Se reconcilian los hombres sensatos, jamás los intolerantes. Dejad descansar
en paz a nuestro Libertador.
Ante todo reciba cordiales felicitaciones en la ocasión de asumir la primera
magistratura de su país, Argentina. Poder que recibe de su esposo, en un
bello gesto de pareja. Que si bien es cierto que usted es la primera dama que llega a la Casa Rosada por los votos, no es menos cierto que ya antes otras damas habían sido jefas en esa misma mansión. Todas arropadas por la herencia populista del general Juan Domingo Perón. Pero no es a eso precisamente a lo que me quiero referir en este paraninfo ya que por
principio no me meto en cuestiones internas de otros países, aun cuando según algunos su campaña electoral nos costó algunos bolivaritos de esos que diligentemente nos hace pagar al fisco el capitán Vielma Mora. Me quiero referir es a las palabras pronunciadas por usted en el acto del lanzamiento del Banco del Sur, torneo de alabanzas presidenciales jamás visto en evento internacional alguno. Allí usted dijo que felicitaba a los presidentes presentes, entre otras cosas, porque por primera vez todos ellos se parecían a sus pueblos.
No me atrevería a señalar si es cierto o falso que exista parecido entre Lula y los brasileños, o entre su esposo y sus coterráneos o entre Correo y los ecuatorianos o entre Evo y los hijos predilectos del Libertador, pero lo que si estoy plenamente seguro mi estimada señora presidenta que su aseveración con relación al presidente de Venezuela dista mucho de la
realidad. El teniente coronel que gobierna nuestro país es un golpista convicto y confeso y nuestro pueblo no lo es. Ejemplo de ello es que en el golpe de estado que intentó dar el 4 de febrero de1992 no lo acompañó nadie, a excepción de su grupo militar de conspiradores. Nuestro pueblo es un pueblo que históricamente ha sido amante de la paz, la convivencia, la tolerancia y el igualitarismo en cambio él ha predicado durante todos estos años de mandato el odio entre los venezolanos, ha divido la familia, ha propiciado el enfrentamiento entre ricos y pobres, entre blancos y negros, entre gobierno y oposición, se ha convertido en un ser intolerante. Nuestro
pueblo no es un pueblo grosero, al menos en público se comporta con respeto atendiendo a las enseñanzas de Carreño (por favor no crean que me refiero al ministro del Directv), en cambio el teniente coronel felón ha convertido el lenguaje presidencial en un discurso escatológico. Plasta, a la noche te doy lo tuyo, métetelo por el bolsillo de atrás, diablos, mierda y demás palabras
y expresiones groseras son frecuentes en sus interminables y repetitivos discursos. Nuestro pueblo y sus dirigentes nunca han salido de nuestras fronteras sino para llevar la libertad a otros pueblos, en cambio este militar de pacotilla está tratando de perturbar la vida democrática de otros pueblos exportando su tal socialismo del siglo XXI a fuerza de realazos.
en paz a nuestro Libertador.
Ante todo reciba cordiales felicitaciones en la ocasión de asumir la primera
magistratura de su país, Argentina. Poder que recibe de su esposo, en un
bello gesto de pareja. Que si bien es cierto que usted es la primera dama que llega a la Casa Rosada por los votos, no es menos cierto que ya antes otras damas habían sido jefas en esa misma mansión. Todas arropadas por la herencia populista del general Juan Domingo Perón. Pero no es a eso precisamente a lo que me quiero referir en este paraninfo ya que por
principio no me meto en cuestiones internas de otros países, aun cuando según algunos su campaña electoral nos costó algunos bolivaritos de esos que diligentemente nos hace pagar al fisco el capitán Vielma Mora. Me quiero referir es a las palabras pronunciadas por usted en el acto del lanzamiento del Banco del Sur, torneo de alabanzas presidenciales jamás visto en evento internacional alguno. Allí usted dijo que felicitaba a los presidentes presentes, entre otras cosas, porque por primera vez todos ellos se parecían a sus pueblos.
No me atrevería a señalar si es cierto o falso que exista parecido entre Lula y los brasileños, o entre su esposo y sus coterráneos o entre Correo y los ecuatorianos o entre Evo y los hijos predilectos del Libertador, pero lo que si estoy plenamente seguro mi estimada señora presidenta que su aseveración con relación al presidente de Venezuela dista mucho de la
realidad. El teniente coronel que gobierna nuestro país es un golpista convicto y confeso y nuestro pueblo no lo es. Ejemplo de ello es que en el golpe de estado que intentó dar el 4 de febrero de1992 no lo acompañó nadie, a excepción de su grupo militar de conspiradores. Nuestro pueblo es un pueblo que históricamente ha sido amante de la paz, la convivencia, la tolerancia y el igualitarismo en cambio él ha predicado durante todos estos años de mandato el odio entre los venezolanos, ha divido la familia, ha propiciado el enfrentamiento entre ricos y pobres, entre blancos y negros, entre gobierno y oposición, se ha convertido en un ser intolerante. Nuestro
pueblo no es un pueblo grosero, al menos en público se comporta con respeto atendiendo a las enseñanzas de Carreño (por favor no crean que me refiero al ministro del Directv), en cambio el teniente coronel felón ha convertido el lenguaje presidencial en un discurso escatológico. Plasta, a la noche te doy lo tuyo, métetelo por el bolsillo de atrás, diablos, mierda y demás palabras
y expresiones groseras son frecuentes en sus interminables y repetitivos discursos. Nuestro pueblo y sus dirigentes nunca han salido de nuestras fronteras sino para llevar la libertad a otros pueblos, en cambio este militar de pacotilla está tratando de perturbar la vida democrática de otros pueblos exportando su tal socialismo del siglo XXI a fuerza de realazos.
Nuestro pueblo respeta a sus libertadores, en especial al Libertador Simón Bolívar, padre de la patria, en cambio él lo usa en forma irrespetuosa para su propio beneficio. Nuestro pueblo tiene una profunda fe religiosa, en especial hacia la iglesia Católica. Él se burla de la jerarquía
eclesiástica, los insulta, los amenaza y lo más grave usa la figura de nuestro señor Jesucristo para sus inconfesables fines. Nuestro pueblo es, en su inmensa mayoría, respetuoso de los dineros de los demás, pero él usa los dineros del Estado, es decir de los demás, en forma irresponsable y los reparte sin control alguno para fines oscuros. Nuestro pueblo tiene un buen
concepto sobre la fa milia y respeto hacia el hogar, la esposa, los hijos, y él no es precisamente un dechado de virtudes en estos aspectos. Nuestro pueblo, como dice el vulgo, es pobre pero honrado, además debo decirle que nuestro pueblo es extremistamente democrático y el que le conté no tiene ni idea de lo que eso significa. El pueblo venezolano no es amigo de las
guerrillas ni de los terroristas. Venezuela no es un cuartel. Nuestro pueblo sabe perder, no practica la política de Jalisco. Nuestro pueblo repudia el comunismo.
Así que mi estimada presidenta Cristina, por respeto a los venezolanos, a los que poblamos esta tierra desde antes de que el almirante de los mares océanos recalara por estos lares y los que la habitamos en esta hora aciaga, le agradecemos que no nos mal compare. Nosotros, nuestro pueblo, puede que se parezca a Guaicaipuro, a Gual y a España, a Miranda, a Bello, a Bolívar,
a Páez, a Sucre, a Vargas, a Gallegos, a Andrés Eloy, a Betancourt y a tantos otros venezolanos de antes y de ahora, pero no se parece ni se parecerá jamás a ese que usted quiso halagar por unos cuantos dólares que inconsultamente le donó para salvar la economía de su país y ayudarla a llegar a la casa Rosada.
iolaizola@cantv.ent
eclesiástica, los insulta, los amenaza y lo más grave usa la figura de nuestro señor Jesucristo para sus inconfesables fines. Nuestro pueblo es, en su inmensa mayoría, respetuoso de los dineros de los demás, pero él usa los dineros del Estado, es decir de los demás, en forma irresponsable y los reparte sin control alguno para fines oscuros. Nuestro pueblo tiene un buen
concepto sobre la fa milia y respeto hacia el hogar, la esposa, los hijos, y él no es precisamente un dechado de virtudes en estos aspectos. Nuestro pueblo, como dice el vulgo, es pobre pero honrado, además debo decirle que nuestro pueblo es extremistamente democrático y el que le conté no tiene ni idea de lo que eso significa. El pueblo venezolano no es amigo de las
guerrillas ni de los terroristas. Venezuela no es un cuartel. Nuestro pueblo sabe perder, no practica la política de Jalisco. Nuestro pueblo repudia el comunismo.
Así que mi estimada presidenta Cristina, por respeto a los venezolanos, a los que poblamos esta tierra desde antes de que el almirante de los mares océanos recalara por estos lares y los que la habitamos en esta hora aciaga, le agradecemos que no nos mal compare. Nosotros, nuestro pueblo, puede que se parezca a Guaicaipuro, a Gual y a España, a Miranda, a Bello, a Bolívar,
a Páez, a Sucre, a Vargas, a Gallegos, a Andrés Eloy, a Betancourt y a tantos otros venezolanos de antes y de ahora, pero no se parece ni se parecerá jamás a ese que usted quiso halagar por unos cuantos dólares que inconsultamente le donó para salvar la economía de su país y ayudarla a llegar a la casa Rosada.
iolaizola@cantv.ent
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