“En lo concerniente a la orientación de la
cultura nacional, el papel dirigente le corresponde a la ideología comunista;
debemos propagar activamente el socialismo y el comunismo entre la clase obrera
y educar de forma adecuada y metódica al campesinado y demás sectores de masas
en el socialismo.” (Mao Tse Tung, Sobre la nueva democracia, en Obras
Completas, vol. 2, Ediciones en lenguas extranjeras, 1968, p. 394).
“Entre
las orientaciones impartidas por el Comité Ejecutivo Central [del MOIR] se
destacó la de no limitar la campaña educativa a los textos de Marx y Engels,
sino ampliarla y sustentarla con los acopios posteriores de sus principales
discípulos, Lenin, Stalin y Mao. Recomendación pertinente, pues se trata es de
remarcar la trascendencia del marxismo.” (Francisco Mosquera Sánchez, La
vigencia histórica del marxismo, en Resistencia civil, Tribuna Roja, 1995, p.
91).
En
la permanente reingeniería social impulsada por la izquierda –no hablo de
extrema izquierda pues de suyo la izquierda es extrema, por lo menos acá en
Colombia, y, por tanto, decir extrema izquierda es un pleonasmo- la
manipulación política del lenguaje para enmascarar la realidad ha sido una de
las múltiples formas de lucha incruentas con que se han servido los
izquierdistas para destruir la cultura Occidental y así allanar el camino hacia
la “construcción” de la “nueva sociedad” que se realizará en total plenitud en
el comunismo, objetivo final del Foro Social Mundial, del Foro de Sao Paulo y
sus aliados.
Este
enmascaramiento del lenguaje ha tenido tanta popularidad que es frecuente
hallarlo en estudios académicos, en artículos de prensa, en libros de historia
y en labios de generadores de opinión que sin ningún vínculo con el movimiento
marxista ayudan, sin querer queriendo, al profuso éxito cultural de la
izquierda.
A esta subversión del lenguaje, vieja forma de
lucha marxista, recientemente la ha puesto de relieve Viviana Padelin en su
artículo Políticamente correcto: el lenguaje del neocomunismo. (Ver
http://www.periodismosinfronteras.org/11846.html).
Al respecto, la periodista
uruguaya subraya el temor de la “oposición” de llamar comunismo al peligro que
planea sobre el continente americano. En vez de ello utilizan circunloquios
como “populismo”, “gobierno corrupto”, “régimen de Maduro”, “dictadura de
Maduro” o “modelo chavista”. A esa subversión izquierdista del lenguaje se ha
sumado un sector del coro “opositor” para entonar con potencia, cuales tenores
wagnerianos, el eufemismo “castrochavismo” para señalar a los regímenes
reinantes en Cuba, Venezuela, Ecuador, Nicaragua y demás lacayos del Foro de
Sao Paulo, principal liga comunista contra la democracia, el cristianismo y el
capitalismo en América.
Preguntémonos:
¿Fidel Castro, Lula da Silva, Evo Morales, Rafael Correa, Nicolás Maduro, Hugo
Chávez, Daniel Ortega, el Foro de Sao Paulo han dicho, escrito o hecho que
impulsan o están construyendo el… “castrochavismo”? Dejemos que los socialistas
del siglo XXI respondan a tan imbricada cuestión y así sabremos con certeza si
la oposición afina o desafina en su aria. Las negrillas son nuestras.
En
Cuba, tras la toma del poder por Fidel Castro en sus primeras arengas rechazaba
que su gobierno fuese de corte comunista, empero su presunta negativa de
aceptar que desde su juventud había abrazado el marxismo-leninismo obedecía a
una jugada estratégica que buscaba apaciguar las sospechas que recaían sobre él
para así consolidar el poder, como efectivamente sucedió. El dictador lo
reitera en una rueda de prensa donde reafirma que desde sus épocas de
estudiante, y durante la conformación del Movimiento 26 de Julio, ya era un
ferviente y convencido marxista-leninista (Ver:
https://www.youtube.com/watch?v=deDqWUxwtEA). Hasta el día de hoy esa ha sido
la ideología que profesa y defiende Fidel Castro y su comitiva del Partido
Comunista de Cuba. No en vano se llama Partido Comunista y no Partido
“castrochavista”.
Mucho
antes de la instauración del comunismo en Cuba el Kremlin hizo denodados
esfuerzos para poseer países satélites en suelo americano. Recordemos, por
nombrar algunos casos, el 9 de abril de 1948 en Bogotá y el prosoviético
Coronel Juan Jacobo Arbenz Guzmán durante los años cincuenta en Guatemala.
Entonces, aceptar que la agitación marxista en América empieza en enero de 1959
con la llegada de los barbudos al poder y previo a esa fecha los diversos
Partidos Comunistas americanos, y otros grupúsculos revolucionarios, han sido
unas dóciles oropéndolas que respetan el Estado de derecho no tiene el más
mínimo asidero en la realidad.
La
toma de la isla caribeña, con la contribución determinante de marxistas
camuflados de demócratas, facilitó la tarea chino-soviética de penetrar y
debilitar las democracias americanas. La pretensión de acomodar el comunismo en
toda América no se diluyó tras el derribamiento del Muro de Berlín. La
disolución del bloque soviético –pero no del comunismo o sino pregúntele a un
cubano, a un norcoreano, a un vietnamita, a un chino si el comunismo ha caído-
fue una fortísima herida de la cual la izquierda lograría curarse.
Corría
el año de 1990 y para limpiarse del polvo que había esparcido el Muro de Berlín
el líder de Partido de los Trabajadores del Brasil, el socialista Luiz Inacio
Lula da Silva emprende un viaje urgente a La Habana para reunirse con el
entonces primer secretario del Partido Comunista de Cuba, Fidel Alejandro
Castro Ruz, y convocan a todas las formaciones comunistas, socialistas y
anticapitalistas a Sao Paulo, Brasil, para redefinir las tácticas, estrategias
y/o formas de lucha para persistir en la toma del poder. De allí el nombre de
Foro de Sao Paulo.
HUGO
CHÁVEZ: SOY SOCIALISTA
A
los dos años el Teniente Coronel del Ejército venezolano, Hugo Rafael Chávez
Frías, se alza en armas para tomar el poder en Venezuela e iniciar un
traumático proceso revolucionario socialista. El intento fracasa pero el ánimo
de llevar a cabo la empresa subversiva no decae. Había que emplear e
instrumentalizar otras formas de lucha para tomar el poder, las urnas. Chávez y
sus aliados conforman el Movimiento V República y apoyados por el Partido
Comunista de Venezuela, por el Movimiento al Socialismo, entre otras
agrupaciones izquierdistas, el aprendiz de dictador es elegido presidente en 1998.
Luego
de cumplir dos años de prisión por su fallida aventura golpista Hugo Chávez es
invitado a la isla-laogai por Fidel Castro. Allí, el 14 de diciembre de 1994,
pronuncia un emocionado discurso en la Universidad de La Habana ante el
dictador marxista y la plana mayor del Partido Comunista de Cuba donde afirma
con voz potente, briosa y orgullosa que es la primera vez que visita Cuba pero
que “en sueños a Cuba [comunista] vinimos infinidad de veces los soldados
bolivarianos del Ejército venezolano que desde hace años decidimos entregarle
la vida a un proyecto revolucionario, a un proyecto transformador”. Más
adelante revela que desde tiempo atrás dentro de las filas de Ejército
venezolano el prurito marxista –es decir, la infiltración había hecho su trabajo-
ha estado presente y proclamaban que la “Cuba [comunista] es un bastión de la
dignidad Latinoamericana y como tal hay que verla, y como tal hay que seguirla,
y como tal hay que alimentarla”. (Ver:
https://www.youtube.com/watch?v=G75tVRv2LQo).
Su
admiración e inscripción al marxismo desde su juventud lo reitera en otro
discurso pronunciado el 30 de enero de 2005 en Porto Alegre, Brasil, a cuentas
del V Foro Social Mundial. Pavoneándose ante un auditorio de 12 mil personas
cuenta: “el Vicepresidente chino me trajo un regalo, yo [Hugo Chávez] soy
maoísta. Desde muchacho, desde que entré a la Academia Militar comencé a leer a
Mao Tse Tung, los escritos militares, los escritos filosóficos, las tesis
políticas, el libro rojo […] En fin, me hice maoísta, bolivariano, una mezcla
de todo eso y así que el Vicepresidente [chino] me trajo la colección de los
escritos completos de Mao Tse Tung, el gran timonel”. De esa lectura, prosigue
Chávez, aprende una lección del genocida comunista: que para todo revolucionario
es “imprescindible precisar bien cuáles son los amigos y cuáles son los
enemigos”.
Como
buen totalitario socialista Hugo Chávez ha precisado cuales son esos enemigos:
el capitalismo y la democracia liberal. En esa misma alocución insiste: “Yo,
cada día me convenzo más, capitalismo y socialismo, no tengo la menor duda. Es
necesario […] trascender el capitalismo, pero agrego yo, el capitalismo no se
va a trascender por dentro del mismo capitalismo, no. Al capitalismo hay que
trascenderlo por la vía del socialismo, por esa vía es que hay que trascender
el modelo capitalista, el verdadero socialismo. ¡La igualdad, la justicia¡”. Y
con alusiones a reconocidos comunistas como Trotsky, che Guevara, Luis Carlos
Prestes, Salvador Allende, Muammar Al-Kadhafi y Fidel Castro, grita: “¡Qué viva
el che Guevara carajo¡”. Por otra parte, también menciona la felicidad que le
produjo su reciente visita a Rusia para dictar una charla en el Instituto de
Filosofía de Moscú. Cuenta el dictador venezolano que se hablaba de Marx y
Lenin.
Su
fe socialista es renovada el 20 de junio de 2005 en una ponencia sobre la
Alternativa Bolivariana para las América, ALBA, proferida en el Palacio
Legislativo Bicameral de Asunción, Paraguay. Vociferando que el capitalismo es
el demonio y la democracia representativa es una democracia formal o falsa
democracia, declara: “Yo [Hugo Chávez] soy socialista y creo en el socialismo
como camino y cada día creo –con mayor firmeza- que el único camino para salir
de la situación de subdesarrollo, de miseria y de atraso en que está América
Latina, en que están nuestro pueblos, es el socialismo, no creo que haya otro
camino.”
RAFAEL
CORREA Y EL CAMINO SOCIALISTA
Su
homólogo dictatorial, Rafael Vicente Correa Delgado, tampoco se va con medias
tintas y expone que la única opción para Latinoamérica es el socialismo. (Ver:
http://www.telesurtv.net/news/Correa-El-socialismo-es-la-opcion-de-Latinoamerica-20140819-0070.html
y
http://www.dailymotion.com/video/xwjo1f_rafael-correa-define-el-socialismo-del-buen-vivir_news).
Y añade que se nutre del refrito marxista de la teología de la liberación, del
socialismo “tradicional” y de otros socialismos como el “andino” y el agrario
mezclado con la Doctrina Social de la Iglesia. Rafael Correa considera legítimo
–ojo: como estrategia- hacer alianzas con grupos cristianos siempre y cuando
sean orientados hacía la revolución pues el Reino de los Cielos es de este
mundo. Pronto llega la contradicción del déspota ecuatoriano al decir que del
análisis marxista no toman la lucha de clases pero, a la vez, reivindica la
teología de la liberación que propugna ese choque frontal. Rafael Correa y la
izquierda mundial sólo desechan o ponen al final de la lista una forma de
lucha: la “lucha armada”. Eso no transforma a los marxistas o a los socialistas
en demócratas pues persiste, como los hechos lo constatan, la meta de destruir
la actual sociedad para “construir” la sociedad carcelaria. (Ver https://www.youtube.com/watch?v=y5VmGaOUojM).
Luego,
en un programa de televisión ecuatoriano Correa Delgado ratifica por enésima
vez su credo político al insistir que hay que poner “más ideología en el
Ministerio de Relaciones Laborales: nosotros somos socialistas, estamos con la
clase trabajadora, estamos con el trabajo humano, estamos con la supremacía del
ser humano sobre el capital”. Y en el colmo del estatismo, encomia las cargas
tributarias para encadenarlas a una sugerente venia al marxismo. (Ver: https://www.youtube.com/watch?annotation_id=annotation_3413862917&feature=iv&src_vid=YsTcBgyfVWY&v=kNHDCmY15Sc).
EVO
MORALES Y GARCÍA LÍNERA: SOMOS MARXISTAS
Más
hacia el sur nos topamos con Juan Evo Morales Ayma. De extracción humilde, tras
finalizar su servicio militar se muda con su familia a Cochabamba y en el
cultivo de la coca los Morales mejoran su estilo de vida. Su carrera pública
inicia en el sindicalismo cocalero y minero boliviano. En 1983 Evo Morales
ingresa al Sindicato Agrícola de San Francisco; en 1993 es elegido presidente
del Consejo Andino de Productores de Coca y en 1994 es reconocido como el líder
más destacado de la Confederación de Productores de Coca. Ya su visión del
mundo estaba apresada por el marxismo. En 1997 decide lanzarse al parlamento
por Izquierda Unida, una coalición revolucionaria dirigida por miembros del
Partido Comunista de Bolivia, siendo elegido diputado nacional. En 1999
abandona Izquierda Unida y funda su propio grupo: Movimiento al Socialismo –han
leído bien, movimiento al socialismo, no dice movimiento al… “castrochavismo”-
y se presenta como candidato presidencial en el 2002 saliendo vencedor su
contendor, Gonzalo Sánchez de Losada. Sin embargo, el Foro de Sao Paulo no ceja
en su empeño de instalar un títere en la silla presidencial y finalmente, en
2005, Evo Morales es elegido presidente de Bolivia.
Con
el firme propósito de erigir el Estado socialista –sí, el Estado socialista no
el… “modelo chavista”- Morales ha impulsado un fuerte adoctrinamiento dentro de
las FF.AA y en la celebración de los 188 años de independencia de Bolivia
declara que “ahora tenemos unas Fuerzas Armadas nacionalistas, socialistas y
antiimperialistas para defender la patria”. Como leen no hay discrepancia entre
socialismo y nacionalismo: no olviden el nacionalsocialismo. En perfecta
concordancia con el dictador, el Comandante en jefe de las FF.AA de Bolivia,
General Edwin de la Fuente Jeria, recalca que “los militares serán adoctrinados
con el principio socialista y para ser antiimperialistas y descolonizadores”.
(Ver http://www.presidencia.gob.bo/fuente/noticia.php?cod=1089).
Recientemente,
durante la III Cumbre de la CELAC celebrada en enero de 2015, Evo Morales ha
afirmado que Latinoamérica debe ser anticapitalista para que pueda avanzar pues
el “capitalismo le hace daño a la humanidad. La región debe ser
antiimperialista, anticapitalista para avanzar. Yo [Evo Morales] soy rojo, soy
comunista, soy marxista. Siento que la Celac es una OEA, pero sin Estados
Unidos.” (Ver: http://www.nacion.com/nacional/politica/Evo-Morales-presidente-Bolivia-anticapitalistas_0_1466453429.html).
No
es la primera vez que Morales nos dice en nuestras narices la ideología y el
sistema político que está implantando en su país y el que poco a poco se ha ido
apoderando de nuestras naciones. Corría abril de 2009 y sesionaba la VII cumbre
del ALBA, Evo Morales pide la palabra y aprovecha la ocasión para arrojar loas
a Fidel y Raúl Castro y declararse un liberticida: “Cuba ha sido expulsada [de
la OEA] por ser leninista, marxista, comunista. Yo [Evo Morales] quiero decir a
los miembros de la OEA, aquí, yo [Evo Morales] quiero declararme marxista,
leninista, comunista, socialista y ahora que me expulsen, quiero que me
expulsen de la OEA; no se puede creer que por ser marxista leninista [lo]
expulsen de la OEA”. (Ver https://www.youtube.com/watch?v=5pErBpC3tro).
Evo
Morales está flanqueado por el ex terrorista Álvaro García Linera, alias
‘Qananchiri’. Vicepresidente de Bolivia desde 2005, García Linera fue cuadrillero
del ejército guerrillero Tupac Katari, EGTK, banda marxista-leninista. Su
extenso prontuario criminal, que le valió una condena en prisión, no ha sido
óbice para escalar posiciones en el mundo político y presentarse como un
intelectual. (Ver: http://eju.tv/2012/07/la-mala-memoria-de-qananchiri/).
Su
convicción marxista no ha cambiado un ápice sólo han variado las tácticas, las
formas de lucha para llegar al poder y perpetuarse en él. Desde la página web
de la Vicepresidencia, alias ‘Qananchiri’ rehace su pasado y se dibuja como un
“luchador social” que desde siempre ha “defendido” los intereses de los más
“necesitados”, en especial, de los “indígenas” y, aparejado con su pretendida
“lucha social”, asegura que ha buscado “conciliar” el indigenismo con el marxismo. También
aprovecha, mientras la “oposición” mira hacia otro lado, para declararse un
orgulloso marxista. (Ver http://www.vicepresidencia.gob.bo/spip.php?page=expositor&id_expositor=10).
García
Linera no desperdicia ocasión para expresar su incondicional amor por el
comunismo y en un homenaje a la Juventud Comunista de Bolivia, organizado por
él, realza a los comunistas como los primeros coequiperos en la construcción
autoritaria: “Quiero saludar el acompañamiento de la Juventud Comunista, su participación
militante junto al presidente Evo [Morales], junto a nuestras organizaciones
sociales, junto a los movimientos sociales. Esa es la lucha real que se
desenvuelve ante nuestros ojos”. Y acto seguido exige reivindicar el comunismo
pues es la única esperanza planetaria. (Ver
http://www.semanariovoz.com/2013/07/01/gobierno-boliviano-rinde-homenaje-a-la-juventud-comunista/).
Su
activismo no se ha quedado en palabras. Con el sello de la Vicepresidencia,
‘Qananchiri’ ha organizado y participado en seminarios y lanzamientos de libros
que exaltan a Marx y al comunismo. Uno de esos seminarios ha sido bautizado con
el nombre de El marxismo en América Latina: nuevos caminos al comunismo. (Ver
https://www.youtube.com/watch?v=zdUZnBw-EM8).Ya). Y ha presentado el libro El
sentido de la historia y las medidas geopolíticas de El Capital (Crítica a
intérpretes del Manifiesto del Partido Comunista) del marxista Jorge Veraza,
lanzamiento reseñado por Voz, órgano de propaganda del PCC-FARC. (Ver http://www.semanariovoz.com/2013/11/28/alvaro-garcia-linera-manifiesto-comunista-muestra-virtud-literaria-e-historica/).
Otros
frecuentes invitados por García Linera han sido el comunista español Pablo
Iglesias y el comunista esloveno Zlavoj Zizek.
COMUNISMO
ES BARBARIE, ¿Y
el PCC-FARC
También ejecuta su parte instrumental en toda esta enorme
orquestación izquierdista? Por supuesto. Aunque en otros artículos hemos
remarcado, recalcado, subrayado que las FARC son PCC y militan y defienden el
marxismo-leninismo, no sobra insistir sobre ello. Por otra parte, advertir la
ideología del PCC-FARC no les otorga o les concede alguna ventaja política, ni
relativiza su condición de cartel narcoterrorista; por el contrario: es mostrar
todos los aspectos del enorme peligro que representa esa banda-partido: son una
amenaza comunista que utiliza, entre otras “formas de lucha”, el terrorismo y
el narcotráfico para implantar un sistema político dictatorial y genocida: el
comunismo.
En
2010 sale a luz una recopilación de escritos y entrevistas titulada Notas sobre
la revolución Latinoamérica de Patricio Echegaray, miembro fundador del Foro de
Sao Paulo y, a la sazón, secretario general del Partido Comunista de Argentina.
Sí: han leído correctamente: Partido Comunista, no se denomina Partido “modelo
chavista” o Partido “castrocomunista” o algo por el estilo. En ese libro, en el
que incluye un escrito reivindicando la vigencia del marxismo, el argentino
recoge una entrevista que le concedió en el 2004 Luis Edgar Devia Silva, alias
‘Raúl Reyes’, miembro del comité central del PCC-FARC. Entre los diferentes
temas abordados, como la construcción del “nuevo Estado” o la “nueva Colombia” -entiéndase construcción
del comunismo-, Echegaray pregunta al cabecilla criminal si así como hay
alianzas con otras bandas terroristas marxistas, “¿hay también una política de
alianzas hacia sectores de la izquierda política que adoptó formas de lucha
dentro del campo institucional, entre ellas el Partido Comunista [Colombiano,
PCC]?”. Responde alias ‘Raúl Reyes’: “Claro que sí. La propuesta es un nuevo
gobierno con amplitud y participación, y obviamente incluye la izquierda no
armada. Esperamos que ellos también hagan su aporte en ese proyecto que nos
tendrá que incluir a todos. Porque las FARC-EP, siendo Partido Comunista
[Colombiano, PCC], se alimenta de la ideología comunista. Jamás podemos excluir
a los comunistas, pues sería destruirnos a nosotros mismos”.
Así
es: el mismo ‘Raúl Reyes’ reitera lo que desechan tan alegremente los
expositores de la hipótesis del “conflicto armado interno” y los de la “amenaza
terrorista”: las FARC son Partido Comunista Colombiano y profesan el comunismo.
‘Raúl Reyes’ no afirma nada indebido, divulga lo que han emitido o escrito
otros miembros del comité central del PCC-FARC como lo rubricado en 1967 por
Manlio Lafont Herrera en su libro Curso sobre la resolución política del
Partido Comunista de Colombia: “El Partido Comunista de Colombia, [no escribe
Partido “castrochavista” de Colombia] goza en cambio de gran autoridad y tiene
respaldo material sobre el cual fundamentar su política. Las FARC se encuentran
bajo su dirección hegemónica [del PCC] y de parte de éstas hay una posición
clara sobre el movimiento revolucionario en Colombia y el camino para lograr la
unidad del pueblo”.
En
sintonía con ‘Raúl Reyes’, el mal llamado “canciller” del PCC-FARC Rodrigo
Granda Escobar, alias ‘Ricardo Téllez’, envía un afectuoso saludo
revolucionario a sus camaradas cariocas y a Iván Pinheiro, secretario general
del Partido Comunista Brasileño, por la celebración del XV Congreso del PCB, y
resalta: “Los planteamientos que en sus tesis esboza el PCB alrededor de
asuntos como la conquista del poder político para la clase trabajadora, el
bloque de poder revolucionario del proletario cuyo propósito es la construcción
del socialismo como peldaño hacia la sociedad comunista, la integración de la
contrahegemonía socialista en alianza con las capas medias e intelectuales y la
juventud son un compendio de ideas muy bien elaborado que compartimos y
consideramos pueden ser base para forjar la necesaria estrategia común de
emancipación que guíe a los revolucionarios del continente”. Y aplaude el
rescate del marxismo-leninismo impulsado por el PCB. (Ver https://www.youtube.com/watch?v=pHDLbLmxJcw).
Otro
de los miembros del PCC-FARC Luis Alberto Albán Urbano, alias ‘Marco León
Calarcá’, nos espeta en nuestra cara, en tanto que los del “conflicto armado
interno” como los de la “amenaza terrorista” persisten en la sordera
voluntaria, el futuro que le espera a Colombia. Tutelado por una enorme estampa
de Pedro Antonio Marín Marín, alias ‘Tirofijo’ o ‘Manuel Marulanda Vélez’,
miembro del comité central del PCC-FARC, el terrorista marxista ‘Marco Calarcá’
reverencia a los organizadores de la conferencia Rosa Luxemburgo. Inicia con un
epígrafe de la marxista alemana para luego yacer en el abrasador fuego de la
ceguera socialista: “Compañeras y compañeros. Nuestras palabras recogen el
sentimiento fariano [y del PCC] de gratitud y solidaridad. Gratitud por
posibilitar la entrega de nuestro mensaje no sólo a quienes participan sino
también a quienes lo oirán y leerán a través de los canales de difusión de la
conferencia, en especial, la audiencia del diario Junge Welt. Y solidaridad
porque nunca ha sido tan vigente y legítima la afirmación ‘socialismo o
barbarie’ de Rosa Luxemburgo a cuya memoria se rinde tributo hoy”. (Ver
https://www.youtube.com/watch?v=TKzFXMwWZoo).
A
esa presunta vigencia de la comunista germana también acude Hugo Chávez en una
diatriba revolucionaria bramada en el auditorio Teresa Carreño de Caracas el 13
de agosto de 2005 durante la realización del XVI Festival Mundial de la
Juventud y los Estudiantes. Entre los asistentes estaban Fidel Castro, Armando
Hart y el nacional-bolchevique Heinz Dieterich. El primero en hablar fue Fidel
Castro. Nuevamente se declara marxista-leninista y un profundo admirador y
colaborador del socialismo de la revolución bolivariana. Luego toma la palabra
Hugo Chávez y comienza recomendado libros de autores marxistas, alaba a Fidel Castro,
envía sus saludos a Muammar Al-Kadhafi para luego concitar a la Luxemburgo en
su estruendoso y dañino sermón comunista y anticapitalista: “A estas alturas de
la Historia consideramos que ahora sí tiene plena vigencia en tiempo, en tiempo
y en espacio, aquel grito de Rosa Luxemburgo, aquel dilema cartesiano de Rosa
Luxemburgo, inspirándose en Carlos Marx, cuando lanzó la frase: socialismo o
barbarie, socialismo o barbarie”. Y en su visión apocalíptica de la próxima
destrucción de la tierra, si no tomamos el camino socialista, Chávez impele a
los jóvenes a hablar y a proponer el socialismo: “Por eso es que es tan urgente
y por eso es que nosotros, desde Caracas, desde Venezuela, hemos hecho el
llamado porque creemos que era el primer paso que había que dar, creemos que
era el primer paso porque casi nadie en el mundo se ha atrevido en estos último
años a hablar de socialismo, casi nadie, ¿excepciones? La Cuba revolucionaria y
socialista”. Y excluido el temor “hay que salir definitivamente de las actitudes
defensivas y hay que iniciar en el mundo entero una gran ofensiva hacia el
socialismo, hay que decirlo en todas partes”. Así lo ordena: una ofensiva
mundial hacia el socialismo, no hacia el… “castrochavismo”, no hacia el…
“chavismo”, no hacia al… “régimen de Maduro”.
Y
qué es el socialismo: Fidel Castro responde tajantemente: el comunismo (Ver
https://www.youtube.com/watch?v=S4EuuLzzQMg).
Tras
lo expuesto, sin duda ese sector opositor desafina al señalar lo inexistente:
el tal… “castrochavismo”. Seamos claros: la meta absoluta de la izquierda, del
Foro Social Mundial y el Foro de Sao Paulo es establecer, como lo pregonan, el
comunismo.
Dicho
sector de la oposición exige lo que no otorga: llamar a las cosas por su
nombre. Exigen dejar la diplomacia para denunciar lo que sucede en Venezuela,
pero sobresalen los eufemismos enumerados aquí para denunciar lo que sucede en
Venezuela. Exigen dejar el miedo para denunciar a las FARC, pero sobresale el
temor para señalar que las FARC son PCC, son comunistas y su ideología es el
marxismo.
Una
sugerencia que seguramente no será atendida por ese sector opositor: por favor,
comiencen por ustedes: otorguen lo que exigen.
Carlos
Romero
carromerillo@yahoo.es
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