*CASTRO LE DEJA EL CAMINO LIBRE A RAÚL
Cuba
El comandante Fidel Castro tuvo una de sus últimas apariciones públicas el 9 de junio de 2006. A finales de julio le traspasó sus poderes a su hermano Raúl (EFE)
Los cubanos esperan reformas que permitan una apertura política
La Habana.- "¿Que Fidel renunció?, imposible, ¡renunció el comandante en jefe!", exclamó Dayron Clavellón, quien como muchos cubanos quedó impactado ante el anuncio de Fidel Castro de no aceptar un nuevo mandato presidencial tras regir durante casi medio siglo la vida en la isla.
"Sabíamos que esto iba a suceder algún día, y ahora que es una realidad, es impactante", dijo afligido Clavellón, un modelo de 20 años tras pasar con amigos una larga noche bohemia en el Malecón de La Habana, y enterarse de la noticia, relató AFP.
"¡Renunció Fidel, carajo!... !le vamos a echar de menos!", comentó Dubael César, músico de 27 años, quien considera sin embargo que tras la renuncia del líder cubano "todo quedará igual" en Cuba.
La noticia de la renuncia de Castro, de 81 años y convaleciente hace 19 meses de una crisis de salud, fue plasmada en primera plana en los diarios Granma -órgano del Partido Comunista- y Juventud Rebelde, y leído en la radio y televisión locales, que también divulgaron opiniones de cubanos.
"A mis entrañables compatriotas les comunico que no aspiraré ni aceptaré -repito- no aspiraré ni aceptaré el cargo de presidente del Consejo de Estado y comandante en jefe", dijo en un mensaje fechado el lunes.
En medio de sus dificultades cotidianas, muchos cubanos han minimizado la trascendencia de la sesión del Parlamento que definirá el domingo la cúpula de Gobierno para los próximos cinco años, y sólo hablan de los cambios prometidos por Raúl Castro.
"La cosa está mala y estamos pidiendo cambios a gritos; medidas sabias, de rápido impacto y sin preámbulos", comentó Aída, una ingeniera de 42 años que vende café "por la izquierda" (mercado negro) para ayudar a mantener a su familia.
"La gente quiere ver mejoras. Hay que acabar de resolver los problemas (transporte, alimentación y vivienda). ¿Cómo? No sé", dice a regañadientes Nadia Gómez, en la céntrica avenida Línea de La Habana.
Pero para Pablo Guzmán, un taxista ilegal de 22 años, "los cambios ya comenzaron hace tiempo" con Raúl, que asumió el mando provisional de Cuba el 31 de julio de 2006 por la enfermedad de Fidel.
"La gente habla más abiertamente de los problemas, la prensa también los aborda, incluso los de la salud y la educación -emblemas de la revolución-, y esto ya es un cambio", afirma.
El reclamo alcanza a todos los sectores de la sociedad cubana. Y es que los cubanos se enfrentan a varias realidades dentro de su entorno: los verdaderos problemas económicos y el político que luchará por erradicar los males, ya denunciados por Fidel, que han debilitado la Revolución Cubana.
Castro deja Cuba en manos de un equipo de líderes comprometidos con el proyecto socialista que él levantó a sólo 150 kilómetros de su enemigo EEUU, al que acusa de tramar más de 600 planes para asesinarlo.
Los cubanos, habituados a su ausencia de un año y medio, se asomaron con calma e incertidumbre al futuro sin el comandante que los ha gobernado desde la Revolución de 1959.
"Nadie es eterno. Él es la máxima figura en Cuba, pero tiene que darle paso a otras generaciones", comentó un residente de La Habana. Ayer, quizá, los cubanos se hicieron su mayor pregunta: "¿qué viene ahora?".
Para EEUU, liberar a los presos políticos sería el "primer paso" en el camino de los cambios.
Cuba
El comandante Fidel Castro tuvo una de sus últimas apariciones públicas el 9 de junio de 2006. A finales de julio le traspasó sus poderes a su hermano Raúl (EFE)
Los cubanos esperan reformas que permitan una apertura política
La Habana.- "¿Que Fidel renunció?, imposible, ¡renunció el comandante en jefe!", exclamó Dayron Clavellón, quien como muchos cubanos quedó impactado ante el anuncio de Fidel Castro de no aceptar un nuevo mandato presidencial tras regir durante casi medio siglo la vida en la isla.
"Sabíamos que esto iba a suceder algún día, y ahora que es una realidad, es impactante", dijo afligido Clavellón, un modelo de 20 años tras pasar con amigos una larga noche bohemia en el Malecón de La Habana, y enterarse de la noticia, relató AFP.
"¡Renunció Fidel, carajo!... !le vamos a echar de menos!", comentó Dubael César, músico de 27 años, quien considera sin embargo que tras la renuncia del líder cubano "todo quedará igual" en Cuba.
La noticia de la renuncia de Castro, de 81 años y convaleciente hace 19 meses de una crisis de salud, fue plasmada en primera plana en los diarios Granma -órgano del Partido Comunista- y Juventud Rebelde, y leído en la radio y televisión locales, que también divulgaron opiniones de cubanos.
"A mis entrañables compatriotas les comunico que no aspiraré ni aceptaré -repito- no aspiraré ni aceptaré el cargo de presidente del Consejo de Estado y comandante en jefe", dijo en un mensaje fechado el lunes.
En medio de sus dificultades cotidianas, muchos cubanos han minimizado la trascendencia de la sesión del Parlamento que definirá el domingo la cúpula de Gobierno para los próximos cinco años, y sólo hablan de los cambios prometidos por Raúl Castro.
"La cosa está mala y estamos pidiendo cambios a gritos; medidas sabias, de rápido impacto y sin preámbulos", comentó Aída, una ingeniera de 42 años que vende café "por la izquierda" (mercado negro) para ayudar a mantener a su familia.
"La gente quiere ver mejoras. Hay que acabar de resolver los problemas (transporte, alimentación y vivienda). ¿Cómo? No sé", dice a regañadientes Nadia Gómez, en la céntrica avenida Línea de La Habana.
Pero para Pablo Guzmán, un taxista ilegal de 22 años, "los cambios ya comenzaron hace tiempo" con Raúl, que asumió el mando provisional de Cuba el 31 de julio de 2006 por la enfermedad de Fidel.
"La gente habla más abiertamente de los problemas, la prensa también los aborda, incluso los de la salud y la educación -emblemas de la revolución-, y esto ya es un cambio", afirma.
El reclamo alcanza a todos los sectores de la sociedad cubana. Y es que los cubanos se enfrentan a varias realidades dentro de su entorno: los verdaderos problemas económicos y el político que luchará por erradicar los males, ya denunciados por Fidel, que han debilitado la Revolución Cubana.
Castro deja Cuba en manos de un equipo de líderes comprometidos con el proyecto socialista que él levantó a sólo 150 kilómetros de su enemigo EEUU, al que acusa de tramar más de 600 planes para asesinarlo.
Los cubanos, habituados a su ausencia de un año y medio, se asomaron con calma e incertidumbre al futuro sin el comandante que los ha gobernado desde la Revolución de 1959.
"Nadie es eterno. Él es la máxima figura en Cuba, pero tiene que darle paso a otras generaciones", comentó un residente de La Habana. Ayer, quizá, los cubanos se hicieron su mayor pregunta: "¿qué viene ahora?".
Para EEUU, liberar a los presos políticos sería el "primer paso" en el camino de los cambios.
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