No es el fin. Lo que aconteció en días pasados en las principales mercados financiero mundiales, producto de los problemas Norteamericanos con su deuda pública, no es el fin del sistema capitalista como algunos pregonan abiertamente, sino, es parte de un proceso de reajuste mundial donde los Estados Unidos están perdiendo la supremacía, es decir está cediendo su primer lugar a otros países.
El imperio persa, el romano, en los albores de la civilización, España y Portugal en el siglo XVI, Inglaterra en el siglo XVIII y XIX y Estados Unidos en el XX. Como ven todos los casos anteriores, se pueden definir como capitalistas. Ahora ¿cual es el factor decisivo para que en su debido momento algunos de ello este a la cabeza económica mundial? El desarrollo de un factor productivo específico.
Antiguamente se decía que son 3 los factores productivos: tierra, trabajo y capital. De esta forma vemos como inicialmente los países trataban de acumular tierras, de donde se podrían extraer los alimentos y metales preciosos necesarios para su crecimiento. Posteriormente, el trabajo, la mano de obra barata, fue el factor fundamental y luego en la era industrial, el capital y la tecnología.
La era industrial trajo simultáneamente la necesidad del desarrollo de los mercados financieros, ya que sin fuentes de financiamiento no se pueden adquirir el capital necesario para la producción. Como vemos, a lo largo de la historia ha variado la estrategia de crecimiento. En este reajuste mundial se observa como los países asiáticos están presionando para tomar la batuta, mientras que Latinoamérica se viene rezagando. Cada vez es mayor la brecha que nos separa de los países desarrollados. Según estudios de la Corporación Andina e Fomento (CAF), una de las razones que explican esta situación, es “un desempeño desfavorable en la acumulación de factores de producción y de productividad”. En contraste, los países asiáticos están basando su crecimiento en el desarrollo de un nuevo factor productivo “el capital humano, el cual lo podeos definir como: “la acumulación de habilidades, destrezas y conocimientos que contribuyen al desarrollo social y económico, tanto de los individuos como de la comunidad” (CAF, 2004) Inclusive este concepto se puede ampliar con cualidades como la lealtad, motivación y el trabajo en equipo.
Otros factores que se pueden señalar son: el bajo nivel de ahorro que trae como consecuencia la baja capacidad de inversión, El poco desarrollo del sistema financiero, y a la poca participación en el comercio mundial y la implementación de política públicas inadecuadas.
El sistema capitalista no esta muriendo, solo está experimentando los ajustes necesarios. ¿Llegará pronto el fin del sueño americano y comenzará el sueño asiático?. No lo sabemos, pero lo que si está claro es que Latinoamérica no puede quedarse rezagado, ya que la razón fundamental de todo proceso económico debe ser el mejoramiento del bienestar general de la población.
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