*IVÁN OLAIZOLA D’ALESSANDRO ESCRIBE EN SU PARANINFO: “MUY EN SERIO”
"El teniente coronel ha perdido totalmente la noción de la realidad. Esta viviendo en un mundo imaginario construido por sus propias dolencias patológicas y aupado por personas y grupos con oscuros intereses. Esa relación líder-pueblo, especie de empatía o magia comunicacional entre él y “su pueblo”, se ha vendido desmoronando al punto que su popularidad y credibilidad y la esperanza que él había despertado están desapareciendo."
La inteligencia y la cordura solventaron lo del Caldas; la ignorancia y la insensatez pueden convertir a Enmanuel en una pesadilla.
Hacer crítica a la gestión de un alto funcionario de una administración, más si se trata del primer magistrado de la nación, debe ser una actividad sería y responsable ya que se supone que esa crítica será tomada en cuenta por el funcionario criticado, no importa que la misma sea luego desestimada por diferentes causas y motivos.
La inteligencia y la cordura solventaron lo del Caldas; la ignorancia y la insensatez pueden convertir a Enmanuel en una pesadilla.
Hacer crítica a la gestión de un alto funcionario de una administración, más si se trata del primer magistrado de la nación, debe ser una actividad sería y responsable ya que se supone que esa crítica será tomada en cuenta por el funcionario criticado, no importa que la misma sea luego desestimada por diferentes causas y motivos.
En el caso actual se ha sido crítico de la gestión del teniente coronel desde el mismo momento que asumió su cargo. En realidad lo hemos sido desde que irrumpió en la escena nacional cuando intentó derrocar a un gobierno democrático con el fallido golpe de estado del 4F del 92.
Al comienzo usamos esta columna para hacer la crítica en el tono y nivel que debía ser de acuerdo a la importancia del cargo del personaje que se criticaba, tal como debe ser en una democracia. Al poco tiempo nos dimos cuenta que la actuación y compostura del teniente coronel como gobernante distaba mucho de la ortodoxia de lo que debe ser un jefe de Estado y de gobierno. El trato de él hacia la disidencia, hacia la oposición, hacia la crítica reflejaba su total desprecio por la misma; y la burla, la descalificación o el desprecio eran la única respuesta. Eso hizo que muchos críticos, entre ellos yo, optaran por buscar otros estilos para hacer la critica pública de los dislates del teniente coronel. Pero creo que dada la gravedad de la situación ha llegado el momento de enseriar la crítica con respecto a las últimas actuaciones del personaje, indiferentemente de cómo sea la respuesta.
Las actuaciones del teniente coronel han llegado a tal punto que sin ser profetas del desastre parece que en cualquier momento se pueda desencadenar un conflicto de pronósticos impredecibles.
La inseguridad, el desempleo formal y la desaparición de puestos de trabajo por cierre de empresas, el alto costo de la vida, el deterioro del salario, la alta inflación, la escasez de alimentos y productos de primera necesidad, el deterioro de la vialidad nacional, la basura, la aparición de viejas endemias, las deficiencias en el sistema de salud y de educación, la falta de viviendas, la alta corrupción, la desidia e ineficacia del aparato burocrático del Estado y el exceso de politización de todos los entes y servicios de la administración pública, el fracaso de muchas de las misiones y el deterioro visible de nuestra principal industria y más importante fuente de ingreso, PDVSA, situaciones por cierto señaladas, muchas de ellas, por el propio teniente coronel en su novena presentación de memoria y cuenta ante la Asamblea Nacional tratando de aparecer como simple denunciante y no responsable de una situación que él y solo él ha creado, en lo que podría conocerse como el mayor acto de cinismo e irresponsabilidad de jefe de Estado alguno están generando un clima de inestabilidad política y social en el país.
Si a ello se le agrega el uso irracional e irresponsable de los recursos del Estado para hacer proselitismo internacional y entrometerse en los asuntos internos de otros países con la intensión de expandir su llamada revolución socialista, sus posturas de apoyo a todos los líderes y gobiernos de corte totalitarios y dictatoriales y más recientemente su solidaridad con grupos terroristas, en especial con los que operan en la vecina Colombia, hacen presumir que en cualquier momento puede pasar algo grave y peligroso en el país. Tanto otro 27 de febrero como una posible conflagración internacional pueden ser eventos, no deseados pero probables, que puedan ocurrir en cualquier momento.
Las actuaciones del teniente coronel han llegado a tal punto que sin ser profetas del desastre parece que en cualquier momento se pueda desencadenar un conflicto de pronósticos impredecibles.
La inseguridad, el desempleo formal y la desaparición de puestos de trabajo por cierre de empresas, el alto costo de la vida, el deterioro del salario, la alta inflación, la escasez de alimentos y productos de primera necesidad, el deterioro de la vialidad nacional, la basura, la aparición de viejas endemias, las deficiencias en el sistema de salud y de educación, la falta de viviendas, la alta corrupción, la desidia e ineficacia del aparato burocrático del Estado y el exceso de politización de todos los entes y servicios de la administración pública, el fracaso de muchas de las misiones y el deterioro visible de nuestra principal industria y más importante fuente de ingreso, PDVSA, situaciones por cierto señaladas, muchas de ellas, por el propio teniente coronel en su novena presentación de memoria y cuenta ante la Asamblea Nacional tratando de aparecer como simple denunciante y no responsable de una situación que él y solo él ha creado, en lo que podría conocerse como el mayor acto de cinismo e irresponsabilidad de jefe de Estado alguno están generando un clima de inestabilidad política y social en el país.
Si a ello se le agrega el uso irracional e irresponsable de los recursos del Estado para hacer proselitismo internacional y entrometerse en los asuntos internos de otros países con la intensión de expandir su llamada revolución socialista, sus posturas de apoyo a todos los líderes y gobiernos de corte totalitarios y dictatoriales y más recientemente su solidaridad con grupos terroristas, en especial con los que operan en la vecina Colombia, hacen presumir que en cualquier momento puede pasar algo grave y peligroso en el país. Tanto otro 27 de febrero como una posible conflagración internacional pueden ser eventos, no deseados pero probables, que puedan ocurrir en cualquier momento.
El teniente coronel ha perdido totalmente la noción de la realidad. Esta viviendo en un mundo imaginario construido por sus propias dolencias patológicas y aupado por personas y grupos con oscuros intereses. Esa relación líder-pueblo, especie de empatía o magia comunicacional entre él y “su pueblo”, se ha vendido desmoronando al punto que su popularidad y credibilidad y la esperanza que él había despertado están desapareciendo.
Ya la mayoría de lo sectores populares que estaban ligados a él y lo excusaban de sus penurias, han dejado de pensar que los responsables eran los ministros, gobernadores, alcaldes, oposición o imperio y que el verdadero culpable es el propio presidente.
No más “Chávez, con hambre y sin empleo contigo me resteo”. Lo de “patria, socialismo o muerte” ha quedado solo para unos pocos militares y dirigentes que están disfrutando de las bondades del poder. La paciencia de todos los actores, internos y externos, se esta agotando. Tanto el pueblo como muchos gobernantes se están arrechando. En cualquier momento puede suceder algo no deseado.
Alguien con tanto poder y tantos recursos es sumamente peligroso si no se ejerce algún tipo de control sobre él. Por eso, “muy en serio”, la propia dirigencia del llamado proceso, los mas allegados al teniente coronel, los que han creído sinceramente en un cambio, los miembros de la Fuerza Armada Nacional, los integrantes de los poderes públicos, la disidencia y oposición en fin el país todo y porqué no, la comunidad internacional, deben ir pensando seriamente en buscar una salida democrática y constitucional a esta situación antes de que sea demasiado tarde. Es mucho lo que esta en juego. Es por la salud de la república y del continente.
No más “Chávez, con hambre y sin empleo contigo me resteo”. Lo de “patria, socialismo o muerte” ha quedado solo para unos pocos militares y dirigentes que están disfrutando de las bondades del poder. La paciencia de todos los actores, internos y externos, se esta agotando. Tanto el pueblo como muchos gobernantes se están arrechando. En cualquier momento puede suceder algo no deseado.
Alguien con tanto poder y tantos recursos es sumamente peligroso si no se ejerce algún tipo de control sobre él. Por eso, “muy en serio”, la propia dirigencia del llamado proceso, los mas allegados al teniente coronel, los que han creído sinceramente en un cambio, los miembros de la Fuerza Armada Nacional, los integrantes de los poderes públicos, la disidencia y oposición en fin el país todo y porqué no, la comunidad internacional, deben ir pensando seriamente en buscar una salida democrática y constitucional a esta situación antes de que sea demasiado tarde. Es mucho lo que esta en juego. Es por la salud de la república y del continente.
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