*EMETERIO GÓMEZ ESCRIBE PARA EL UNIVERSAL: “KANT, LA MORAL Y LA CRISIS”
No hay nada ni en la conciencia ni en la Razón que nos imponga una ética
Arranca el 2008, año en el que finalmente derrotaremos a Chávez. No por golpes o guarimbas, sino por la insensatez de su Proyecto Comunista. Y es hasta posible que Hugo siga en Miraflores en enero del 2009, pero es obvio que si ese Proyecto es bloqueado, él ya no podrá gobernar. Caerá, no porque nadie lo tumbe, sino por una impactante autorrenuncia. Y hasta cabría pensar en mantenerlo en la Presidencia unos dos años más; lo suficiente para que por fin quede claro que el Comunismo es una utopía inviable y su soporte intelectual, el marxismo, una visión infantil del mundo.
Era obviamente un chiste malo; Chávez no se mantendrá en el poder mucho más allá de este año, ¡así que mejor es acelerar los preparativos para el poschavismo! A todos los niveles, incluida una reflexión sobre la moral y lo endeble de la condición humana. Impulsaremos esa discusión en varias universidades -seis, por ahora- y con mucha modestia la ofrecemos a todo el país.
Mi punto de partida es Kant. Siguiendo a Karl Jaspers, asumo tres grandes fundadores del pensamiento occidental: Platón, San Agustín y Kant. Cada uno de ellos, superación radical del anterior. Porque no se trata -¡hay que decirlo!- de enseñar filosofía como a veces se la enseña, explicando cada filósofo como si lo esencial de sus ideas no hubiese sido superado por sus sucesores. Como si de verdad fuese cierta aquella famosa frase infeliz: que "toda la filosofía occidental son notas al pie de página de las obras de Platón". Como si se tratara, además, de aprenderse lo que cada uno de ellos dijo y no de entender -¡o medio entender!- lo que significa ser humano.
Kant es mi punto de partida, ¡porque él desmonta lo básico de toda la filosofía anterior! Carece de sentido -repito- seguir estudiando Platón como si su pensamiento y el de Kant fuesen paralelos, como si éste no hubiese anulado lo fundamental de aquél. Mi referente es Kant, además, porque habiéndose evidenciado después de él el fracaso indudable de lo esencial de su filosofía, habiendo Nietzsche y Heidegger mostrado ese fracaso, quedaba claro que la Humanidad confronta una dramática crisis intelectual, amén de moral; una dolorosa incapacidad para entender lo humano.
Pero, ¿qué es lo esencial de Kant? Sin duda, la pretensión de encontrar en el hombre -y en su pensamiento racional, en la Razón- los fundamentos de la ética: una Ley Moral que sería al mismo tiempo libre y necesaria, optativa y obligatoria. El absurdo total: ¡un deber ser racional! Una tesis cuya única falla fue ubicarla en la Razón y no en la Religión; y con la cual Kant estaba sin duda inaugurando una época en la evolución del pensamiento. Una época muy breve, pero una época al fin. Antes de él, la filosofía había instalado los fundamentos de la moral fuera del hombre: en el topos urano, el motor inmóvil, la naturaleza o la sociedad. Para cuando Kant escribe ya era obvio que todos estos presuntos cimientos externos de la ética eran endebles. Él intenta fundarla en la Razón... y fracasa.
Cien años más tarde termina la Era Kantiana al ponerse en evidencia que la Ley Moral carece de sentido, ¡que no hay nada ni en la conciencia ni en la Razón que nos imponga una ética! La brevísima ilusión kantiana había terminado y la Humanidad afrontaba una profunda crisis. En el 2008 -en seis universidades y donde quiera que se pueda- para contribuir en algo a la derrota de Chávez, lanzaremos un fértil debate sobre dicha crisis moral.
No hay nada ni en la conciencia ni en la Razón que nos imponga una ética
Arranca el 2008, año en el que finalmente derrotaremos a Chávez. No por golpes o guarimbas, sino por la insensatez de su Proyecto Comunista. Y es hasta posible que Hugo siga en Miraflores en enero del 2009, pero es obvio que si ese Proyecto es bloqueado, él ya no podrá gobernar. Caerá, no porque nadie lo tumbe, sino por una impactante autorrenuncia. Y hasta cabría pensar en mantenerlo en la Presidencia unos dos años más; lo suficiente para que por fin quede claro que el Comunismo es una utopía inviable y su soporte intelectual, el marxismo, una visión infantil del mundo.
Era obviamente un chiste malo; Chávez no se mantendrá en el poder mucho más allá de este año, ¡así que mejor es acelerar los preparativos para el poschavismo! A todos los niveles, incluida una reflexión sobre la moral y lo endeble de la condición humana. Impulsaremos esa discusión en varias universidades -seis, por ahora- y con mucha modestia la ofrecemos a todo el país.
Mi punto de partida es Kant. Siguiendo a Karl Jaspers, asumo tres grandes fundadores del pensamiento occidental: Platón, San Agustín y Kant. Cada uno de ellos, superación radical del anterior. Porque no se trata -¡hay que decirlo!- de enseñar filosofía como a veces se la enseña, explicando cada filósofo como si lo esencial de sus ideas no hubiese sido superado por sus sucesores. Como si de verdad fuese cierta aquella famosa frase infeliz: que "toda la filosofía occidental son notas al pie de página de las obras de Platón". Como si se tratara, además, de aprenderse lo que cada uno de ellos dijo y no de entender -¡o medio entender!- lo que significa ser humano.
Kant es mi punto de partida, ¡porque él desmonta lo básico de toda la filosofía anterior! Carece de sentido -repito- seguir estudiando Platón como si su pensamiento y el de Kant fuesen paralelos, como si éste no hubiese anulado lo fundamental de aquél. Mi referente es Kant, además, porque habiéndose evidenciado después de él el fracaso indudable de lo esencial de su filosofía, habiendo Nietzsche y Heidegger mostrado ese fracaso, quedaba claro que la Humanidad confronta una dramática crisis intelectual, amén de moral; una dolorosa incapacidad para entender lo humano.
Pero, ¿qué es lo esencial de Kant? Sin duda, la pretensión de encontrar en el hombre -y en su pensamiento racional, en la Razón- los fundamentos de la ética: una Ley Moral que sería al mismo tiempo libre y necesaria, optativa y obligatoria. El absurdo total: ¡un deber ser racional! Una tesis cuya única falla fue ubicarla en la Razón y no en la Religión; y con la cual Kant estaba sin duda inaugurando una época en la evolución del pensamiento. Una época muy breve, pero una época al fin. Antes de él, la filosofía había instalado los fundamentos de la moral fuera del hombre: en el topos urano, el motor inmóvil, la naturaleza o la sociedad. Para cuando Kant escribe ya era obvio que todos estos presuntos cimientos externos de la ética eran endebles. Él intenta fundarla en la Razón... y fracasa.
Cien años más tarde termina la Era Kantiana al ponerse en evidencia que la Ley Moral carece de sentido, ¡que no hay nada ni en la conciencia ni en la Razón que nos imponga una ética! La brevísima ilusión kantiana había terminado y la Humanidad afrontaba una profunda crisis. En el 2008 -en seis universidades y donde quiera que se pueda- para contribuir en algo a la derrota de Chávez, lanzaremos un fértil debate sobre dicha crisis moral.
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