Podríamos
ir después que resolvamos los reales y prioritarios problemas del país.
En
los últimos tiempos se ha planteado la necesidad de una constituyente como una
salida a la crisis política. La constituyente se plantea como una salida de
transición política y su convocatoria sería una herramienta para superar la
crisis de legitimidad y recuperar la institucionalidad democrática. Otros
plantean que la constituyente sería una herramienta, una vez que cambie el
gobierno, para la recuperación de la institucionalidad y una solución a los
problemas y deficiencias gubernamentales.
La
constituyente tiene por objetivo una modificación de la Constitución y del
orden institucional. Los problemas que aquejan y sufre el país no se resuelven
con una constituyente, un cambio de Constitución o un nuevo orden
constitucional. Los males que estamos padeciendo no son culpa de la
Constitución, no son fundamentalmente un problema constitucional y, un debate
constituyente sobre temas constitucionales, en nada contribuye a resolver los
problemas de servicios públicos, corrupción, inseguridad, control de cambio,
desabastecimiento, desempleo, falta de vivienda, crisis universitaria, epidemia
del H1N1, ilegitimidad del gobierno, totalitarismo parlamentario, falta de
autonomía del Poder Judicial, CNE y Poder Ciudadano, cadenas de radio y TV,
falta de institucionalidad militar, e ineficiencia absoluta del régimen.
Los
problemas gubernamentales se resuelven con un nuevo gobierno y gobernando
conforme a la Constitución; el cambio de gobierno debe y puede venir conforme a
la Constitución y respetando los mecanismos institucionales existentes.
Una
constituyente implica por los menos tres procesos electorales; el desgaste de
activar institucionalmente el proceso como tal; un largo proceso de debate y la
subsecuente polarización y; después de por los menos dos años, una nueva
Constitución, eligiendo, en un cuarto proceso electoral, las nuevas autoridades
y designando los órganos del poder público. Mientras tanto, hay más inseguridad
jurídica e institucional, más polarización, más elecciones, más desgastes,
menos gobierno y menos solución a los problemas reales e inmediatos de los
ciudadanos.
La constituyente es una caja de Pandora. Después que resolvamos los reales y prioritarios problemas del país, vamos a la constituyente, antes es defraudar al ciudadano.
gfernandez@cjlegal.net
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