jueves, 28 de julio de 2011

HINTERLACES, OSCAR SCHEMEL. ""60% DE LOS VENEZOLANOS QUIEREN UN CAMBIO EN EL 2012""

El presidente de la firma encuestadora Hinterlaces, Oscar Schemel, reveló este lunes que “el 60% de los venezolanos considera que lo más conveniente para el país es que en el 2012 haya un cambio de Presidente”.
En sus declaraciones aseguró que “es innegable que hay un clima de descontento y desesperanza” en la población.
-El país quiere un cambio de rumbo, insistió.
Según la investigación realizada por Hinterlaces, “más del 61% de los venezolanos piensa que el Presidente ha perdido popularidad”.
-Más del 70% está en desacuerdo con las expropiaciones y nacionalizaciones, agregó.
Sin embargo, destacó que a pesar del descontento que se vive en los sectores populares “el Presidente sube en la evaluación positiva de su gestión”, producto de “una relación pasional” que experimenta con el pueblo.
Explicó que mientras el presidente Chávez utilice “un discurso seductor” donde ofrece y promete mejorar las condiciones de vida de estos sectores, genera una “dependencia” de los votantes.
-Son masas ilusionadas que piensan que ahora sí el Presidente les va a cumplir, opinó.
Por otra parte, Schemel comentó que la oposición está muy ocupada en seleccionar un candidato, mientras debería “estar más preocupada en entender la estrategia de su adversario”.
-Hoy 48% de la población sigue pensando que la oposición no está preparada para gobernar, advirtió.

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CARLOS ALBERTO MONTANER. EL FIN DE CHÁVEZ Y EL GOBIERNO CUBANO

La prioridad de los servicios cubanos es apuntalar al chavismo en el poder a cualquier costo. Dan por sentado que Chávez se morirá pronto y hacen planes. 

Están en estado de alerta y se mueven en esa dirección a toda máquina. Cuando Adán Chávez, el hermano mayor de Hugo, ya al corriente del cáncer que afectaba al Presidente, regresó de Cuba hace unos días y dijo en Caracas, públicamente, que había que pensar en defender a la revolución bolivariana por cualquier vía al margen de las elecciones, estaba describiendo el punto de vista y la desesperada estrategia de La Habana. 
Era predecible. Raúl Castro y su hermano tienen buenas razones para temer que Chávez, si se muere, se lleva a la tumba a la revolución cubana. Esos 100,000 barriles diarios de petróleo, y los copiosos subsidios que le concede a la Isla, son el principal sostén de una dictadura asombrosamente improductiva, como no se cansan de denunciar los propios mandamases del régimen. Si se corta ese flujo de recursos la hecatombe sería mayor que la padecida cuando desaparecieron la URSS y su generoso subsidio. Entonces, a principios de los noventa, la capacidad de consumo de los cubanos se contrajo súbitamente en un 40%. Ahora sería peor.
El escenario que Raúl y Fidel temen es probable que suceda: la cúpula chavista, sorprendida por la desaparición del caudillo venezolano, se divide y es barrida en las urnas. Eso es lo que quieren evitar. Todos saben que en ese país no hay nadie en las filas oficialistas que despierte simpatías populares. Chávez no creó un partido sino un coro de sicofantes. Muerto o en medio de una prolongada etapa agónica, simplemente, no tiene sustituto. Por eso Adán comenzó a preparar las condiciones para un escenario violento. Tratarán de imponerse por la fuerza y la represión utilizando a los chavistas cercanos al castrismo, más o menos como Moscú, durante la Guerra Fría, dominaba a sus satélites utilizando a los camaradas locales prosoviéticos. Lejos de pactar un acuerdo pacífico con la oposición, van a “radicalizar el proceso”, como dicen en la jerga. En ello les va la vida.
El fin de la colaboración entre La Habana y Caracas conlleva otro aspecto muy grave para los Castro. En Venezuela hay unos sesenta mil cooperantes cubanos. Si el chavismo pierde el poder tendrían que repatriarlos rápidamente y temen que un porcentaje grande intente quedarse. Hay planes de contingencia para evacuarlos por cualquier medio en una especie de Dunkerque caribeño si la situación se hace muy crítica, pero antes de llegar a ese punto el gobierno de Raúl Castro hará cualquier cosa por mantener su jugosa colonia.
Los demócratas venezolanos de la oposición, naturalmente, no se cruzarán de brazos. No son idiotas. El mensaje que ya le están susurrando al oído a los diputados chavistas y a los militares con mando de tropa va en la otra dirección: es inútil tratar de convertir el gobierno de Caracas en una dictadura procomunista contra la voluntad del 80% de todos los venezolanos, incluida la mayor parte de los chavistas, como confirman todas las encuestas. Ese intento terminaría en un baño de sangre. No hay chavismo sin Chávez y nadie sabe exactamente qué es la revolución bolivariana más allá de un inmenso desorden que se ha tragado un billón (trillón en inglés) de petrodólares mientras demolía una buena parte del tejido empresarial. Llegó el momento de quitarle la mecha a la bomba de tiempo mediante unos comicios honrados y el compromiso de no pasarle la factura a nadie por los 12 años de chavismo.
Los chavistas –dicen– no pueden ni deben subordinar los intereses venezolanos a la conveniencia de Cuba. Para ellos (por lo menos para los que ya están al habla con sus adversarios) la desaparición del teniente coronel es una oportunidad de consolidar dos grandes fuerzas políticas de centroderecha y centroizquierda que, recurriendo a procedimientos democráticos, le den estabilidad al país tras la desaparición de Chávez.
Es probable, en suma, que Cuba no consiga imponer su voluntad en Venezuela, pese a todo el empeño que ponga en el esfuerzo. Cuando Moscú era la metrópolis del mundillo comunista de Centroeuropa, tenía varias divisiones del Ejército Rojo ocupando el territorio de sus satélites y les suministraba petróleo y gas a precios preferenciales a esos países. La relación de Cuba con Venezuela es diferente. Los satélites de la URSS en gran medida eran parásitos económicos de Moscú. Cuba es un paraíso de su satélite. Los venezolanos no necesitan para nada a los cubanos. Esa relación de fuerzas acabará prevaleciendo.

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NELSON MAICA C. MODELOS. ECONOMIA

Toda sociedad debería discutir el modelo económico que desea establecer, someterlo a referéndum y, de ser aprobado por una mayoría calificada, aplicarlo; de lo contrario, continuar su búsqueda y repetir el procedimiento hasta aprobarlo.
Hay pocas opciones por los momentos. En realidad solo se cuenta con dos modelos económicos: el centralizado o el descentralizado.
El modelo centralizado consiste en dejar que un centro, llámese gobierno, buró, partido o dictador sea el que tome las decisiones económicas que permitirán producir bienes y servicios a fin de que la sociedad pueda sobrevivir.
Este centro (dictador) es el que decidirá qué producir, a quién distribuir, cuánto asignar a cada persona y organizará la fuerza de trabajo para colocar a cada hombre en un punto de la maquinaria estatal de producción. Tal como hacen en Cuba y pretenden hacer en Venezuela.
El modelo centralizado ha recibido muchos nombres. Por ejemplo: esclavista, feudal, socialista, fascista, nazi, soviético, maoísta, comunista, economía de estado, capitalismo de estado, etc.
El modelo centralizado requiere la abolición, el extermino, de la propiedad privada y por lo tanto la prohibición del comercio entre los particulares.
La producción de cualquier bien, ropa, por ejemplo, no la decide el empresario sino el centro (el gobierno, el dictador). La norma, la regla fundamental de funcionamiento se basa en la disciplina u obediencia, la sumisión, el servilismo absoluto al poder central, al dictador.
El modelo descentralizado consiste en proteger y ayudar a establecer que los individuos, los ciudadanos, el pueblo, sean los protagonistas, los actores fundamentales de la economía.
Eso quiere decir que cada individuo, cada ciudadano del pueblo, tiene la libertad plena, sin tanta permisología, de decidir la actividad que quiera realizar ya sea en la producción, manufactura o en la distribución de cualquier producto.
Este individuo, esta persona, este ciudadano, debe elegir si se dedica a producir metras, pan, zapatos, juguetes, computadoras, celulares, satélites, cohetes, etc. O bien, si desea comercializar lo que otros producen.
El modelo descentralizado establece como normas de funcionamiento el respeto a la propiedad de los demás individuos así como el respeto a la libre competencia.
Este modelo ha recibido también distintas denominaciones: capitalista, de libre empresa, liberalismo económico, economía de mercado, neoliberalismo, gran capital, etc.
Estos son los dos modelos puros de la economía. Sin embargo, en lo práctico, en lo real, en el día a día, hoy, no existe ningún país que lo aplique al pie de la letra. Casi todos los países del planeta tienen una mezcla de los dos modelos económicos.
Hay sociedades que tienen más mercado que intromisión y regulaciones del gobierno, por ejemplo, Hong Kong, Singapur, Taiwan, etc. Otras sociedades tienen más regulaciones del gobierno que libertad de mercado, por ejemplo, Corea del Norte, Cuba, China, y ahora se intenta implantar en Venezuela con menoscabo de todos los derechos humanos y libertades consagradas al ser humano, etc.
¿Por que existen esos tipos de economías mezcladas? Ninguna explicación completa. Posiblemente porque es difícil definir el proyecto de gobierno que al final, para un tiempo determinado, desea cada sociedad.
Se requiere, tal vez, tener una larga, profunda y variada educación que haga posible la existencia de teóricos que comprendan perfectamente los caminos de la economía y cuyo fin es la felicidad del humano.
Pero, el pensamiento económico que ha dominado, al presente, ha sido el que se fundamenta entre lo que se vivió en Europa con el socialismo comunismo de la Urss y China, el fascismo y el nazismo, las supuestas ideas del marxismo y las del llamado mundo libre occidental, ganadores de la segunda guerra mundial, lideres del mercado mundial y su teórico muy celebrado John Maynard Keynes.
El marxismo estableció, para algunos fanáticos, las bases para la creación de los sistemas centralizados mediante su prédica por la abolición de la propiedad privada y del capitalismo. Eso lo hacían los reyes y caudillos.
Keynes estableció, documentado, la teoría para legitimar la intervención del estado en la economía. En realidad ambos planteamientos empujaban hacia el mismo lado, es decir, hacia el centralismo económico.
Por lo tanto unos países se declararon abiertamente socialistas comunistas, fascistas o nazis y otros simpatizaron con las ideas Keynesianas de permitir que los gobiernos dirigieran la economía, controlaran los mercados, regularan la producción, y manipularan la moneda. De esta manera, el sistema de mercados libres sufrió un descalabro, se eliminaron las libertades económicas (y por lo tanto, políticas) de los individuos y la burocracia gubernamental tomó el papel estelar de la comedia.
Luego llego como una especie de despertar en todo el mundo por recuperar aquel sistema que permite aprovechar las capacidades y talento de cada ciudadano. Se empieza a ver las bondades del mercado, la competencia, las motivaciones económicas de los individuos, etc.
Es como una rehabilitación del liberalismo económico sintetizado por mentes brillantes como la de Adam Smith, León Walras, Carl Menger, Bohm von Bawerk, Ludwig von Mises, Friedrich von Hayek, Israel Kirzner, Milton Friedman, etc.
Autores que, por cierto, quedaron proscritos de los programas de economía de muchos países latinoamericanos. Parece que Chile y ahora Perú los han redescubierto en cierta forma.
Uno de los grandes problemas que enfrentan los países latinos, para algunos pensadores y analistas, es que hay muy poca gente experta en el pensamiento del liberalismo económico.
En contraposición hay demasiada gente contaminada por las ideas socialistas comunistas y keynesianas, incluyendo a Usa. De esta forma es muy difícil crear un proyecto de nación que tenga una clara definición hacia el establecimiento de una economía de mercado.
Sin embargo, la oleada histórica que estamos viviendo favorece el desarrollo de economías de mercado. Países que antes veneraban la centralización (URSS, China, Polonia, etc.) han tomado la decisión de cambiar su modelo de economía estatal para implantar, en principio, algo de la economía de mercado. En Venezuela se pretende hacer lo contrario. ¿Por que?.
¿Qué tan exitosa será esta transformación? Depende del clima intelectual que se logre en cada sociedad. Por ejemplo, en el caso mexicano, se intentó caminar en este plan de transformaciones. Pero la intelectualidad y todo el sistema educativo estaban estructurados en la filosofía de economías estatales.
La conciencia de los jóvenes, docentes, periodistas y escritores estaba conquistada por la ideología marxista-keynesiana. Esto dificultó enormemente el establecimiento del nuevo modelo económico. Sin embargo, la discusión de qué modelo tomar sigue tan necesaria ayer como hoy. En la elección del modelo está precisamente la clave para garantizar un mundo de prosperidad o uno de pobreza.
En varias oportunidades, con votos mayoritarios, el pueblo de Venezuela le ha dicho no al socialismo comunismo; sin embrago el gobierno sigue empeñado, por orden del castrismo improductivo, chupa sangre, en su implantación. Esta por verse hasta donde llegaremos y ojala no tengamos que pasar por una confrontación no verbal, no cívica, interna, a estas alturas innecesaria.
Ya la población se pronuncio y las actuales autoridades del gobierno están de salida, por la supuesta vía electoral, y a pesar del uso de leyes trampa y metodologías electorales como “la salamandra”.
Tampoco es descartable la posibilidad de que el gobierno voluntariamente adelante su salida dada su demostrada, en doce años, incapacidad y total desastre administrativo y en todos los aspectos. Todo tiene su tiempo y lugar. Quien quiera ver que vea.

 “Fíese solo de los hechos. La vida sucede en los hechos, no en las palabras” Alfred Adler, Austriaco, 1870-1937, fundador de la Psicología Individual.

nelsonmaica@gmail.com

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MERCEDES MONTERO. CUANDO SALÍ DE CUBA

Hay una canción que tiene un significado muy especial para los cubanos que han tenido que abandonar su patria

La obra poética de Cástulo Gregorich, dedicada a la Cuba que añora

Hay una canción que tiene un significado muy especial para los cubanos que han tenido que abandonar su patria, debido a los estragos que en todos los ámbitos ha causado la dictadura Castro comunista a los hijos de la tierra de Martí.
La canción tiene un estribillo que dice:
 “Cuando salí de Cuba, dejé mi vida, dejé mi amor, Cuando salí de Cuba dejé enterrado mi corazón”.
Que verdad tan grande encierra ese estribillo. Los cubanos que conforman el multitudinario exilio, donde quiera que se encuentren, aunque amen el país en donde estén, recuerdan esa isla cuyo mar, playas, flora y gente son de una gran hermosura. Recuerdan el sol, el clima, sus tradiciones, su música, sus comidas. Todos estos recuerdos forman parte del bagaje que llevan consigo cuando por cualquier medio logran escapar del país que 52 años atrás tenía futuro y progreso. Padecía una dictadura y le llegó una revolución, que pronto dejó a la vista de toda la población que se trataba de un cambio drástico, basado en una ideología que confiscaría la libertad, los derechos de los ciudadanos, y, daría al traste con cualquier sueño de democracia y prosperidad.
Esa “revolución” ha dado origen a una diáspora que tiene 52 años fluyendo hacia otros lugares del mundo, a salir de Cuba a la que aman y extrañarán para el resto de sus días, por cualquier medio, de cualquier forma, saliendo unos primero y halando de mil formas al resto de su familia.
Hay casos que son iconos de la huída, de los intentos fracasados, de los asesinatos cometidos contra aquellos que improvisando una balsa se atreven a enfrentar a un mar  plagado de tiburones, a las guardias costeras de la Isla y de USA, la primera que intentará hundirlos, la segunda obligada a cumplir con las leyes de su país. ¿Cuántos han muerto en el intento? No se sabe, pero hay casos emblemáticos como el del 13 de Julio dew 1994, cuando el remolcador 13 de Marzo fue hundido por la Guardia Costera Cubana sin importarles que estaban 23 niños a bordo, que por supuesto murieron.
El caso de los “Marielitos” más emblemático no pudo ser, el caso donde murió la madre de Elián González, los casos de jóvenes que han huido escondidos en el tren de aterrizaje de un avión, que al aterrizar, han sido encontrados muertos, es decir han huido de Cuba y de la vida, cuando lo que buscaban era un mejor futuro. El último, es un caso de un muchacho que solo se le conoce como Adonis G.B, cuyo cadáver llegó al aeropuerto de Barajas, en Madrid  - España. Nadie ha reclamado, su cadáver , nadie sabe quien es. Antes de este infortunado caso ha habido unos cuántos más. El caso de la chica que se fugó en una caja como si fuera un paquete. Los muchachos que van a un intercambio cultural, deportivo, etc. y terminan pidiendo asilo, como es el caso de los boxeadores cubanos en Brasil, que fueron devueltos a Cuba por el gobierno de Lula.
También como lo explica la bloguera cubana Yoani Sánchez , en su brillante artículo “La  isla que se va” , que debido a la promulgación de la “Ley de Nietos” en España, los cubanos han “excavado” para sacar las raíces de los antepasados, del abuelo canario, andaluz, gallego que les de derecho a sacar un pasaporte de la Comunidad Europea, e ir a vivir a España, De las colas frente al Consulado del país Ibérico De cubanos que se sienten más seguros y llenos de esperanza cuando saben que pueden escaparse del país que los ha obligado a vivir dentro de las limitaciones más extremas. Hay muchos cubanos cuyos intentos han fracasado una, dos y más veces, pero que continúan intentándolo hasta que logran escapar o mueren en el intento. No será porque la isla sea el “Mar de la felicidad” que promueven aquellos que no sufren bajo un régimen castrista.
En resumen la persecución, la tortura, los fusilamientos, la destrucción de la propiedad privada, el adoctrinamiento, el encarcelamiento, todas las maldades que han caracterizado a un régimen que a pesar de haber esclavizado a un pueblo por más de cinco décadas, y,  sobre el que todavía la hipocresía de los comunistas tiene una visión romántica, porque no viven bajo su égida,  provocaron la ruina de un país y la miseria de una nación,  una diáspora que ha separado a miles de familias, que han creado riquezas en otros países porque no la pueden crear en el suyo, que pasan el testigo de la lucha de generación en generación, para conservar la Cuba en la que está enterrado su corazón.
La mejor muestra de esta añoranza  es la obra poética de Cástulo Gregorich, dedicada a la Cuba que añora.
mechemon99@yahoo.co.uk
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JUAN CARLOS APITZ B. ¿LA BICHA O LA OTRA?

¿En los tiempos que están por venir debemos quedarnos con la misma Constitucion o, por el contrario, aprobar una nueva Carta Magna para la era post-Chávez?
Desde nuestra Independencia hasta hoy, quienes han llegado al poder en Venezuela  se han sentido constituyentes: dueños de hacer y de rehacer la Constitución. No la ven hacia arriba, como algo superior a lo que deben someterse, sino hacia abajo: sometiéndola a cambios interminables desde afuera. Y afuera rigen leyes no escritas que, en la práctica, han pesado más que las otras.
El primer artículo de esa Constitución no escrita es: "El que puede manda". En su versión más primitiva (la guerra de todos contra todos), no hacen falta otros artículos. Cada caudillo es dueño de vidas y haciendas, mientras puede. Esta terrible inseguridad afecta incluso a los mismos caudillos, que, para reducirla, pueden hacer alianzas: crear una Constitución menos primitiva, aunque todavía inestable, porque nada garantiza su cumplimiento.
Entonces, el reparto geográfico del poder (que fue el punto de partida de Páez para su Constitución no escrita) es el llamado cártel en el mundo económico: no competir ruinosamente por el mercado total, sino repartírselo por zonas, dentro de las cuales cada empresa (personal) es un monopolio exclusivo. Es asi como, el Centauro de los Llanos permitió que los caciques locales hicieran de las suyas en zonas delimitadas, siempre y cuando no se extralimitaran. Fue un cártel organizado desde la Presidencia.
La solución fue estable porque su gran constituyente logró imponerse como Supremo Árbitro. A costa de los caudillos locales, fue centralizando recursos suficientes para sofocar a cualquier ambicioso que se extralimitara. Pero no suficientes para sofocar el desafío de todos juntos. Cuando vio que se extendía la falta de respeto al Supremo Árbitro, prefirió abandonar el poder. No creía que los aspirantes fueran capaces de ponerse de acuerdo para construir un nuevo cártel sin Supremo Árbitro, menos aún que aceptaran su Constitución como Supremo Árbitro (impersonal). Los Monagas creyeron que la solución estaba en una nueva Constitución escrita, pero el tiempo y las ambiciones de los demás los derrocó.
Muy lentamente, los liberales y conservadores al asaltar el poder fueron imponiendo una nueva Constitución no escrita, más o menos impersonal: el presidente de turno es el Supremo Árbitro. Nadie llega al poder para quedarse por siempre. Los aspirantes renuncian a las armas y al asesinato político. Se llega al poder desde abajo, no desde afuera. Todos pueden participar, haciendo cola mansamente y aceptando que subirán hasta donde el Supremo Árbitro lo permita. Al terminar su turno, se retirarán tranquilamente sin crear problemas ni ser perseguidos por lo que se robaron. La impunidad es total frente a la ley escrita, no ante el Supremo Árbitro.
En fin, la tarea histórica hoy es lograr lo que no logramos desde la Independencia: el imperio de la ley escrita como Supremo Árbitro impersonal, por encima de todos los poderes legítimos e ilegítimos. Y para eso no hace falta una nueva Constitución, hacen falta nuevos ciudadanos comprometidos con su destino.
www.juancarlosapitz.com
justiciapitz@hotmail.com
Twitter: @justiciapitz
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