podrán contestar que han carecido de medios para llevarla a cabo, pues con la mitad de lo que se ha consumido en fiestas, bailes, iluminaciones y salvas que sólo han servido para insultar a la miseria pública, podría haberse hecho venir a algunos maestros de Europa con todos los útiles que se necesitan para realizar tan útil proyecto.

Cualquier parecido con nuestra actual realidad, suplico lo disculpen. Pero recuerden, esto fue escrito en el año 1822.

En Tomas Lander ésta fue una constante en su vida que le valió el bien merecido título de Patriarca del liberalismo venezolano, representado circunstancialmente por Antonio Leocadio Guzmán. Esto, y sus años de servicio al lado del Libertador aunado a su incansable espíritu de lucha y de defensa de la igualdad ciudadana, le hizo ganar el honroso título de Ciudadano Eminente, con derecho a descansar para siempre al lado de nuestros próceres en el Panteón Nacional a la mano derecha de nuestro Libertador, su gran héroe, aún habiéndolo adversado en el campo de las ideas después de 1826.
Saludos Libertarios.

Raúl Amiel

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