jueves, 18 de agosto de 2011

IVÁN ENRIQUE LEÓN HERNÁNDEZ: PEATONES VENEZOLANOS, ¿QUÉ REALMENTE SOMOS?.

¿Somos perezosos, holgazanes, indiferentes, incorregiblemente indolentes?, ¿Asi realmente somos los Peatones Venezolanos?. 

Cuando nos preguntabamos que de seguir asi no nos merecemos a Venezuela cómo Pais, ¿Pero somos amonestados por nuestra propia consciencia?, pero tercamente nos defendemos diciendo que somos muy pacientes y ecuánimes. Desatendemos nuestros deberes ciudadanos, no nos ocupamos de nuestra labores que se nos encomiendan, y con excesiva frecuencia holgazaneamos tumbados en la cama. Asi son nuestro comportamiento a lo largo de estos doce (12) años. Hasta que llego cierto dia qué nos preguntamos ¿Que realmente somos?. Hasta que llego un extraño Peatón que nos llamo la atención y nos dijo:

-Quedan todos expulsado de Venezuela.
-¿Por qué? -preguntamos todos a una sóla voz.
-Por su fidelidad.

-Pero eso es una gran injusticia -replicámos todos enfurecidos-. No  hemos visto jamás a nadie que sea expulsado por su fidelidad.

-Si -dijo sosegadamente el Peatón extraño-, por su  fidelidad a la indolencia, la desidia, la negligencia y la holgazaneria.

Algunos Peatones engañan a los demás -o se engañan a si mismos- enmascarando su pereza con el ropaje de la paciencia, a pesar de que la paciencia es la actitud de saber esperar con ánimo imperturbable, pero jamás con desidia ni resignación fatalista. La paciencia se aplica equilibradamente y sobre todo se pone en marcha para refrenar el impulso exacerbado hacia lo que se anhela, o para "soportar" lo inevitable, lo que de momento no puede modificarse o las vicisitudes inevitables de la vida. Evita de esa forma añadir el sufrimiento extra de la impaciencia, la lamentación y la tensión desmesurada.

Los grandes maestros de la mente realizada invitan a tener una actitud paciente, pero siempre insisten en el esfuerzo correcto y bien aplicado para transformar y mejorarse. Incluso ese esfuerzo debe ser bien medido, pacientemente aplicado, ni excesivo ni desequilibrado. El esfuerzo paciente (y por tanto tenaz) y equilibrado es la clave del éxito. Si se producen aparentes retrocesos, se insiste sin desánimo; si surgen fracasos, el esfuerzo es fuente de enseñanza, y se instrumentaliza pacientemente para seguir avanzando. Como reza el adagio: "El que fracas una vez se decepciona, pero el que fracasa tres veces es un maestro".

La paciencia verdadera nada tiene que ver con la indolencia o la apatia, pues mientras la paciencia es una cualidad laudable y beneficiosa en cualquier actividad, la indolencia o la apatia, asi como la pereza crónica, son obstáculos muy graves y frenos en la senda del desarrollo individual.

Peatones Venezolanos, mientras no cambiemos de actitud, estaremos pisando a fondo el acelerador hacia el despeñadero. ¿Qué estamos esperando para cambiar....?.

peatones.sin.barreras@gmail.com

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