El pasado 2 de diciembre el Congreso Nacional de HONDURAS dio una lección de honor al mundo al ratificar su decisión tomada el 28 de junio de 2009, cuando declararon el cese en el ejercicio de sus funciones del ex presidente Manuel Zelaya y designaron, de conformidad con lo establecido en la Constitución hondureña, al Presidente del Parlamento, Don Roberto Micheletti, como Presidente interino de HONDURAS hasta la culminación del periodo constitucional.
Con esta sesión histórica se dio cumplimiento al Acuerdo de Tegucigalpa que dejaba en manos de la decisión soberana del Congreso la restitución o no de Zelaya en el poder.
Luego de un magistral y democrático debate, cada uno de los diputados hondureños emitió su voto frente a las cámaras de televisión y frente a todo un pueblo que estaba vigilante de lo que ahí ocurría. Fue una sesión emocionante e histórica, sobre todo para los amantes del derecho constitucional y la democracia. Los diputados estuvieron a la altura de las circunstancias y en consonancia con la letra de la Carta Magna y del sentir del pueblo catracho, se decidió por abrumadora mayoría la no restitución de Zelaya en el poder y en consecuencia, mantener vigente la decisión ya tomada el 28 de junio donde se designó a Roberto Micheletti como Presidente Constitucional de HONDURAS.
Esta sesión del Congreso hondureño debe ser transmitida y divulgada en el mundo entero, en todas las facultades de derecho de las distintas universidades del planeta y sobre todo en los parlamentos de los demás países de Latinoamérica, hoy oprimidos por regímenes autoritarios no practicantes de la separación y autonomía de poderes.
Con esta decisión tan trascendental se dio cumplimiento al Acuerdo de Tegucigalpa suscrito por los representantes de Zelaya y Micheletti y apoyado por toda la comunidad internacional y se acordó de manera soberana la no restitución del ex presidente.
Ahora bien, los regímenes comunistas y autoritarios, que son por esencia mentirosos y traidores, ahora pretenden desconocer la decisión del Congreso y en consecuencia pretenden desconocer el acuerdo de Guaymuras, al seguir en sus perversas intenciones de mantener a Zelaya en el poder y no reconocer las legitimas, transparentes y concurridas elecciones generales del 29 de noviembre, donde resultó electo como Presidente el candidato del Partido Nacional Porfirio Pepe Lobo.
Estos gobiernuchos dirigidos por sátrapas corruptos e inmorales no se cansan de hacerle daño a HONDURAS y a su pueblo, que en su inmensa y aplastante mayoría está satisfecho y feliz con todo lo que se ha realizado en este país bendito por Dios. Solo quieren asaltar el poder a como de lugar y colocar a su títere Manuel Zelaya para implantar otro gobierno perpetuo y violador de los derechos humanos como han hecho en otros países latinoamericanos acabando con la libertad de sus ciudadanos.
Lo que no terminan de entender estos personajes siniestros es que HONDURAS es un país digno, con valores y creyente en Dios, con un pueblo amante de la libertad y la democracia y que no está dispuesto a permitir en su territorio otra dictadura más. Para eso cuentan con unas Fuerzas Armadas institucionales y valientes, unas instituciones del Estado fortalecidas, autónomas e independientes y un pueblo soberano y unido, todo lo cual constituye un muro de acero indestructible por las fuerzas de la oscuridad.
Con esta sesión histórica se dio cumplimiento al Acuerdo de Tegucigalpa que dejaba en manos de la decisión soberana del Congreso la restitución o no de Zelaya en el poder.
Luego de un magistral y democrático debate, cada uno de los diputados hondureños emitió su voto frente a las cámaras de televisión y frente a todo un pueblo que estaba vigilante de lo que ahí ocurría. Fue una sesión emocionante e histórica, sobre todo para los amantes del derecho constitucional y la democracia. Los diputados estuvieron a la altura de las circunstancias y en consonancia con la letra de la Carta Magna y del sentir del pueblo catracho, se decidió por abrumadora mayoría la no restitución de Zelaya en el poder y en consecuencia, mantener vigente la decisión ya tomada el 28 de junio donde se designó a Roberto Micheletti como Presidente Constitucional de HONDURAS.
Esta sesión del Congreso hondureño debe ser transmitida y divulgada en el mundo entero, en todas las facultades de derecho de las distintas universidades del planeta y sobre todo en los parlamentos de los demás países de Latinoamérica, hoy oprimidos por regímenes autoritarios no practicantes de la separación y autonomía de poderes.
Con esta decisión tan trascendental se dio cumplimiento al Acuerdo de Tegucigalpa suscrito por los representantes de Zelaya y Micheletti y apoyado por toda la comunidad internacional y se acordó de manera soberana la no restitución del ex presidente.
Ahora bien, los regímenes comunistas y autoritarios, que son por esencia mentirosos y traidores, ahora pretenden desconocer la decisión del Congreso y en consecuencia pretenden desconocer el acuerdo de Guaymuras, al seguir en sus perversas intenciones de mantener a Zelaya en el poder y no reconocer las legitimas, transparentes y concurridas elecciones generales del 29 de noviembre, donde resultó electo como Presidente el candidato del Partido Nacional Porfirio Pepe Lobo.
Estos gobiernuchos dirigidos por sátrapas corruptos e inmorales no se cansan de hacerle daño a HONDURAS y a su pueblo, que en su inmensa y aplastante mayoría está satisfecho y feliz con todo lo que se ha realizado en este país bendito por Dios. Solo quieren asaltar el poder a como de lugar y colocar a su títere Manuel Zelaya para implantar otro gobierno perpetuo y violador de los derechos humanos como han hecho en otros países latinoamericanos acabando con la libertad de sus ciudadanos.
Lo que no terminan de entender estos personajes siniestros es que HONDURAS es un país digno, con valores y creyente en Dios, con un pueblo amante de la libertad y la democracia y que no está dispuesto a permitir en su territorio otra dictadura más. Para eso cuentan con unas Fuerzas Armadas institucionales y valientes, unas instituciones del Estado fortalecidas, autónomas e independientes y un pueblo soberano y unido, todo lo cual constituye un muro de acero indestructible por las fuerzas de la oscuridad.
Por otra parte, el ex Presidente Zelaya, quien al parecer da muestras inequívocas de que ha perdido sus facultades mentales, insiste en hacerle daño a HONDURAS y desconoce el Acuerdo que sus mandatarios firmaron. Con su actitud evidencia que es un hombre sin palabra y sin dignidad, y que lo único que desea es permanecer indefinidamente en el poder violando la Constitución para seguir enriqueciéndose y burlándose de los pobres.
Lo inaudito de todo esto es que gobiernos de otros países como México, Argentina y República Dominicana se presten para una canallada como la que pretendían hacer al sacar a Zelaya de la Embajada de Brasil en condición de Presidente y huésped distinguido y no como asilado político, burlándose del gobierno de HONDURAS y de la voluntad popular.
Ante tantos atropellos ya el gobierno constitucional de Micheletti y el nuevo gobierno de Pepe Lobo no pueden tener mas concesiones con Zelaya y el comunismo, y deben juzgarlo por sus múltiples delitos y por el daño causado a esta nación centroamericana, no permitiendo la salida del ex presidente del territorio hondureño por lo menos hasta que el Presidente electo tome posesión.
El nuevo Presidente electo no debe confiar en ninguno de estos autócratas del siglo XXI o de lo contrario será victima de sus mentiras y manipulaciones, y verá peligrar su gobierno. Por lo que Pepe Lobo tiene necesariamente que mantener la valentía, el coraje y la dignidad que ha demostrado Roberto Micheletti, y no permitir injerencias indebidas ni tolerar violaciones a la soberanía de HONDURAS. Si así lo hace, tendrá el apoyo irrestricto de su pueblo, de lo contrario su gobernabilidad se puede ver comprometida.
Por otra parte, vemos como algunos medios de comunicación internacionales se han prestado para mentir y falsear la realidad de HONDURAS, haciendo ver que hay una dictadura y un país en guerra, cuando la verdad es que es uno de los pocos países en Latinoamérica donde se respira libertad y verdadera democracia.
Estos medios de comunicación y sus periodistas han violado su ética profesional y han causado sufrimientos a un pueblo noble y bueno que no ha perjudicado a nadie y que solo quiere vivir en paz. La maldad de estos medios no tiene perdón de Dios y tarde o temprano tendrán que arrepentirse de sus acciones y de sus injurias.
Mientras tanto, HONDURAS triunfó y aquí solo hay felicidad y fe en el porvenir. HONDURAS es un país con mas futuro que pasado que le esperan cosas grandes y hermosas, porque su gente se merece todo lo mejor por su gran corazón. ¡HONDURAS no te preocupes que siempre estarás protegida por Dios!
Álvaro Albornoz
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