viernes, 11 de junio de 2010

¿DEJAREMOS QUE SE NOS PUDRA VENEZUELA?, ANTONIO ECARRI BOLÍVAR

¿Por dónde podemos comenzar a hablar de alimentos, medicinas, semillas y cualquier clase de importación que haga Pedeval, hoy bautizada por la picardía burlona de los venezolanos como “Pudreval”, que no implique sentir el olor nauseabundo de la corrupción?

Este gobierno está conducido por un mandatario que utiliza una verborrea “revolucionaria” y “antiimperialista”, pero que mantiene a su lado a una cáfila de ladrones y funcionarios corruptos, conscientemente, para poderse mantener en el poder el mayor tiempo posible. Es que como dijera mi abuelita, qepd, “no peco ni venial” cuando sostengo que un mamotreto de gobierno como éste, que pretende vender al mundo la estafa ideológica de un socialismo del siglo XXI fracasado, sólo puede sostenerlo gente de algún talento (sin probidad que es un azote, Bolívar dixit) si se están enriqueciendo bajo el manto “ético” de la izquierda internacional.

¿A quién la va a meter el embuste Rafael Ramírez, por ejemplo, que él es un hombre de izquierda que daría la vida por la revolución, si no estuviera de por medio esa inmensa e inconmensurable cantidad de dinero que maneja a su antojo y capricho en una PDVSA inauditable?

¿A quién engaña Diosdado Cabello con su locuacidad de izquierda cuando de teniente de las fuerzas armadas se ha convertido en uno de los hombres con más poder e influencia y recursos de todo tipo en la “Venezuela socialista del siglo XXI?

¿Dónde está la entereza revolucionaria de Jessy Chacón, cuándo tiene el descaro de aparecer ignorante de la conversión mágica y extra sensorial de su hermanito de “mendigo a millonario” con caballos pura sangre en hipódromos norteamericanos?

¿Cómo mi antiguo y viejo compañero adeco, Aristóbulo Istúriz, nos va a convencer que él es un revolucionario integral cuándo calla frente a la estafa multimillonaria de los banqueros boliburgueses en alianza con Cadivi, el Banco Central y la Tesorería Nacional y se hace el loco cuando alguien le menciona los guisos con las compañías de seguros en el Ministerio de Educación?

¿Quién le va a creer a Hugo Chávez – él que dice que sabe hasta cuando cae la hoja de un árbol – su ignorancia sobre hechos de corrupción sin precedentes en la historia universal del latrocinio, como los denunciados por Henry Ramos entre PDVSA, Cadivi, la Tesorería Nacional y la centrífuga que operaba en la banca corrompida por el mismo régimen y que tampoco sabía del guiso de las importaciones?

Neidy Rosal, valiente diputada de Proyecto Venezuela ha denunciado que, en lo que va de año, ya son tres los lotes de alimentos que se encuentran descompuestos y vencidos en los patios de almacenamiento de Pdvsa en Puerto Cabello. Neidy ha dicho a la prensa que “el primero apareció el 26 de febrero, con 120 contenedores de alimentos congelados entre pollo y carne; el día 11 de marzo apareció el segundo lote en el almacén número cuatro con 5.4 toneladas de alimentos; y ahora se hallaron aproximadamente mil 200 contenedores equivalentes a 36 mil toneladas de alimentos como arroz, pasta y leche en polvo, que si no están descompuestos ya caducaron”

El gobernador Henrique Salas Feo, cuando asumió nuevamente la gobernación del estado, estaba preparando un dossier con irregularidades de todo tipo en el almacenaje en Puerto Cabello, cuando fueron recentralizados todos los puertos y aeropuertos de Venezuela con una premura que es ahora cuando nos damos cuenta cuál era su explicación: ponerle la mano a todo el negociado del almacenaje y a las importaciones indiscriminadas para el latrocinio. Por cierto, que no debemos olvidar que quien vino a asumir el puerto de Puerto Cabello fue el mismísimo Diosdado Cabello con una parafernalia de comandos militares para amedrentrar a los porteños y carabobeños que nos oponíamos al despojo.

Después del descubrimiento de Puerto Cabello se ha desatado una ola de denuncias de alimentos y medicinas que se han descompuesto en todo el país – Tinaquillo, Táchira Mérida, Yaracuy, Caracas, etc - y la explicación es sencilla, tal como lo dijo el gobernador de Carabobo: si usted está autorizado para importar, tiene el privilegio de recibir las divisas por adelantado a Bs. 2.60; y si dice que necesita, por ejemplo, 500.000 mil dólares para traer alimentos de Argentina y compra 200.000 próximos a vencer, obtiene por ello un descuento, pero el inescrupuloso de allá le factura por los 500,000 obtenidos aquí, así que al pícaro vernáculo, además del descuento por los alimentos casi vencidos, ya le quedan 300.000 dólares que los venderá en el mercado paralelo a 8 bolívares haciendo un pingüe negocio. Ah! pero hay otro guiso: 115 millones de dólares debe pagar PDVAL a la empresa Veconinter por la demora intencional de los containers en el puerto.

Este gobierno importó tanto alimento porque era, además del lucrativo negocio de los pillos, para preparar el asalto a Polar y poder mantener un stock para repartir y dar la sensación que aquí no pasaba nada con el despojo a los Mendoza. Eso les salió mal y ahora Chávez se desespera porque sabe que el 26 de septiembre el pueblo le pasará una factura que, si no compensa todo el daño, preparará el terreno del 2012 que sentará las bases para reconstruir a Venezuela de la podredumbre a que la han sumido. ¡Llueve y escampa!

PS: Henry Ramos prepara otra bomba de profundidad con la denuncia, bien fundamentada, de todo este nuevo latrocinio.

aecarrib@gmail. com
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ASAMBLEA NACIONAL Y PARLAMENTO COMUNAL, UNA TRIBUNA PARA VOCES DEL DECORO, MERCEDES MONTERO

A los venezolanos nos sobran las razones para desear fervientemente un cambio de gobierno, son demasiadas y muy bien fundamentadas nuestras quejas y el régimen lo sabe, es por eso que acelera a paso de vencedores la destrucción del país que una vez estuviera dentro del grupo de los más prósperos y avanzados de Latinoamérica. Su objetivo parece ser no dejar vestigio alguno de la democracia, prosperidad, desarrollo y evolución que una vez tuvimos, después de haber vivido una historia republicana plagada de dictaduras, a las que el primer mandatario nos quiere regresar, con la varianza que en el actual caso sería el castro comunismo.

Las muestras de esta razzia contra la nación son evidentes, el secuestro de los poderes, la violación de los derechos humanos fundamentales, la confiscación de la propiedad privada, la destrucción del aparato productivo nacional tanto en el sector público como el privado y en todas las áreas de la economía, la corrupción de la Fuerza Armada Nacional y de las Policías y el grave deterioro moral que ha sufrido la sociedad venezolana durante los últimos 11 años del gobierno “socialista”.

El dominio del Poder Ejecutivo sobre los otros poderes del Estado queda manifiesto por el hecho de que las instituciones que los representan no cumplen con su misión sino con las ordenes de la Presidencia, desde donde se legisla, se sentencia, se cantan resultados electorales, se ordena y se confisca.

La Reforma Constitucional fue rechazada por la nación, pero después de unos meses fueron publicadas una serie de leyes que le imponen a la nación todo lo rechazado.

La oposición ganó cinco gobernaciones y la Alcaldía Metropolitana, así como otras alcaldías importantes. Desde el Poder Ejecutivo les han sido confiscadas funciones, negado recursos, establecido gobiernos paralelos, sufrido amenazas, pero aún así quienes ocupan los cargos de gobernadores y alcaldes han demostrado lo que puede lograr una buena administración. Es lógico que la gente vea la diferencia con el desastre de la administración oficialista, con honrosas excepciones. Todo esto ha influido en una creciente falta de credibilidad en un discurso presidencial que promueve un régimen similar al “mar de la felicidad”, con el cual la nación no ha estado de acuerdo desde un principio, porque es contrario a sus legítimas aspiraciones, que son solución a sus problemas, salida de la pobreza, justicia, propiedad verdaderamente privada y libertad. Es entonces evidente que el objetivo del presidente es diferente al de la nación a la que se supone debe servir, y que el pueblo no esté contento con tamaña imposición. Sin embargo la profundización del “proceso” continúa a pesar de los pesares. Es por esta razón que el próximo hito revolucionario sea ganar la Asamblea Nacional (AN) y en paralelo ir asentando las bases para la creación de un Parlamento Comunal (El anteproyecto de Ley de las Comunas, es redactado por la Comisión Permanente de Participación Ciudadana de la Asamblea Nacional y se sientan las bases legales de esta figura, definida como “la instancia de planificación, coordinación y ejecución del gobierno en la comuna”. El objetivo: la desaparición de municipios, la instauración de una “ciudad socialista”.)

El régimen no da puntada sin nudo. El CNE ha establecido unas condiciones electorales que le podrían garantizar a Chávez una "victoria" en las Elecciones Parlamentarias que darán como fruto una nueva AN. Entre las condiciones están las "salamandras" o nuevos circuitos electorales, con las consecuencias que han venido siendo señaladas por los expertos en materia electoral. El primer mandatario ya ha declarado públicamente como serán los resultados que serán obtenidos (Es decir ha dado la orden); dos terceras partes rojas rojitas, y, una tercera parte oposición.

Si todo le sale al oficialismo a pedir de boca, podría ser probable que la última función de la AN, fuera la aprobación de su sustitución por el Parlamento Comunal. Y, tal decisión sería una "decisión democrática", pues sería tomada por una AN elegida “democráticamente”, que contaría con tercera parte de representación de la oposición, que aún votando en contra, saldría “democráticamente derrotada”

Así al primer mandatario venezolano le sería concedido el permiso "legal y legítimo" para la instauración de una dictadura tan o más larga que la de Fidel Castro.

El 26S representa un reto para los venezolanos que deseamos que nuestro país recupere la democracia y no que en esa fecha se cabe la fosa de Venezuela como país libre.

Mercedes Montero
mechemon99@yahoo.co.uk
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POR 54 DE 56 VOTOS, SENADO URUGUAYO APRUEBA SOMETER A DISCUSIÓN CASO JUEZ AUFIUNI EN VENEZUELA DEBIDO A LA GRAVEDAD DEL CASO. EL UNIVERSAL.

El diputado de ese país, Javier García, dijo ante la Cámara que la situación de Venezuela ha generado preocupación en todo el mundo, pues ya no se trata solo de ataques a los medios de comunicación, sino también contra la justicia y los jueces.

01:06 PM Caracas.- El Congreso de Uruguay aprobó con 54 de 56 votos abrir un debate sobre el caso de la jueza venezolana, María Lourdes Afiuni, luego que el diputado de ese país, Javier García, lo propusiera a esa Cámara, tras la publicación de una entrevista realizada por la revista uruguaya Búsqueda a la jurista, quien se encuentra privada de libertad desde diciembre pasado por su decisión de liberar al ex banquero Eligio Cedeño.

En su derecho de palabra ante el Parlamento de su país, el día 9 de junio pasado, el diputado García destacó que el motivo por el cual se encarceló a la jueza Afiuni fue una decisión judicial que ésta tomó en uso pleno de sus funciones. Eso "motivó que quince minutos después, por orden el Presidente Hugo Chávez, estuviera presa", dijo García ante la Cámara.

El parlamentario uruguayo citó un extracto de la entrevista publicada por la revista Búsqueda donde la jueza Afiuni afirmó que no podía convertirse en cómplice de una serie de vicios y arbitrariedades que se habían cometido en la causa de Eligio Cedeño y que habían sido reconocidas por una comisión de juristas de Naciones Unidas. Por tanto, aseveró que actuó como corresponde, de forma independiente y según su leal saber y entender.

El diputado Javier García resaltó en su discurso que la situación actual de Afiuni en prisión es muy precaria, entre otras cosas, porque se encuentra con reclusas que ella enjuició. "Está allí con reclusas condenadas por homicidio, por infanticidio y por sicariato y en algunos casos -reitero- fueron puestas en prisión por ella misma en uso de sus funciones de magistrado".

Subrayó que la situación de Venezuela ha generado preocupación en todo el mundo, pues ya no se trata solo de ataques a los medios de comunicación y los periodistas, sino que también es contra la justicia y "quienes deciden actuar como lo hacen los jueces de verdad, que es en forma independiente".

"La Justicia puede actuar en forma independiente bajo cualquier gobierno democrático, no importa el signo político que tenga, pero es imposible que sea independiente cuando los Jueces saben que a partir de alguna decisión pueden ser asesinados o terminar sus días en una cárcel. Por ello creo que corresponde reclamar la inmediata liberación de esta Magistrada"

http://opinion.eluniversal.com/2010/06/11/pol_ava_congreso-de-uruguay_11A4003451.shtml
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EXTRACTO DE LA OBRA “HACIA EL HUMANISMO DEMOCRÁTICO”, PREFACIO, ARTURO USLAR PIETRI

Tanto como del aire, como del agua o como de la tierra, el hombre necesita de una ideología, de una razón de ser, de una explicación de su papel en el mundo. Esta es su dignidad y es al mismo tiempo su grandeza y su debilidad. La necesidad de crecer, de participar, de realizar un designio está detrás de todas las acciones humanas, y no es otra cosa que la necesidad de saber, de comprender y de justificarse.

La tarea de entender el mundo y el destino y de integrarse a él muchos la sustituyen por un simple acto de adhesión a una doctrina militante. Han confiado su tarea de pensar y de dirigir su acción a otras manos y han caído en la actitud pasiva de la que surgen los secuaces, los fanáticos y los esclavos. Han renunciado a la suprema responsabilidad de ser hombres.

Hoy el mundo corre el peligro de verse polarizado entre simplificaciones doctrinarias extremas, entre la cuales no parece quedar campo para la libertad y la responsabilidad del individuo.

Si el hombre va a ser salvado de la catástrofe física de la destrucción nuclear y de la catástrofe mental de la renuncia al pensamiento y a la libertad de objetar, no hay sino un camino abierto y es el de la búsqueda de una afirmación del hombre como dueño y siervo de su conciencia. Tiene que partirse de la evidencia de que es el hombre el que hace la Historia y no la Historia la que hace al hombre, que es el hombre el que hace la ciencia y no la ciencia y la técnica las que hacen al hombre, que es el hombre el que concibe y le da sentido al mundo y no el mundo el que crea y le da sentido al pensamiento humano.

El camino de salvación del hombre parte de una actitud fundamental e integralmente humanista. De una declaración individual de independencia que diga: “Soy hombre y no estoy dispuesto a renunciar a serlo, y soy hombre en la medida en que acepto y rechazo según los dictados de mi conciencia”.

El primer paso para esta liberación consiste en rescatar al hombre de los dogmatismos, en restituirlo a su plena responsabilidad y en hacerle comprender que en sus manos individuales está el presente, el provenir, la historia y el destino del mundo, y que esa responsabilidad no es renunciable, ni delegable.

Frente al hombre de hoy pasan las ideologías cerradas para invitarlo a la adhesión sin reservas. Parecen decir: ¿Para qué te vas a preocupar de pensar si otros más capaces que tu se encargan ya de hacerlo por ti? ¿Por qué te vas a cargar con la responsabilidad de decidir, ante las cambiantes circunstancias, si alguien más ilustrado y poderoso que tú ha trazado ya los designios y tú no tienes más que seguirlo? Todo lo que necesitas para alcanzar la seguridad, la paz de espíritu y la integración dentro de lo colectivo es renunciar a tus dudas, a tus caprichos de querer decidir y adherirte ciega y decididamente a lo que te proponemos.

No hay doctrina cerrada en la que quepa el hombre entero. Todas, en grado variable, son lechos de Procusto, que militan y deforman al hombre para ajustarlo a sus propósitos y dogmas.

El gran camino de la liberación es el que invita al hombre a ser hombre, a serlo plenamente, a serlo con angustia creadora, a serlo con valor de aventura, a serlo con buscadora audacia.

Para ello tiene que partir de una convicción no dogmática y no cerrada, que no rechace nada a priori y que lo convierta en juez del mundo y decididor de su propio destino. Esa convicción es simple y únicamente, ésta: “Soy hombre en la medida que me hago al mundo y hago al mundo a mi semejanza, soy hombre en tanto que respondo de mi libertad como instrumento de bien o de mal; soy hombre para recibir y rechazar en cada hora y en cada circunstancia lo que me ha sido posible conocer como bueno y como malo; soy hombre en la proporción en que uso mi libertad, mi conciencia y mi saber, mis manos y mi mente, para hacerme mejor yo y mejores a mis hermanos, para mejorar la suerte de los otros y para que sea respetada la dignidad de cada quien; soy hombre, mientras me abstengo de odiar y me esfuerzo por comprender y amar; mientras no persigo ninguna libertad que no sea criminal, mientras respete el derecho de cada quien a pensar y a creer libremente en cosas distintas y hasta contrarias a las que yo creo; soy hombre en la medida en que acepto e invito a cada hombre a luchar por su libertad y su responsabilidad y a oponerse a toda imposición ideológica y a toda persecución ideológica. Soy hombre mientras pueda afirmar; nada significa para mí que una ideología sea compartida por muchos si no es válida para mi conciencia y para mi libertad”.
Esta es la posición de realizar al hombre frente al mundo por medio de su conciencia, de su acción y de su libertad, en libertad, en libres asociaciones de colaboración, en organizaciones estables nacionales, en sistemas internacionales de paz y cooperación.

Es una invitación a la plenitud de ser hombre. Al honor, a la dignidad y a la responsabilidad de ser hombre libre. No persigue ninguna ideología, no trata de sustituir un credo cerrado por otro credo cerrado, invita a todos los que crean en la libertad y en el poder creador del hombre a sumar libremente su capacidad y su decisión a la construcción de su destino humano, individual y colectivo, para la nación y para la humanidad.

Arturo Uslar Pietri
Caracas, febrero de 1965
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SEÑOR PRESIDENTE, ¿QUÉ ES LO QUE USTED NO ME PUEDE PERMITIR? ¿A QUÉ LE TEME?, SÍNTESIS DE LA DECLARACIÓN DE OSWALDO ÀLVAREZ PAZ,

I.- El abuso de poder es la forma más perversa de la cobardía. En el caso venezolano no tiene límites. Un ejemplo, la declaración del Presidente en el programa del domingo pasado. Hubiera querido evitarlo, pero por razones de dignidad y apego al estado de derecho estoy obligado a hacerlo.

II.- El señor Chávez, entre otras cosas, una vez más solicito “a la Fiscalía y al Poder Judicial actuar de forma contundente” en mi contra, agregando que mis opiniones no se pueden admitir. Es más, llegó a decir que “en la cárcel puede seguir opinando” y hasta que él, (Chávez) “no tiene reemplazo”, además de otras ofensas personales.

III.- Venezuela sabe que desde la primera semana de marzo, a petición pública de Chávez y de dos diputados chavistas, el ministerio público abrió una averiguación en mi contra, solicitó del poder judicial mi detención y la obtuvo. Fui detenido por la policía política, recluido en el Helicoide, sede del SEBIN antes Disip, durante 52 días y he atendido todas las actuaciones procesales solicitadas, respondiendo oportunamente a las acusaciones formuladas. El Juez 25 de Control, Dr. Rafael Osìo, ordenó recientemente mi libertad, decretando tres medidas restrictivas de la misma. Prohibición de salida del país, prohibición de declarar sobre el juicio y régimen de presentación quincenal ante el Tribunal. En la Audiencia Preliminar, celebrada el pasado viernes 28, suspendió el régimen de presentación y la prohibición de declarar. El caso va a juicio pleno, de conformidad con los procedimientos existentes.

Todo esto lo sabe el Presidente. ¿Por qué a estas alturas interfiere perversamente la acción de los organismos procesales? ¿Por qué quiere verme preso y mudo? ¿A qué le teme? El sabe que los lapsos probatorios están comprendidos en el juicio, tanto para el Ministerio Público como para la defensa.

IV.- El país es testigo de mi intervención en el programa Alò Ciudadano del pasado 8 de marzo, conoce del Auto de Procedimiento dictado por el Juez Eloy Velazco de la Audiencia Nacional de España y también de los dictámenes de organismos y personalidades públicas y privadas con relación a temas tan delicados como el terrorismo, el narcotráfico y violaciones a los derechos humanos. Yo no tengo nada que probar con relación a esto. Mi posición es conocida y mis alegatos y elementos de convicción están a la orden en el respectivo expediente. Serán ampliados en juicio. Quien sí tiene muchas cosas que explicar a la opinión pública internacional que lo tiene bajo rigurosa observación y seguimiento, y a la nacional, víctima de sus disparatados errores y omisiones, es Hugo Chàvez, en mala hora presidente de la República.

V.- En su delirio llegó a decir que yo era un “cadáver ambulante”. No me ofende el señor Chávez. Como diría un maracucho, apelando al romancero español, ¡“los muertos que vos mataistes, gozan de buena salud”!!! Me preocupa que pueda estar girando instrucciones al respecto, así sea en medio de la irresponsabilidad natural de su incontinencia verbal.

VI.- Finalmente, Chávez es perfectamente reemplazable. El ejercicio presidencial ha sido penoso y dañino para el país. Actúa al margen y en contra de los deberes y obligaciones que la Constitución le tiene expresamente señalados. Invito a los venezolanos a repasar esta parte de la Carta Magna y los caminos a seguir para corregir el rumbo.

VII.- Yo no soy un candidatomanìaco, ni estoy obsesionado por el poder como usted. No creo tener el tumbao de los candidatos, pero tampoco el de los guapos al caminar, como “Pedro Navaja”. Pídale al Dios de los cristianos, o a los de su preferencia, que no me corresponda a mí ser candidato para enfrentarlo y derrotarlo. De usted y su fanfarronería no quedaría ni siquiera “polvo cósmico”. Cuentas muy graves tendrá usted que responder ante la justicia nacional, la internacional y ante la justicia divina. Usted ha pasado a ser el gran deudor de la historia.

Oswaldo Àlvarez Paz
Caracas.
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''EN AQUELLOS PAÍSES DONDE EL SISTEMA POLÍTICO HA IMPLOSIONADO SE POSIBILITA LA EMERGENCIA DE FENÓMENOS POPULISTAS'', CARLOS MALAMUD ENTREVISTADO

CARLOS MALAMUD ENTREVISTADO POR POR GABRIEL C. SALVIA, 7 DE JUNIO DE 2010

Carlos Malamud acaba de publicar el libro "Populismos Latinoamericanos. Los tópicos de ayer hoy y siempre". Malamud es Catedrático de Historia de América de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), de España, e Investigador Principal para América Latina y la Comunidad Iberoamericana del Real Instituto Elcano de Estudios Internacionales y Estratégicos. Ha sido investigador visitante en el Saint Antony´s College de la Universidad de Oxford y en la Universidad Torcuato Di Tella de Buenos Aires y ha estado en posesión de la Cátedra Corona de la Universidad de los Andes, de Bogotá. Entre 1986 y 2002 ha dirigido el programa de América Latina del Instituto Universitario Ortega y Gasset, del que ha sido su subdirector. Actualmente compatibiliza su trabajo de historiador con el de analista político y de relaciones internacionales de América Latina. Ha escrito numerosos libros y artículos de historia latinoamericana, destacando su reciente Historia de América, Alianza Editorial, Madrid, 2005. Colabora frecuentemente en prensa escrita, radio y TV. Sus artículos se publican en El País, ABC y El Correo (Bilbao). Colabora regularmente en la Cadena Ser (Hoy por hoy), el Canal 24 Horas de TVE y Radio Exterior de España. Es responsable de la sección de América Latina de la Revista de Libros.

Gabriel C. Salvia: ¿Por qué es difícil definir al populismo?

Carlos Malamud: En realidad, del populismo hay tantas definiciones como de terrorismo, lo cual habla de la complejidad de definir un fenómeno. Es un fenómeno que va de la extrema derecha a la extrema izquierda, tiene manifestaciones de diversos tipos y un largo recorrido histórico. Es decir, los populistas rusos o los populistas de Estados Unidos de fines del siglo XIX, marcaron algunas tendencias, pero no son las únicas que podemos encontrar en el fenómeno, de ahí su dificultad para la definición.

Gabriel C. Salvia: ¿Entonces no es un invento exclusivamente latinoamericano?

Carlos Malamud: No, en absoluto. Inclusive en la actualidad podemos encontrar, por ejemplo, en políticos como Silvio Berlusconi, algunas políticas fácilmente definibles como populistas y en algunos casos similares a la que llevan adelante algunos líderes políticos latinoamericanos. Por ejemplo, su desprecio por la justicia, el hecho de subordinar la justicia y las instituciones a la llamada “voluntad pNegritaopular”, que por supuesto él encarna, pues son unas constantes que podemos encontrar también en América Latina.

Gabriel C. Salvia: Además de esos aspectos, ¿cuáles son los denominadores comunes que tiene el populismo?

Carlos Malamud: Mi libro no tiene ninguna pretensión teórica ni pretende definir a priori lo que es el populismo. Es más bien un relato en el cual se da la voz a los principales protagonistas para que ellos sean los que muestren las principales características. A partir de aquí podemos encontrar una serie de notas comunes, entre ellas, por ejemplo, el peso del caudillismo y del liderazgo personal, el fuerte proyecto estatista, la falta de respeto por la legalidad y las instituciones, la voluntad de cambiar las reglas de juego a mitad de partido donde se adecuen a sus necesidades y la falta de creencia en la alternancia que hay en otras instituciones democráticas. Es decir, hay toda una serie de cuestiones que de alguna manera lo que hacen es evidenciar cuáles son las notas características del populismo.

Gabriel C. Salvia: Entre las distintas etapas de populismo, ¿cuáles serían las principales diferencias entre los populismo de mercado de los 90, con los clásicos y los que vinieron después?

Carlos Malamud: Los primeros populistas fueron los que de alguna manera sentaron las bases del fenómeno en América Latina. A mitad del siglo XX podemos incluir al peronismo y también algunos fenómenos anteriores como el cardenismo en México o el varguismo en Brasil, los cuales tenían un manejo de la cosa pública algo diferente, sobre todo de la economía. Y en este sentido, la economía no era una prioridad para ellos. Quizás la nota distintiva que instauran los llamados populismo de mercado es el mayor respeto por las cuestiones macroeconómicas y esta tendencia se extiende a los actores populistas que podríamos definir a priori como bolivarianos.

Gabriel C. Salvia: ¿Cuáles son los aspectos más antidemocráticos, autoritarios, que tiene el populismo y que luego pueden derivar en una dictadura?

Carlos Malamud: Las notas más antidemocráticas pasan por la falta de respeto a las minorías, su deseo de aplastar cualquier opción de oposición que surja, el confundir la contestación política con terrorismo, golpes de Estado y demás. Es decir, su confrontación con la prensa y con algunas libertades públicas, y en este sentido la deriva hacia el autoritarismo y hacia la dictadura pasa evidentemente por el momento en el cual las reglas básicas de la política son terminalmente saltadas. En ese sentido llama la atención una entrevista reciente a Rafael Correa publicada en La Nación de Buenos Aires, en la cual él decía que la alternancia es un fenómeno que era bueno para los países avanzados, pero que en países como los nuestros esto no es aplicable. Yo puedo entender, decía, la alternancia de personas pero no de proyectos y en ese sentido, y aquí hay una nota característica del fuerte personalismo de su proyecto decía, “cómo puedo tolerar yo, no el pueblo ecuatoriano, que llegue la derecha y cambie el proyecto, por ejemplo, vuelva atrás con la estatización del petróleo”. Con lo cual, lo que está señalando es que el proyecto es el que él encarna, pero no el que pueda defender la mayoría de los ecuatorianos. Y en ese sentido, evidentemente la diferencia entre imponer con el respaldo popular un proyecto que puede ser cuestionable, o no, pero que tiene el respaldo evidente, con un proyecto que es impuesto con otro tipo de mecanismo.

Gabriel C. Salvia: Sobre eso, precisamente la democracia implica la alternancia y que a través del voto el pueblo quiera cambiar las políticas. Entonces, ¿Lo que dice Correa no sería claramente antidemocrático?

Carlos Malamud: Evidente. Lo que pasa es que también señala otra cosa que hay que tener presente y es la falta de cumplimiento de las reglas de juego de forma sistemática en la región durante mucho tiempo y esto es algo que es compartido por unos y otros, por la izquierda y por la derecha. En ese sentido, lo que sería conveniente es dejar de mirar hacia el pasado -por lo menos de esa forma tan recurrente- para proyectarse hacia el futuro y partir de una situación en la cual el respeto a las reglas de juego sea la norma. Y esto lo podemos encontrar claramente en algunos países como Brasil, Chile, Uruguay, inclusive como Colombia, donde son las reglas las que predominan, es decir, las instituciones por encima de las personas y los políticos.

Gabriel C. Salvia: ¿Cuál es la vinculación entre el surgimiento del populismo y la debilidad de los partidos políticos?

Carlos Malamud: Pues es directa. Precisamente es en aquellos países donde el sistema político ha implosionado, como Venezuela, donde es prácticamente inexistente como en Ecuador, donde se posibilita la emergencia de fenómenos populistas. Es decir, a más fuerza del sistema de partidos, menos posibilidad de que el populismo emerja con fuerza en estos países.

Gabriel C. Salvia: ¿Hasta qué punto los populismos actuales en América Latina contrarían lo que dice la Carta Democrática Interamericana, especialmente en cuanto a la democracia representativa y puntualmente al Estado de derecho?

Carlos Malamud: Muchos de los populistas latinoamericanos, sobre todo los de la etiqueta bolivariana, la democracia es un sistema en el cual el pueblo puede expresarse directamente, por supuesto a través de interlocución que supone el líder que está en contacto directo entre el poder y las masas. Pero más allá de eso, lo que vemos, no hay un avance, o un respeto por la democracia representativa, algo que se contempla como, según esta lectura, como fenómeno claramente elitista y por lo tanto que debe ser combatido. De aquí que establecer algún tipo de vínculo entre la carta democrática de la OEA y estos gobiernos sea complicado, aunque evidentemente tampoco se los puede definir como absolutamente antidemocráticos.

Gabriel C. Salvia: ¿Cómo se puede salir del populismo teniendo en cuenta que mucho de los casos son regímenes personalistas que tratan de impedir la alternancia en el poder?

Carlos Malamud: La receta es con política, más política. Con una oposición unida, cosa que no ocurre en buena parte de estos países, donde la oposición está fragmentada y debilitada. También es verdad que a partir y como consecuencia de ataques sistemáticos que sufren desde el poder, pero también es cierto que esta oposición debe mejorar, construir opciones y sobre todo ser una alternativa creíble para la mayor parte del electorado. En ese sentido no es, por ejemplo como ocurre en algunos sectores de la oposición venezolana, como definiendo como castro-bolchevique al gobierno de Hugo Chávez como lo va a poder derrotar. Lo que tiene que hacer la oposición es retomar aquellos programas y proyectos sociales que están impulsando los populismos, que evidentemente es algo necesario en sus países y a partir de ahí plantear una serie de políticas públicas que supongan una mejora del proyecto populista.

Gabriel C. Salvia: ¿Cuál es la diferencia de resultados entre la permanencia en el poder de los populismos frente a gobiernos con mejor calidad institucional que no tienen reelección inmediata?

Carlos Malamud: Son fenómenos diferentes. Las reglas de juego para los gobiernos democráticos son los que son, aquel presidente que llega al gobierno por cuatro años sabe cuál es su fecha de caducidad y vencimiento, y por lo tanto las medidas que tenía que adoptar son unas y evidentemente el lapso temporal que tiene para llevar a cabo sus proyectos les pone limitaciones. Al mismo tiempo, en estos países, es posible también llegar a consensos amplios con otras fuerzas políticas y desarrollar determinadas políticas de estado que permitan también trascender el tiempo de un mandato o dos mandatos. Y en el caso, por ejemplo de Chile y Brasil, esto se ha visto claramente, es verdad, el período en Chile son cuatro años improrrogables, en Brasil existe la reelección y por lo tanto los presidentes puede estar hasta ocho años, pero entre el gobierno de Fernando Henrique Carsdoso y Lula ha habido una continuidad más que evidente. Lo mismo se puede decir entre los distintos gobiernos de la Concertación, inclusive el gobierno de Piñera también está marcando algunas líneas fundamentales que vinculan los gobiernos anteriores con sus políticas y esto es algo clave para no frenar el desarrollo de un país. En este sentido, lo que ocurre en muchos otros países de América Latina, donde asistimos al síndrome permanente de la reinvención de la rueda es preocupante. Es decir, la llegada de un nuevo gobernante implica hacer tabla raza con el pasado, negar de forma sistemática las bondades de cualquier proyecto viable del pasado y por lo tanto, de este modo es imposible acumular ningún capital ni social, ni económico, ni político, ni institucional y de ahí las dificultades para lograr el crecimiento y el desarrollo.

Gabriel C. Salvia: ¿Hasta qué punto los gobiernos que tienen mejor calidad institucional deben expresarse frente a lo que sucede en países donde se deteriora el estado de derecho, donde surgen estos populismos con esas características antidemocráticas y autoritarias? Le pregunto esto a raíz de las declaraciones que acaba de hacer el candidato oficialista en Colombia, Santos, donde dijo que su intención era llevarse bien con Chávez.

Carlos Malamud: Es un tema complicado. Tiene que ver, por un lado, los intereses nacionales y la defensa de esos intereses por los gobiernos de los distintos países. Está claro que desde el punto de vista de cualquier gobierno colombiano, sea el de Santo, el de Uribe o cualquier otro, la relación con Venezuela es vital y de ahí la necesidad de no tener una mala relación con el gobierno de Chávez. Otra cosa es que el reforzamiento de la democracia en América Latina requiere también de posturas firmes por parte de esos mismos gobiernos. Y en este sentido, por ejemplo, lo que es preocupante es la actitud de la casi totalidad de los gobiernos latinoamericanos frente a lo que está ocurriendo en Cuba. Es decir, parece bien que los gobiernos latinoamericanos quieran recuperar a Cuba para el sistema internacional de América Latina, pero también deberían exigir como contrapartida un esfuerzo en el proceso de democratización en Cuba, cosa que no ocurre y en general lo que nos encontramos es con un silencio que tiende a bendecir a la dictadura castrista.

Gabriel Salvia: ¿Cuáles serian los líderes que representan la contracara de los populistas?

Carlos Malamud: Es complicado, sobre todo teniendo en cuenta que actitudes populistas encontramos en muchos de ellos. Pero de todas maneras ha habido una serie de líderes que han tenido actitudes bastante distintas de lo que es la generalidad populista y en este grupo podríamos incluir a Ricardo Lagos, a Tabaré Vázquez y al propio Lula.

Gabriel C. Salvia: En el marco de los festejos del bicentenario y sobre los lugares comunes de la historia de América Latina, ¿cuánto hay de verdades, mentiras y muchas mentiras?

Carlos Malamud: Eso es difícil de establecer, sobre todo porque muchas veces nos movemos en un terreno donde lo que imperan no son tanto las verdades o las mentiras, sino las medias verdades. Medias verdades que evidentemente según cómo se utilicen y cómo se plantean pueden dar lugar a malos entendidos o probablemente a re-escrituras interesadas de la historia. Por ejemplo, cuando en Argentina se afirma que la Argentina del bicentenario está en una mejor situación que la del centenario es, por un lado, una obviedad. Pero al mismo tiempo se está encubriendo otra cuestión diferente, que tiene que ver con el gran potencial que tenía la Argentina del centenario frente a la crisis en la que se encuentra la Argentina del bicentenario.

Gabriel C. Salvia: ¿Cómo está viendo los festejos del bicentenario en la región y esto de cómo se reinterpreta la historia?

Carlos Malamud: Los festejos del bicentenario creo que están cumpliendo algo que se planteaba desde sus inicios, si es que son festejos eminentemente nacionales. Por más que se le quiera dar una pátina continental, una pátina inclusive bolivariana, podríamos decir -más allá del turismo presidencial que algunos mandatarios realizan cada vez que hay un festejo en un país vecino o de la región- lo cierto es que estos festejos hasta ahora van teniendo un componente básicamente nacional. Ha sido imposible coordinar proyectos de alcance continental y esto muestra claramente el peso que cada día el nacionalismo tiene en nuestros países. Ahora bien, dicho esto hay que matizar un poco lo que han sido los festejos en los distintos países. En todos ellos evidentemente el poder ha intentado instrumentalizar los festejos. De momento, los países donde se han realizado conmemoraciones han sido Bolivia, Ecuador, Venezuela y Argentina, en este orden. En todos ellos, podríamos decir que bajo la égida de gobiernos populistas, lo cual permite por un lado hacer una comparación general, pero por el otro lado, ver qué pasa en otros países como en México, Colombia a la hora de llegar a estos festejos o Chile inclusive. Pero en Argentina también lo que hemos visto ha sido una gran participación popular en los festejos, un fenómeno muy superior al contemplado en los restantes países que hasta ahora han tenido estas celebraciones.

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