jueves, 29 de octubre de 2009

LA CRISIS ENERGÉTICA ES CONSECUENCIA DE LA IRRESPONSABILIDAD DE CHÁVEZ, LA NOCHE DE LAS CAVERNAS, ROBERTO GIUSTI, EL UNIVERSAL / ND

El pasado nos alcanza, volvemos al siglo XIX y casi no nos damos cuenta de ese veloz viaje a través del tiempo en que nos ha embarcado el decimonónico mortal que nos mandonea, obsesionado por llevarnos a la edad de piedra y convertirnos, como ya lo es él, en hombres de las cavernas. Así, en pleno tercer milenio un país rico en recursos naturales y fuentes de energía se dispone a sufrir un racionamiento crónico de energía y de agua corriente por la supresión parcial de dos servicios básicos que recibía la gran mayoría de los venezolanos como derechos irrenunciables e irreversibles.

La culpa como siempre es de los ricos, de los dueños de los centros comerciales, de los tecnócratas y de los derrochadores consumidores porque, según el Presidente y su nuevo acólito, el flamante ministro de (falta de) Energía, existe una "conspiración energética", una "suerte de paramilitarismo energético" que demanda la aprobación de una ley que "impida "la transferencia de información. Como si el "secreto informativo" o el fárrago legislativo de los diputados más sumisos del mundo fuese la causa de los apagones y de las tuberías secas.

Lo que si se preocupan por ocultar estos militantes de la ignorancia y de la idiotez llevada al poder es que la crisis energética venezolana tiene su origen en la irresponsabilidad, la imprevisión y la incapacidad de un equipo de gobierno, vale decir del Presidente, que luego de casi once años de gobierno no se ocupó de desarrollar los planes de incremento de la oferta energética y el desarrollo de nuevas fuentes hidroeléctricas o termoeléctricas que fueran a la par con el aumento de demanda.

Durante los años de la malhadada democracia representativa y a partir del gobierno de Rómulo Betancourt se inició la construcción de la represa del Guri y 25 años después de continuidad en el proyecto, se culminaba la última etapa de la obra, que preveía un crecimiento anual de la demanda eléctrica en ocho por ciento, según informa del exministro del Ambiente, Arnoldo José Gabaldón. De allí en adelante ya estaba prevista la construcción de otros desarrollos en el río Caroní.

A partir de 1998 y hasta el 2009 el gobierno de Chávez incrementó la oferta de electricidad en un seis por ciento, es decir, menos del uno por ciento anual, siete puntos menos que en cualquier año de la democracia representativa. En otras palabras, no hicieron prácticamente nada a pesar de que a diferencia del ocho por ciento de la demanda (lo cual indica crecimiento económico) que se mantuvo desde los años sesenta hasta los noventa, durante la era Chávez el consumo sólo creció a un promedio del 4%, más de tres puntos en relación con la oferta. Esa, entonces es la verdadera causa de una crisis energética que no tiene solución a corto plazo. Los resultados están ahí y no podemos decir que a la vista porque lo que viene es una larga y tenebrosa noche oscura y sin agua.

rgiusti@eluniversal.com
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LOS COMICIOS SON LA FORMA, PERO COBRAR, EL FONDO, RONNY PADRÓN

Lo anterior es realidad evidente, fácil de comprender. A despecho de nuestra dirigencia demócrata que la prefiere silenciar. A la fecha, la principal temática de aquella tiene como epicentro las parlamentarias de 2010 y su método de selección candidatural.

Por razón aún desconocida, pretende esta dirigencia vender la idea de la unidad candidatural como respuesta eficiente ante el régimen gobernante para el tiempo electoral. Sin asomar siquiera la posible estrategia demócrata contraria al ventajismo electoral socialista, concentran su discurso en las ventajas de los distintos métodos de selección, como si nos fuere desconocido que en la Venezuela comicial de hoy, lo más importante no es el ganar, sino el saber cobrar.

Al efecto, vale recordar la experiencia de Antonio Ledezma, alcalde metropolitano de Caracas en virtud de los 722.822 caraqueños que el pasado 23 de noviembre confiaron en él, brindándole su voto para alcanzar el 52,42% del total; hoy día el régimen le despojó incluso de la sede oficial para despachar, es decir no cobró. Según reseña un importante periódico de tiraje nacional, es el mismo Antonio Ledezma que el pasado jueves 22 tuvo palabras de reconocimiento para el equipo de técnicos en materia electoral que "a la calladita" está luchando por obtener en el CNE condiciones mínimas para garantizar el respeto de la voluntad popular. Asimismo, adelantó: "Ya estamos comprometiendo la presencia en Venezuela de los cuatro costados del mundo de observadores internacionales. No les pedimos que vengan a apoyarnos sino a vigilar la expresión soberana del pueblo". Saquen entonces sus propias conclusiones.

Esta gente pareciera creer que el hecho de negar la naturaleza dictatorial del gobierno socialista, bastará para que ello se convierta en realidad. El problema no es solamente que olviden el 11 de abril, el sacrificio de la gente del petróleo y a nuestros presos políticos, entre otros paradigmas de lucha, sino que incluso se mantengan negados a confrontar al régimen, mediante una propuesta política capaz de derrotar al socialismo en el sentimiento popular, más allá del consabido "Chávez vete ya".

Si los 10 años de caos y un recién nombrado ministro de electricidad que a duras penas sabrá cambiar el enchufe, no resultan suficientes para un despertar de la dirigencia y salga de su mediocridad, no nos queda otra sino alertar a esas mayorías que esperan por gente en quien confiar.

Si algo de favorable tiene el socialismo en gobierno, es su infinita capacidad para mal gobernar, que nos permitirá a los demócratas corregir a esta dirigencia o proveernos de una mejor. No esperemos a que el chiste de la totuma se convierta en realidad. ORA Y LABORA.

RONNY PADRON caballeropercival@cantv.net
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NUEVO DELITO IMPONE PG, ALBERTO JORDÁN HERNÁNDEZ, CON VOZ PROPIA

En el número 21 de sus testimonios violentos, Agustín Blanco Muñoz (ABM) pone al habla al capitán del Ejército Otto Gebauer Morales (OGM), condenado por un nuevo delito, el de ver llorar al PG (Presidente Golpista, como define el historiador teniente coronel Hugo Chávez)

El 11 A Yo lo vi llorar habla el capitan Otto Gebauer, El hijo de Dalile, que me correspondió presentar en Maracay, ofrece interesantes revelaciones dignas de análisis: “un verdadero expediente de la institución armada” y una “Minuciosa Biografía del 11 al 13 de Abril del 2002. Y pone en evidencia la vulneración de derechos humanos, constitucionalmente tratados como ninguna otra Ley Suprema, sin excluir la corrupción, característica de este autoritario régimen.

Es el décimo quinto libro de la citada colección, el séptimo relacionado con el PG. Son estos últimos: Habla el Comandante, publicado a dos meses de la elección de 1998; El Comandante Irreductible Jesús Urdaneta Hernández; Herma Marksman, Chávez me utilizó; La Maisantera Chávez, capitán Luis Valderrama; Del Proyecto al Proceso, comandante Yoel Acosta Chirinos; Habla el que se fue, mensaje de Carlos Ortega; y, El Preso de Opinión, general Francisco Usón Ramírez, preso político y de conciencia.

Después, “Escribir sobre Chávez se ha vuelto un lugar común, pero es también una oportunidad para acceder a un mercado global ansioso por entender lo que ocurre en Venezuela”, reseñaba Marisol Pradas en El Nacional (30/06/2006). Pasan de 576 los editados según estimaciones del historiador Ramón Castellanos, en Últimas Noticias.

Igualmente podría señalarse lugar común a los textos del 11 A, golpe o vacío de poder, tal lo calificó sentencia del Tribunal Supremo de Justicia, que el régimen hizo anular. Un ligero censo nos llevó a contar veintidós libros, en buena parte subsidiados oficialmente.

De acuerdo con la cita periodística, y con referencia a la escasez del líquido vital, diremos de la mayoría de las obras dedicadas al GP, que terminan fastidiando de tanto repetirse, al igual que el cántaro (tapara en su léxico): tanto va al agua que termina rompiéndose.
Volviendo al libro del lloriqueo, OGM revela que “Jamás imaginé que el preso podía ser Chávez”. Cuando le ordenaron custodiar un detenido. Contacto con él tuvo en la mañana del 12 A.

Posteriormente PG manifiesta aprecio a oficiales de custodia; les dio “muchas gracias por haberme protegido, por el trato que me dieron”.

Atención especial tuvo para OGM a quien le regaló las botas norteamericanas que usaba, con el argumento: “no me van a hacer falta porque no me voy a volver a poner el uniforme’. De haber devuelto esas botas, tal se lo pidieron al preso torturado y humillado, hubiera recobrado su libertad, pero su dignidad le impidió aceptar.

“Me negué a mentir y por eso estoy aquí (en la Cárcel de Ramo Verde). Vi a un Chávez llorando y que me diga a mi que es mentira. A ese respecto hay que señalar que las damas son más fuertes que nosotros en este país. Llorando como el propio cobarde, como el hombre que no quiere afrontar lo que le viene producto de la conducta demostrada''. Derramó lágrimas para que le dieran un avión que le llevara a Cuba.

“El PG renunciante es devuelto a Miraflores por los mismos que lo detienen”. Ahora manda preso a quienes lo salvaron y coloca a su lado a quienes trabajaron por su prisión. Nos suministran una lista de los oficiales aludidos en primer término. Allí encontramos unos ascendidos, jubilados; algunos que siguen activos en la FAN; otros a quienes les facilitaron asilo; unos ocho que siguen trabajando. Todos sin juicios abiertos contra ellos.

ALBERTO JORDAN H


albertojordanhernandez@yahoo.es
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IRA SUBTERRÁNEA, ANTONIO COVA, OCTUBRE 21, 2009

Lo que hay que oír es el sordo tronar de la ira popular que crece con los días.

¿Creerá alguien que cuando las masas parisinas enardecidas liberaron a los escasos presos que había en la Bastilla aquel infausto 14 de julio de 1789, fue porque había un líder que ofrecía una “alternativa” a Luis XVI? ¿O porque la oposición a la monarquía ya tenía un plan absolutamente bien armado, capaz de “enamorar” a las masas con un futuro luminoso? ¿O que lo mismo sucedió entre febrero y octubre de 1917 en las calles de San Petersburgo?

Nadie con un mínimo de conocimiento histórico -y respeto por ese mismo conocimiento- cometería tal desaguisado. ¿Por qué, entonces, sobra la gente que se empeña en ver el desenlace que rápido se acerca en este país como una especie de evento académico? Uno donde una oposición sesuda y firmemente unida elabore un admirable “plan de gobierno”, casi que para lo que resta del recién inaugurado siglo, y con un muy atractivo líder se lance -¿por cuáles medios?, nadie se atreve a sugerirlo- a “enamorar” al pueblo, logrando al fin arrancarlo de las manos del déspota que lo mantiene encandilado.

Me permito disentir radicalmente de esa visión; una que casi siempre corresponde a elucubración tardía -es decir, cuando los acontecimientos ya son historia antigua- de gente que, ni estuvo allí en el momento preciso, ni si hubiera estado habría entendido nada. No, yo creo que la Historia es tan clara que uno no sabe a cuenta de qué nos empeñamos en no ver lo que nos grita desde cada una de sus páginas.

Hasta ahora la mayoría de los grandes cambios políticos han sido paridos con dolor y muchas veces sin que nadie los esperase para cuando llegaron raudos y sonoros. Es más, quienes se enseñoreaban con un poder absoluto y por eso mismo abusivo, jamás imaginaron que en muy po- cos días caerían estrepitosamente. ¿Creen ustedes que los Ceaucescu en Rumania imaginaron nunca que cuando convocaron a aquella gigantesca manifestación de apoyo a su brutal dictadura terminarían fusilados a las pocas horas?

Ni tampoco la gente, agotada y desesperanzada, tenía en mente el voraz y tormentoso desarrollo que en muy poco tiempo iban a protagonizar. ¿Imaginaron las mujeres de París que, asediadas por el hambre, emprenderían el camino a Versalles al grito de “¡Queremos pan, queremos pan!”. De allí lo traerían junto con los reyes, a quienes proclamarían sus “huéspedes” en la notoria mazmorra de las Tullerías?

No, amigos, esas cosas pasan y nadie puede predecir cuándo, ni de qué modo. Y como decía Kapuscinski: son inesperadas acciones de un pueblo que, de súbito, desahoga su hartazón. Después de un largo silencio, ese día, justo ese, estalla en mil pedazos su aguante, y de un manotazo da al traste con el despotismo que impúdicamente hacía de las suyas.

En todos los casos históricos que conocemos hay un patrón: al principio los abusos del poder se ensañan con grupos exiguos, muy minoritarios. Envalentonado por sus logros y el silencio obsecuente de los abusados -y de la población que temerosa observa, conteniendo la respiración para no hacerse notar- el régimen amplía y amplifica sus abusos: ahora más gente, nuevos grupos, se ven arrastrados al calvario. Y eso envalentona más a los secuaces del déspota. Conscientes de la total impunidad de que disfrutan, nada les impide exhibir sus tropelías. El poder se siente blindado y por tanto invencible.

Mientras, la ira sorda va minando el piso que le sostiene y las víctimas van acumulando las facturas. El poder no cae en la cuenta de que lo que ofrecía a cambio: real sin medida, prebendas a granel, son bienes no renovables y, que al verse despilfarrados por los mismos aprovechadores que le acompañan, rápido se agotan. Y lo hace mientras las necesidades de la población sometida aumentan.

Las quejas, al principio apenas musitadas, se van haciendo más estentóreas y, como anotó Tocqueville sobre la monarquía borbón en vísperas del estallido revolucionario, el poder, ya muy debilitado no ve el abismo, sino que cree que aún pisa terreno firme y controlado. Cree, como dicen en Venezuela, que puede “huir hacia adelante”. Pero adelante están los rápidos del río cuya corriente enloquece. A esas alturas, ya no hay vuelta atrás. Sólo el precipicio.

¿No creen que tiene poco sentido ver si el hombre “baja” unos puntos en las encuestas, cuando lo que hay que oír es el sordo tronar de la ira popular que crece con los días? La irritación por los racionamientos se desborda por doquier, ¿es que no la perciben en cada mirada, no sienten su resuello en cada silencio ominoso, en cada huelga?

Antonio Cova Maduro
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