sábado, 24 de noviembre de 2007

*JORGE A. SANGUINETTY: ESCRIBE "VENEZUELA Y LA ABERRACIÓN DE UNA DEMOCRACIA" PARA "DIARIO LAS AMÉRICAS"



Si lo que acaba de suceder en Venezuela es aceptado por su pueblo en un próximo referéndum sin duda pasará a los anales de la historia como un caso extraordinario de suicidio político colectivo. Unos por ignorancia y otros por incapacidad de organizarse, el hecho es que los venezolanos se han ido acercando peligrosamente a obsequiarle a Hugo
Chávez el país entero, sus vidas, su riqueza, sus instituciones y su futuro.

Sería un evento que quedaría registrado como un ejemplo excepcional de regresión histórica donde un pueblo engendra a su propio tirano. Y no sería el caso de un dictador que se impone por la fuerza de las armas, si no por la decisión de las urnas, donde se ha traicionado el concepto mismo de democracia, donde millones han ido renunciando a sus libertades individuales como si no supieran qué hacer con ellas.

Si ese referéndum aprobara las reformas constitucionales que Chávez desea, marcaría una fecha de luto no sólo para cualquier venezolano consciente, sino también para cada ciudadano del mundo que aprecie los valores de una civilización que logró consagrar la democracia en la teoría y en la práctica como la forma más progresista de organización de una sociedad contemporánea, aún cuando no sea perfecta.

Hugo Chávez está orquestando una hazaña mayor que la del Fidel Castro en Cuba. Aunque este último contó con el apoyo de muchos cubanos al principio, logró apoderarse del país mediante el engaño, la traición y la sangre de buena cantidad de patriotas que le opusieron resistencia.

A Chávez le ha sido fácil hasta ahora, pues primero contó con que los venezolanos, con sus elites al frente, ignoraran cuarenta años de desmanes fidelo-socialistas en Cuba , para después votar masivamente por un candidato a tirano que anunció sus intenciones socialistas desde temprano. Ahora Chávez invita a los venezolanos a instituir una tiranía mediante un referéndum. Si los venezolanos no pueden detener a Chávez, será un pueblo que de manera insólita elige a un tirano y además lo ayuda a montar su tiranía.

Entonces algunos concentrarán sus talentos analíticos en repetir ad infinitum qué malo es Hugo Chávez y a culparlo como el principal responsable de todo esto, del mismo modo que los cubanos nos hemos dedicado todos estos años a criticar a nuestro tirano, mientras nos escapamos de enfrentar la responsabilidad colectiva de haberle permitido apoderarse del país y no poder deshacernos de él por medio siglo. Se volverá a omitir el hecho de que criaturas como Castro y Chávez existen en todas las sociedades del mismo modo que toda suerte de bacterias existe en los seres vivos.

Si Fidel Castro hubiese nacido en Suiza posiblemente fuera un gran alpinista, mientras que si Chávez lo hubiera hecho en Canadá no hubiera pasado de guardia montado. Lo importante es acabar de entender que en gran medida ellos son productos de sus sociedades. Una sola persona no tiene la fuerza de apoderarse de un país, a menos que sociedad se muy débil. Caudillos hay en todas partes, pero son las sociedades y sus instituciones las que le impiden o los ayudan a llegar al poder.

Del mismo modo que en las ciencias biológicas se estudian las interacciones entre los seres vivos , las bacterias y los virus que los atacan, para poder encontrar métodos de combatir las enfermedades, es imprescindible comprender las interacciones entre los gobernantes y sus pueblos para poder combatir los males que afectan los organismos sociales. Lamentablemente, la poca atención y curiosidad científica que los intelectuales latinoamericanos muestran sobre las ciencias sociales, no nos permite avanzar y profundizar en el análisis de estos fenómenos para formular las estrategias adecuadas. Mientras no elevamos el nivel de comprensión sobre los factores que afectan la factibilidad y la estabilidad de la democracia y otras condiciones afines, seguiremos estando a expensas de movimientos retrógrados como el que está ocurriendo en Rusia, Alemania, China y Cuba en el Siglo XX. O como lo que puede estar gestándose delante de nuestras propias narices aquí en Estados Unidos.

Venezuela todavía tiene una oportunidad de salvarse de una catástrofe política y social que la retrotraería en el almanaque un número indeterminado de años. Pero, ¿tendrán lo venezolanos la capacidad organizativa de derrotar a Chávez en el referéndum? Lo que hemos visto hasta ahora de los logros de las protestas de la oposición a Chávez no da muchas razones para ser optimistas. De hecho, yo creo que dichas manifestaciones ni siquiera han servido para articular una verdadera resistencia a los planes de gobierno. Además, siguen concentrando su estrategia en criticarlo y no en neutralizar las fuerzas que lo apoyan sugiere que no están preparados para derrotarlo.

Ya es demasiado tarde para tratar de comprender cabalmente las condiciones que le permitieron a Chávez llegar hasta donde ha llegado.
La única esperanza que yo creo que existe en Venezuela es que una parte del mismo pueblo que llevó a Chávez al poder despierte rápidamente y decida que de ningún modo le permitirá al tirano en ciernes salirse con la suya, aún cuando tenga que inmolarse en el esfuerzo. Lamentablemente parece que no hay otra salida que repetir la tragedia de que sea la fuerza y no la razón la que determine el curso de la historia.


[*] Escrito por Jorge A. Sanguinetty para "Diario Las Américas" el día 1 de noviembre de 2007

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