El presidente Chávez al anunciar la creación del nuevo partido reconoció que enfrentaría dificultades. Señaló que "si me quedo solo en la mitad del camino, bueno, me quedaré solo" (ABN)
PEDRO PABLO PEÑALOZA
EL UNIVERSAL
Han pasado 365 días desde que el Presidente, reunido con un puñado de sus seguidores en el Teatro Teresa Carreño, decretó: "Yo Hugo Chávez Frías, hijo de Hugo de los Reyes y Elena, nacido en Sabaneta el 28 de julio de 1954, hace 52 años y medio ya, ¿no?, yo declaro hoy que voy a crear un partido nuevo".
Aquella determinación no admitía discusiones. "No voy a entrar, con el perdón de todos, a perder tiempo en unos debates estériles", advirtió un jefe de Estado al que tenía sin cuidado dejar jirones en el camino. "Si me quedo solo en la mitad del desierto, bueno, me quedaré solo".
Un dirigente del oficialismo cree que con esas palabras Chávez selló el destino del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), que ayer cumplió un año de no haber nacido. "El Presidente jamás se reunió con los líderes de las organizaciones políticas aliadas, que eran estructuras autónomas, para plantear esta idea", lamenta la fuente.
La orden del dignatario estremeció a las direcciones del MVR, Podemos, PPT, PCV, MEP y UPV, entre otros. La moneda lanzada por el comandante tenía dos caras, pensaban sus adherentes: O en realidad se quiere intentar una instancia de conducción política colectiva, que supere los errores cometidos desde los tiempos del Polo Patriótico, o Chávez busca liquidar a estas formaciones, metiéndolas dentro de su puño. La mayoría se inclinó por la segunda opción. "Aquí hubo un punto de quiebre en la confianza. La Comisión Promotora del PSUV no incluyó orgánicamente a los partidos destinatarios de la propuesta", subraya un diputado.
El vocero de una agrupación que prefirió mantener la cabeza unida al cuello, destaca una contradicción adicional: "Chávez habla de construir un socialismo distinto al real y, acto seguido, dispone levantar un partido único que, sin tener estatutos, ya cuenta con una Comisión Disciplinaria".
Duro de enterrar
Salvo contadas excepciones, los que migraron desde Podemos, PPT y PCV pretendiendo conquistar nuevos territorios, chocaron contra la "actitud hegemónica" del MVR, cuenta un desafortunado expedicionario.
En el oficialismo insisten en señalar que el PSUV "no es el Quinta República con otro nombre"; sin embargo, ciertas prácticas y rencores se mantienen.
El primer sancionado de la organización nonata resultó ser el ex director general de los boinas rojas, Francisco Ameliach, quien sugirió la posibilidad de exhumar al MVR.
Antes de sufrir este castigo, Ameliach envió a Chávez una carta donde recogía las inquietudes de los diputados que denunciaban haber sido marginados del PSUV, reprobando así la labor adelantada en la Comisión Promotora por el vicepresidente Jorge Rodríguez y el gobernador Diosdado Cabello.
El próximo en la lista fue Luis Tascón, quien coronó su "expulsión" o "autoexclusión" alertando sobre la existencia de una "derecha endógena" en el seno de la revolución bolivariana.
Tascón ha evitado identificar a esa supuesta corriente del chavismo; empero, legisladores que son solidarios con sus reclamos sí disparan a discreción: "Allí están Cabello y Rodríguez, que influyen en los ministerios de Vivienda, Infraestructura, Ambiente, Salud, Turismo y Telecomunicaciones. Además, controlan la Dirección de Inteligencia Militar y tienen alianzas estratégicas con sectores de la Asamblea Nacional, el Tribunal Supremo de Justicia, el Consejo Nacional Electoral y ahora la Defensoría del Pueblo".
A ese grupo se opondría "una resistencia que no es orgánica", donde convergerían los gobernadores Florencio Porras, Gilmer Viloria y Antonia Muñoz, los ministros Elías Jaua, Héctor Navarro, Jorge Giordani, Willian Lara y Pedro Carreño, Wilmar Castro Soteldo y los diputados Tascón, Iris Varela, Ameliach y Aurora Morales.
Bajo la lupa
El Congreso Fundacional del PSUV, previsto originalmente para el 20 de octubre pasado, se realizará en enero de 2008. La Comisión Promotora celebraba la coincidencia de la creación de la agrupación con la campaña por la reforma, mas la historia demostró que es peligroso asar dos conejos a la vez.
Tras la derrota del 2 de diciembre, el partido rojo es blanco de todos los ataques. Ahora se plantea instalar un comité ampliado para su relanzamiento, revisar la escogencia de los voceros y delegados y examinar la constitución de las circunscripciones socialistas. Para combatir el sectarismo, parlamentarios proponen que miembros de gremios y "redes sociales" intervengan en el Congreso Fundacional.
Todos anhelan un "viraje profundo" y está claro que Chávez no dará ni un paso atrás hasta conquistar su meta. "Lo contrario sería un fracaso", apuntan. Es que el Presidente fue claro hace un año: "Partido unido es lo que requiere la revolución, no una sopa de letras". Aunque este caldo se ponga morado
PEDRO PABLO PEÑALOZA
EL UNIVERSAL
Han pasado 365 días desde que el Presidente, reunido con un puñado de sus seguidores en el Teatro Teresa Carreño, decretó: "Yo Hugo Chávez Frías, hijo de Hugo de los Reyes y Elena, nacido en Sabaneta el 28 de julio de 1954, hace 52 años y medio ya, ¿no?, yo declaro hoy que voy a crear un partido nuevo".
Aquella determinación no admitía discusiones. "No voy a entrar, con el perdón de todos, a perder tiempo en unos debates estériles", advirtió un jefe de Estado al que tenía sin cuidado dejar jirones en el camino. "Si me quedo solo en la mitad del desierto, bueno, me quedaré solo".
Un dirigente del oficialismo cree que con esas palabras Chávez selló el destino del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), que ayer cumplió un año de no haber nacido. "El Presidente jamás se reunió con los líderes de las organizaciones políticas aliadas, que eran estructuras autónomas, para plantear esta idea", lamenta la fuente.
La orden del dignatario estremeció a las direcciones del MVR, Podemos, PPT, PCV, MEP y UPV, entre otros. La moneda lanzada por el comandante tenía dos caras, pensaban sus adherentes: O en realidad se quiere intentar una instancia de conducción política colectiva, que supere los errores cometidos desde los tiempos del Polo Patriótico, o Chávez busca liquidar a estas formaciones, metiéndolas dentro de su puño. La mayoría se inclinó por la segunda opción. "Aquí hubo un punto de quiebre en la confianza. La Comisión Promotora del PSUV no incluyó orgánicamente a los partidos destinatarios de la propuesta", subraya un diputado.
El vocero de una agrupación que prefirió mantener la cabeza unida al cuello, destaca una contradicción adicional: "Chávez habla de construir un socialismo distinto al real y, acto seguido, dispone levantar un partido único que, sin tener estatutos, ya cuenta con una Comisión Disciplinaria".
Duro de enterrar
Salvo contadas excepciones, los que migraron desde Podemos, PPT y PCV pretendiendo conquistar nuevos territorios, chocaron contra la "actitud hegemónica" del MVR, cuenta un desafortunado expedicionario.
En el oficialismo insisten en señalar que el PSUV "no es el Quinta República con otro nombre"; sin embargo, ciertas prácticas y rencores se mantienen.
El primer sancionado de la organización nonata resultó ser el ex director general de los boinas rojas, Francisco Ameliach, quien sugirió la posibilidad de exhumar al MVR.
Antes de sufrir este castigo, Ameliach envió a Chávez una carta donde recogía las inquietudes de los diputados que denunciaban haber sido marginados del PSUV, reprobando así la labor adelantada en la Comisión Promotora por el vicepresidente Jorge Rodríguez y el gobernador Diosdado Cabello.
El próximo en la lista fue Luis Tascón, quien coronó su "expulsión" o "autoexclusión" alertando sobre la existencia de una "derecha endógena" en el seno de la revolución bolivariana.
Tascón ha evitado identificar a esa supuesta corriente del chavismo; empero, legisladores que son solidarios con sus reclamos sí disparan a discreción: "Allí están Cabello y Rodríguez, que influyen en los ministerios de Vivienda, Infraestructura, Ambiente, Salud, Turismo y Telecomunicaciones. Además, controlan la Dirección de Inteligencia Militar y tienen alianzas estratégicas con sectores de la Asamblea Nacional, el Tribunal Supremo de Justicia, el Consejo Nacional Electoral y ahora la Defensoría del Pueblo".
A ese grupo se opondría "una resistencia que no es orgánica", donde convergerían los gobernadores Florencio Porras, Gilmer Viloria y Antonia Muñoz, los ministros Elías Jaua, Héctor Navarro, Jorge Giordani, Willian Lara y Pedro Carreño, Wilmar Castro Soteldo y los diputados Tascón, Iris Varela, Ameliach y Aurora Morales.
Bajo la lupa
El Congreso Fundacional del PSUV, previsto originalmente para el 20 de octubre pasado, se realizará en enero de 2008. La Comisión Promotora celebraba la coincidencia de la creación de la agrupación con la campaña por la reforma, mas la historia demostró que es peligroso asar dos conejos a la vez.
Tras la derrota del 2 de diciembre, el partido rojo es blanco de todos los ataques. Ahora se plantea instalar un comité ampliado para su relanzamiento, revisar la escogencia de los voceros y delegados y examinar la constitución de las circunscripciones socialistas. Para combatir el sectarismo, parlamentarios proponen que miembros de gremios y "redes sociales" intervengan en el Congreso Fundacional.
Todos anhelan un "viraje profundo" y está claro que Chávez no dará ni un paso atrás hasta conquistar su meta. "Lo contrario sería un fracaso", apuntan. Es que el Presidente fue claro hace un año: "Partido unido es lo que requiere la revolución, no una sopa de letras". Aunque este caldo se ponga morado
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