Está circulando por las redes académicas una carta en solidaridad con Polar; sus obreros, empleados y gerentes. El motivo es obvio; Polar está siendo asediada y mostrada como un conglomerado mercantilista irresponsable y culpable de todos los males nacionales. Nada más alejado de la verdad. Por ello y mediante estas líneas, deseo manifestar mi desacuerdo con el trato brindado por el Ejecutivo.
Polar es para mí algo más que una fría en el momento adecuado. Como para casi todos los venezolanos, Polar es también algo más que el desayuno -y a veces la cena- de todos los días. Polar es sinónimo de calidad, de confianza, de excelencia. Polar impulsó el proceso que produjo harina PAN, un avance que hizo realidad la preparación del pan criollo sin trauma o molestia. Ese desarrollo tecnológico, sin duda alguna, ha sido uno de los tres grandes hitos de la producción de tecnología en el país. La harina PAN revolucionó verdaderamente la vida de los venezolanos. Basta con imaginarse lo que sería la vida hoy en día, si tuviéramos que todas las madrugadas levantarnos a hervir y pilar el maíz, para producir el pan de los ancestros caribes. Ciertamente yo no lo haría y no se lo podría pedir a mi madre, hermana, esposa o hija.
Empero, Polar es algo más que alimentos. Por ejemplo, Polar ha hecho suya la marcha de los académicos venezolanos por tener un mejor país. En efecto, a través de la Fundación Polar se han podido construir espacios -neutros pero estimulantes- para el encuentro de académicos e intelectuales venezolanos. Conferencias, talleres y reuniones organizados por Polar han promovido el análisis, reflexión y construcción de los consensos imprescindibles para la acción creadora en el país.
En el caso concreto de la ciencia, Polar supo reconocer que la organización, el procesamiento y la generación de información, constituían la materia prima del nuevo proceso productivo y que el resultado de éste no era otra cosa, sino "conocimiento". Convencidos de los efectos positivos que tendría sobre la calidad de vida del venezolano, de la presencia de actividades intelectuales creadoras, Polar hace dos décadas se planteó el valorizar la actividad de nuestros científicos. Para ello, estimó conveniente reconocer la excelencia de nuestros investigadores, en cualquiera de los cuatro campos tradicionales de las ciencias básicas, y creó el Premio Polar. Con ese galardón no sólo Polar, sino toda la sociedad venezolana, honra a los compatriotas que muestran un potencial especial para el quehacer intelectual, demostrando una productividad académica excepcional.
Esa devoción de Polar por el país y su gente, es para mí su principal valor corporativo. El poder hacernos sentir cada día más venezolanos y contentos de disfrutar nuestro gentilicio. Mi agradecimiento a Polar por tantas buenas cosas que nos han dado. Larga vida a Polar y su gente.
conciencia.talcual@gmail.com
EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA
Polar es para mí algo más que una fría en el momento adecuado. Como para casi todos los venezolanos, Polar es también algo más que el desayuno -y a veces la cena- de todos los días. Polar es sinónimo de calidad, de confianza, de excelencia. Polar impulsó el proceso que produjo harina PAN, un avance que hizo realidad la preparación del pan criollo sin trauma o molestia. Ese desarrollo tecnológico, sin duda alguna, ha sido uno de los tres grandes hitos de la producción de tecnología en el país. La harina PAN revolucionó verdaderamente la vida de los venezolanos. Basta con imaginarse lo que sería la vida hoy en día, si tuviéramos que todas las madrugadas levantarnos a hervir y pilar el maíz, para producir el pan de los ancestros caribes. Ciertamente yo no lo haría y no se lo podría pedir a mi madre, hermana, esposa o hija.
Empero, Polar es algo más que alimentos. Por ejemplo, Polar ha hecho suya la marcha de los académicos venezolanos por tener un mejor país. En efecto, a través de la Fundación Polar se han podido construir espacios -neutros pero estimulantes- para el encuentro de académicos e intelectuales venezolanos. Conferencias, talleres y reuniones organizados por Polar han promovido el análisis, reflexión y construcción de los consensos imprescindibles para la acción creadora en el país.
En el caso concreto de la ciencia, Polar supo reconocer que la organización, el procesamiento y la generación de información, constituían la materia prima del nuevo proceso productivo y que el resultado de éste no era otra cosa, sino "conocimiento". Convencidos de los efectos positivos que tendría sobre la calidad de vida del venezolano, de la presencia de actividades intelectuales creadoras, Polar hace dos décadas se planteó el valorizar la actividad de nuestros científicos. Para ello, estimó conveniente reconocer la excelencia de nuestros investigadores, en cualquiera de los cuatro campos tradicionales de las ciencias básicas, y creó el Premio Polar. Con ese galardón no sólo Polar, sino toda la sociedad venezolana, honra a los compatriotas que muestran un potencial especial para el quehacer intelectual, demostrando una productividad académica excepcional.
Esa devoción de Polar por el país y su gente, es para mí su principal valor corporativo. El poder hacernos sentir cada día más venezolanos y contentos de disfrutar nuestro gentilicio. Mi agradecimiento a Polar por tantas buenas cosas que nos han dado. Larga vida a Polar y su gente.
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