El congresista de Tejas, Ron Paul, de 75 años, se postuló en 2008 como republicano y en 1988 por el Partido Libertario, una formación de corte conservador que defienden a capa y espada las libertades individuales, y un Estado pequeño, que deje a los ciudadanos vivir sin intromisiones.
Entre sus propuestas principales figura que se elimine el Banco Central y muchos lo llaman el padrino intelectual del ultraconservador Partido Del Té. Defiende la posición de que cuando se va a la guerra, debe ser para proteger a los ciudadanos, y siempre con el visto bueno del Congreso.
En el 2008, fue el único candidato republicano que votó en contra de la Resolución de la Guerra de Irak y ha dicho que se opone a la inmigración ilegal y a una amnistía para los cerca de los doce millones de indocumentados que viven en Estados Unidos.
Sus colegas en el legislativo y sus electores lo conocen como el hombre que nunca vota a favor de una ley que no tenga un basamento constitucional.
El ex secretario del Tesoro, William Simon, lo describió como “la excepción de la banda de los 535 del Capitolio”.
Su hijo Rand Paul fue elegido para el Senado por el estado de Kentucky en el 2011, lo que convirtió al médico en el primer representante en la historia americana que mientras ostenta un escaño en la Cámara Baja su hijo ocupa un asiento en la Cámara Alta.
En cuanto a política exterior, apoya la no intervención y se opone a los compromisos internacionales, hasta el punto de haber sugerido la salida de Estados Unidos de la OTAN y de la ONU.
En una reciente entrevista que cita la cadena televisiva Foxnews en su página digital, el aspirante dijo que de haber sido presidente no hubiera dado luz verde a la operación que condujo al aniquilamiento del terrorista más buscado del mundo, Osama Bin Laden.
En cuanto a Cuba, en el 2000 votó a favor de la derogación de la ley que limita el comercio con el gobierno de la isla, favorece el levantamiento del embargo porque la medida “no ha surtido efecto y perjudica la competencia”, y los viajes de norteamericanos a la Mayor de las Antillas.
En febrero pasado se ganó una posición privilegiada de cara a las elecciones de 2012 al arrasar con el mayor número de votos, el 30 por ciento, en un sondeo informal de los conservadores sobre sus políticos favoritos.