EMETERIO GÓMEZ VA A VOTAR -Y LLAMA A VOTAR ¡PERO ESTO TAMPOCO SE DEDUCE DEL BENDITO PÁRRAFO!! NI SE DEDUCE QUE VOTAR O NO VOTAR SEA DEL TODO INTRASCENDENTE, LO QUE SI SE DEDUCE ES QUE VOTAR O NO RESULTARÁ ABSOLUTAMENTE INTRASCENDENTE ¡A NO SER QUE TENGAMOS UN PLAN B!!
Definitivamente, hay que aprovechar esta tragedia que vivimos para ejercitar el arte de pensar; para superar ideas elementales, como esa según la cual la historia nos enseña algo; una vieja creencia que, más elaborada, reza así: "quienes no conocen la historia están condenados a repetirla". Un enfoque ingenuo que genera un contraargumento poderoso: en el plano de lo humano, esto es, en la política, la economía, el derecho, la estética y la moral ¡Nada, absolutamente nada, se deduce de nada!!
Tenemos que aprovechar esta sacudida mental y espiritual que Chávez nos está dando, para desarrollar nuestra capacidad de pensar, para captar por ejemplo que sólo se puede deducir con propiedad cuando uno construye una estructura lógica en cuyas premisas ya esté contenida ¡de manera inequívoca!! la conclusión. Esto es, cuando estamos ante una tautología: lo único que el pensamiento racional puede producir.
De mi último artículo no se deduce que yo esté llamando a la abstención, a un golpe de Estado o a la insurrección popular. Releamos el último párrafo de ese escrito, pero ahora recordando lo que en rigor significa deducir, es decir, sacar de unas premisas conclusiones inequívocas: "Porque detrás de la decisión de votar o no votar, el verdadero problema es el carácter totalitario del comunismo chavista. Y, sobre todo, la necesidad de asumir que éste ha logrado controlar férreamente la totalidad del poder en Venezuela. Y que, en esas condiciones, votar o abstenerse da exactamente lo mismo, a no ser que el futuro y la acción predominen en nuestras mentes sobre el pasado y la historia, es decir ¡a no ser que estemos dispuestos a conectar el voto con la certeza de que electoralmente no vamos a salir jamás de Chávez!!".
Emeterio Gómez va a votar -y llama a votar ¡pero esto tampoco se deduce del bendito párrafo!! Ni se deduce que votar o no votar sea del todo intrascendente, lo que SI se deduce es que votar o no resultará absolutamente intrascendente ¡a no ser que tengamos un Plan B!! A no ser que entendamos que -tal como dice Carlos Blanco en su último artículo- el simple hecho de votar no llega siquiera a Plan A. ííA no ser que estemos dispuestos, abstencionista y votacionistas, a seguir dando la pelea contra el castrocomunismo, después del 2 de diciembre!!
Ese es el magnífico enfoque de Luis Ugalde en un brillante artículo -El día después- de hace un mes. Ahora, a una semana del fraude, es preciso ir un poco más allá, es preciso ubicarse en el "segundo día después". Chávez va a intentar imponer su comunismo de todas todas íívotemos o no, le ganemos o no!! Es ingenuo creer que porque las encuestas den el triunfo del NO o la abstención sea del 20%, él va a aceptar la derrota. Y nosotros, votemos o no, tendremos que enfrentarnos a la barbarie, de la única forma posible: en la calle. ííPor mucho que sea absolutamente cierto que ello será más fácil con un triunfo masivo en las encuestas y en las urnas!! El verdadero problema aparecerá entonces clarísimo: ¿estamos dispuestos a pelear cuando el CNE decrete el fraude?
Pero si derrotamos a la Reforma Constitucional en la calle, entonces -en el segundo día después- tendremos un maravilloso problema: ííChávez no podría seguir gobernando!! No porque nadie lo tumbe, sino porque es fácil inferir -no deducir, sino inferir- que él no podría gobernar si no es impulsando su totalitarismo. ¿Puede alguien imaginarse a Hugo Rafael conduciendo un gobierno democrático?
Definitivamente, hay que aprovechar esta tragedia que vivimos para ejercitar el arte de pensar; para superar ideas elementales, como esa según la cual la historia nos enseña algo; una vieja creencia que, más elaborada, reza así: "quienes no conocen la historia están condenados a repetirla". Un enfoque ingenuo que genera un contraargumento poderoso: en el plano de lo humano, esto es, en la política, la economía, el derecho, la estética y la moral ¡Nada, absolutamente nada, se deduce de nada!!
Tenemos que aprovechar esta sacudida mental y espiritual que Chávez nos está dando, para desarrollar nuestra capacidad de pensar, para captar por ejemplo que sólo se puede deducir con propiedad cuando uno construye una estructura lógica en cuyas premisas ya esté contenida ¡de manera inequívoca!! la conclusión. Esto es, cuando estamos ante una tautología: lo único que el pensamiento racional puede producir.
De mi último artículo no se deduce que yo esté llamando a la abstención, a un golpe de Estado o a la insurrección popular. Releamos el último párrafo de ese escrito, pero ahora recordando lo que en rigor significa deducir, es decir, sacar de unas premisas conclusiones inequívocas: "Porque detrás de la decisión de votar o no votar, el verdadero problema es el carácter totalitario del comunismo chavista. Y, sobre todo, la necesidad de asumir que éste ha logrado controlar férreamente la totalidad del poder en Venezuela. Y que, en esas condiciones, votar o abstenerse da exactamente lo mismo, a no ser que el futuro y la acción predominen en nuestras mentes sobre el pasado y la historia, es decir ¡a no ser que estemos dispuestos a conectar el voto con la certeza de que electoralmente no vamos a salir jamás de Chávez!!".
Emeterio Gómez va a votar -y llama a votar ¡pero esto tampoco se deduce del bendito párrafo!! Ni se deduce que votar o no votar sea del todo intrascendente, lo que SI se deduce es que votar o no resultará absolutamente intrascendente ¡a no ser que tengamos un Plan B!! A no ser que entendamos que -tal como dice Carlos Blanco en su último artículo- el simple hecho de votar no llega siquiera a Plan A. ííA no ser que estemos dispuestos, abstencionista y votacionistas, a seguir dando la pelea contra el castrocomunismo, después del 2 de diciembre!!
Ese es el magnífico enfoque de Luis Ugalde en un brillante artículo -El día después- de hace un mes. Ahora, a una semana del fraude, es preciso ir un poco más allá, es preciso ubicarse en el "segundo día después". Chávez va a intentar imponer su comunismo de todas todas íívotemos o no, le ganemos o no!! Es ingenuo creer que porque las encuestas den el triunfo del NO o la abstención sea del 20%, él va a aceptar la derrota. Y nosotros, votemos o no, tendremos que enfrentarnos a la barbarie, de la única forma posible: en la calle. ííPor mucho que sea absolutamente cierto que ello será más fácil con un triunfo masivo en las encuestas y en las urnas!! El verdadero problema aparecerá entonces clarísimo: ¿estamos dispuestos a pelear cuando el CNE decrete el fraude?
Pero si derrotamos a la Reforma Constitucional en la calle, entonces -en el segundo día después- tendremos un maravilloso problema: ííChávez no podría seguir gobernando!! No porque nadie lo tumbe, sino porque es fácil inferir -no deducir, sino inferir- que él no podría gobernar si no es impulsando su totalitarismo. ¿Puede alguien imaginarse a Hugo Rafael conduciendo un gobierno democrático?
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