* AIXA ARMAS ESCRIBE EN EL EDITORIAL / MUJER ANALITICA: “LA FACTURA CIUDADANA SE COBRA EN OCTUBRE DEL 2008”
Viernes, 18 de enero de 2008
La factura ciudadana que el pueblo llano le va a pasar a sus políticos, tanto a los "rojos rojitos" como a los multicolores será en las próximas elecciones de regionales.
Concentrarse en esas elecciones es la estrategia política correcta, porque es capitalizar el descontento de los venezolanos y convertirlo en una promesa electoral comprobable, a esos que retomaron el 2 de diciembre al voto como la herramienta para expresar su pensamiento y sentir, el voto como la estructuración de la Opinión Pública
Saturados de una politización extrema de sus vidas después de 9 años de trabajar la macro política, el venezolano regresa a trabajar su política micro: su municipio, su comunidad, su cuadra. Es decir, la que verdaderamente cuenta para su vida diaria.
Los candidatos que aspiren a entrar en este nicho "privado" de los ciudadanos de a pie, tienen la gran responsabilidad no sólo de ganar puerta a puerta cada voto que necesitan, sino que en breves 8 meses deben reconstruir confianza en el tejido social y político de unos venezolanos que han aprendido a separar la paja del grano, a conocer la verdad detrás de cada mentira, que tienen un postgrado en populismo y especialización técnica en lo que es factible y posible y los que son cantos de sirenas. Este votante crítico sabe lo que quiere y lo que necesita, y maneja desde ya las alternativas de cómo hacerlo; lo que van a elegir es al operador que conduzca eficientemente sus demandas hacia hechos concretos.
Sólo aquellos que se conecten en una verdadera línea de gerencia política y social serán los beneficiados; y para susto de la oposición les vaticino que esta escogencia se hará venga de donde venga, es decir, que aquellos revolucionarios que aplauden discursos socialistas y extranjerizantes, pero conectan con su población objetivo, podrían ser los beneficiados con la preferencia de los electores.
Es preocupante, en ese sentido, ver los posibles candidatos de la lista que nos presenta la oposición, dedicados únicamente a la política nacional, opinando sobre las grandes líneas políticas y desatendiendo a sus votantes en ocupaciones mediáticas, que no suplen la necesidad más importante; la de empezar oír el pregón sobre la Política con la ética que pondrán en práctica en su municipio, una actitud de abocamiento a sus comunidades, con conciencia de que una nueva gesta de ciudadanos ha salido de sus pequeños vecindarios, de sus barrios empobrecidos, de las cuadras de las urbanizaciones, pidiendo respuestas contundentes a su trágica cotidianidad, para cobrar con el reto electoral su factura ciudadana pendiente, con la confianza de que sólo la democracia es capaz de generar las herramientas para obtener ese bienestar social que cada día se aleja más de todos.
Una población conciente de que su opinión es importante, pide una transformación política de la forma de gobernar, una evolución donde no se busque invocar al pueblo como una masa votante tumultuaria, que como cardúmenes en el agua seguirán cualquier luz que los encandile, simplemente porque ellos no lo permitirán, se acabaron los tiempos en que los vecinos se arremolinan unos contra otros ante una mano incierta para recibir los mendrugos de una administración local ineficiente y corrupta.
El nuevo ciudadano, que no es lo mismo que el concepto maniqueísta del hombre nuevo revolucionario, espera recoger en esta elección su siembra de contestario activo; el cambio que espera es un llamado a los ciudadanos, sin exclusiones, para ser copartícipes de su propio diseño de futuro y bienestar. Ciudadanos de los barrios, de las urbanizaciones, del campo y de la ciudad, interesados en dar representatividad y legitimidad al que va a conducir su día a día, serán estrictos en exigir un convincente discurso político sobre los temas de la basura y la inseguridad, dejando para los candidatos a las próximas elecciones de la Asamblea Nacional en el 2009 los grandilocuentes temas sobre el conflicto con Colombia o el desarme nuclear.
Invito a los candidatos a que se pongan al día con su tarea, tienen trabajo por hacer empezando por aprenderse de memoria la Ley Orgánica del Poder Público Municipal y la Ley de los Consejos Locales de Planificación Pública, porque la participación ciudadana vino para quedarse en su construcción de calidad de vida y será puntualmente que ese ciudadano común dedicará su energía a la política nacional, y ya le llegó la hora de usar esa energía en la política local.
Viernes, 18 de enero de 2008
La factura ciudadana que el pueblo llano le va a pasar a sus políticos, tanto a los "rojos rojitos" como a los multicolores será en las próximas elecciones de regionales.
Concentrarse en esas elecciones es la estrategia política correcta, porque es capitalizar el descontento de los venezolanos y convertirlo en una promesa electoral comprobable, a esos que retomaron el 2 de diciembre al voto como la herramienta para expresar su pensamiento y sentir, el voto como la estructuración de la Opinión Pública
Saturados de una politización extrema de sus vidas después de 9 años de trabajar la macro política, el venezolano regresa a trabajar su política micro: su municipio, su comunidad, su cuadra. Es decir, la que verdaderamente cuenta para su vida diaria.
Los candidatos que aspiren a entrar en este nicho "privado" de los ciudadanos de a pie, tienen la gran responsabilidad no sólo de ganar puerta a puerta cada voto que necesitan, sino que en breves 8 meses deben reconstruir confianza en el tejido social y político de unos venezolanos que han aprendido a separar la paja del grano, a conocer la verdad detrás de cada mentira, que tienen un postgrado en populismo y especialización técnica en lo que es factible y posible y los que son cantos de sirenas. Este votante crítico sabe lo que quiere y lo que necesita, y maneja desde ya las alternativas de cómo hacerlo; lo que van a elegir es al operador que conduzca eficientemente sus demandas hacia hechos concretos.
Sólo aquellos que se conecten en una verdadera línea de gerencia política y social serán los beneficiados; y para susto de la oposición les vaticino que esta escogencia se hará venga de donde venga, es decir, que aquellos revolucionarios que aplauden discursos socialistas y extranjerizantes, pero conectan con su población objetivo, podrían ser los beneficiados con la preferencia de los electores.
Es preocupante, en ese sentido, ver los posibles candidatos de la lista que nos presenta la oposición, dedicados únicamente a la política nacional, opinando sobre las grandes líneas políticas y desatendiendo a sus votantes en ocupaciones mediáticas, que no suplen la necesidad más importante; la de empezar oír el pregón sobre la Política con la ética que pondrán en práctica en su municipio, una actitud de abocamiento a sus comunidades, con conciencia de que una nueva gesta de ciudadanos ha salido de sus pequeños vecindarios, de sus barrios empobrecidos, de las cuadras de las urbanizaciones, pidiendo respuestas contundentes a su trágica cotidianidad, para cobrar con el reto electoral su factura ciudadana pendiente, con la confianza de que sólo la democracia es capaz de generar las herramientas para obtener ese bienestar social que cada día se aleja más de todos.
Una población conciente de que su opinión es importante, pide una transformación política de la forma de gobernar, una evolución donde no se busque invocar al pueblo como una masa votante tumultuaria, que como cardúmenes en el agua seguirán cualquier luz que los encandile, simplemente porque ellos no lo permitirán, se acabaron los tiempos en que los vecinos se arremolinan unos contra otros ante una mano incierta para recibir los mendrugos de una administración local ineficiente y corrupta.
El nuevo ciudadano, que no es lo mismo que el concepto maniqueísta del hombre nuevo revolucionario, espera recoger en esta elección su siembra de contestario activo; el cambio que espera es un llamado a los ciudadanos, sin exclusiones, para ser copartícipes de su propio diseño de futuro y bienestar. Ciudadanos de los barrios, de las urbanizaciones, del campo y de la ciudad, interesados en dar representatividad y legitimidad al que va a conducir su día a día, serán estrictos en exigir un convincente discurso político sobre los temas de la basura y la inseguridad, dejando para los candidatos a las próximas elecciones de la Asamblea Nacional en el 2009 los grandilocuentes temas sobre el conflicto con Colombia o el desarme nuclear.
Invito a los candidatos a que se pongan al día con su tarea, tienen trabajo por hacer empezando por aprenderse de memoria la Ley Orgánica del Poder Público Municipal y la Ley de los Consejos Locales de Planificación Pública, porque la participación ciudadana vino para quedarse en su construcción de calidad de vida y será puntualmente que ese ciudadano común dedicará su energía a la política nacional, y ya le llegó la hora de usar esa energía en la política local.
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