DESDE EL PUENTE
Oswaldo Álvarez Paz
EL CAMINO DE LA LIBERTAD
Venezuela acaba de ratificar su vocación democrática. El apego a la vida en libertad, el ejercicio activo de la misma y la disposición a no permitir que se reduzca el espacio para la vigencia de los derechos fundamentales son características irrenunciables del ciudadano común. Los resultados del referéndum constitucional, a pesar de las circunstancias que rodearon el correspondiente anuncio, han sido una extraordinaria lección de todos para todos. Consignamos algunas reflexiones al respecto.
Nunca tuvimos dudas sobre el rechazo inmensamente mayoritario del pueblo al proyecto constitucional de Chávez. Repetimos claramente que si en el país hubiera elecciones limpias, ni Chávez fuera Presidente, ni la amenaza de esa propuesta existiera. Jamás tuvimos confianza en el Consejo Nacional Electoral, ni en el sistema diseñado para las votaciones, ni en la imparcialidad del régimen, ni en los factores políticos y militares dependientes directamente del gobierno. De allí nuestra grata sorpresa, la inolvidable emoción que nos produjo el rechazo cantado a las pretensiones presidenciales, a pesar de que la diferencia entre el SI y el NO fue mucho más amplia de lo reconocido oficialmente y también, debemos reconocerlo, el sometimiento del protagonista a la voluntad popular. Conocemos parcialmente las circunstancias alrededor de los sucesivos pronunciamientos tanto del CNE como del propio Presidente y lo cerca que Venezuela estuvo de una crisis militar de proporciones mayúsculas, lo cual, a pesar de su gravedad, no le quita importancia a un desenlace a la altura de lo deseado por la sociedad democrática.
Por otra parte, la intervención de Chávez deja abierto el campo de las especulaciones. Obliga a mantener en alto las defensas frente a sus pretensiones socialistas y totalitarias. No renuncia a su proyecto. Difiere la amenaza de convertir a Venezuela en un estado socialista a la cubana, es decir, comunista tropical, repitiendo varias veces el famoso “por ahora” del 4 de febrero de 1992 al aceptar la derrota. Lo intentará por otras vías. Como lo ha venido haciendo hasta ahora, es decir, al margen de la legalidad o por acción directa, consecuencia de su espíritu subversivo contrario a cualquier manifestación de orden y respeto. También podrá intentar el camino, compartido por algunos verdaderos demócratas, de convocar una nueva Asamblea Constituyente para imponer un proyecto que ya fue rechazado por el pueblo. Pero no se quedará tranquilo. El uso indebido de las leyes habilitantes para legislar por decreto, mantendrá en jaque a la nación los próximos meses, sin embargo permitirá medir con precisión su verdadera intencionalidad y fuerza.
Finalmente, quiero públicamente reconocer la acertada conducción del pueblo opositor en esta histórica batalla y enviar nuestra palabra de estímulo a esta generación del triunfo y de la victoria que se forja en las Universidades. A los estudiantes que nutren de fe a Venezuela, nuestro respeto y solidaridad.
oalvarez@telcel.net.ve
Lunes, 3 de diciembre de 2007
Oswaldo Álvarez Paz
EL CAMINO DE LA LIBERTAD
Venezuela acaba de ratificar su vocación democrática. El apego a la vida en libertad, el ejercicio activo de la misma y la disposición a no permitir que se reduzca el espacio para la vigencia de los derechos fundamentales son características irrenunciables del ciudadano común. Los resultados del referéndum constitucional, a pesar de las circunstancias que rodearon el correspondiente anuncio, han sido una extraordinaria lección de todos para todos. Consignamos algunas reflexiones al respecto.
Nunca tuvimos dudas sobre el rechazo inmensamente mayoritario del pueblo al proyecto constitucional de Chávez. Repetimos claramente que si en el país hubiera elecciones limpias, ni Chávez fuera Presidente, ni la amenaza de esa propuesta existiera. Jamás tuvimos confianza en el Consejo Nacional Electoral, ni en el sistema diseñado para las votaciones, ni en la imparcialidad del régimen, ni en los factores políticos y militares dependientes directamente del gobierno. De allí nuestra grata sorpresa, la inolvidable emoción que nos produjo el rechazo cantado a las pretensiones presidenciales, a pesar de que la diferencia entre el SI y el NO fue mucho más amplia de lo reconocido oficialmente y también, debemos reconocerlo, el sometimiento del protagonista a la voluntad popular. Conocemos parcialmente las circunstancias alrededor de los sucesivos pronunciamientos tanto del CNE como del propio Presidente y lo cerca que Venezuela estuvo de una crisis militar de proporciones mayúsculas, lo cual, a pesar de su gravedad, no le quita importancia a un desenlace a la altura de lo deseado por la sociedad democrática.
Por otra parte, la intervención de Chávez deja abierto el campo de las especulaciones. Obliga a mantener en alto las defensas frente a sus pretensiones socialistas y totalitarias. No renuncia a su proyecto. Difiere la amenaza de convertir a Venezuela en un estado socialista a la cubana, es decir, comunista tropical, repitiendo varias veces el famoso “por ahora” del 4 de febrero de 1992 al aceptar la derrota. Lo intentará por otras vías. Como lo ha venido haciendo hasta ahora, es decir, al margen de la legalidad o por acción directa, consecuencia de su espíritu subversivo contrario a cualquier manifestación de orden y respeto. También podrá intentar el camino, compartido por algunos verdaderos demócratas, de convocar una nueva Asamblea Constituyente para imponer un proyecto que ya fue rechazado por el pueblo. Pero no se quedará tranquilo. El uso indebido de las leyes habilitantes para legislar por decreto, mantendrá en jaque a la nación los próximos meses, sin embargo permitirá medir con precisión su verdadera intencionalidad y fuerza.
Finalmente, quiero públicamente reconocer la acertada conducción del pueblo opositor en esta histórica batalla y enviar nuestra palabra de estímulo a esta generación del triunfo y de la victoria que se forja en las Universidades. A los estudiantes que nutren de fe a Venezuela, nuestro respeto y solidaridad.
oalvarez@telcel.net.ve
Lunes, 3 de diciembre de 2007
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