jueves, 17 de septiembre de 2009

*GUERRA DE TITANES, UN ESCENARIO GEOECONÓMICO QUE IGNORA O DESCONOCE CHÁVEZ, ANDRÉS SIMÓN MORENO ARRECHE

Igual que en la mitología griega, los actuales Estados Titanes, esos que en el ayer reciente de la historia de la humanidad y aún hoy día descuellan en casi todos los aspectos del desempeño humano, son gobernados por sistemas y personas cuya su estatura moral y ética han demostrado ser excepcionales. Tres de estos Estados Titanes muestran su excepcional fortaleza en un combate de profundos contrastes que se desarrolla sobre las arenas del destino humano; ellos son China, el Titán Amarillo, Europa el Titán Azul y América en Titán Blanco. Esta es la realidad geoeconómica en la que debe luchar la economía venezolana y éstos, los tres titanes que lideran la contienda:

El Titán amarillo resplandece su poder desde el Oriente. Tiene la fortaleza endógena de un mercado de más de mil quinientos millones de personas con la más alta tasa de desarrollo. La sociedad china era fundamentalmente agraria y ello contribuyó a la permanencia de los valores culturales, al inmovilismo y tradicionalismo milenario que han caracterizado a la civilización china. El auge de China se inició con la gran dinastía Tang (618-907), con la que gozó del periodo más dilatado de prosperidad de la historia mundial. De hecho, la época de la dinastía imperial Tang está considerada por muchos historiadores como la era más gloriosa de la vasta historia de China.

Tras el final de la Guerra Civil China, el Gobierno de la nueva República Popular, bajo la dirección del Partido Comunista de China, comenzó a aplicar una serie de reformas económicas de carácter socialista, tales como la nacionalización de las empresas privadas y la colectivización de la agricultura. Los dirigentes chinos apostaron en un primer momento por el modelo soviético de desarrollo, apoyado en un pacto de cooperación económica con la Unión Soviética, que se reflejaría en el Primer Plan Quinquenal que se desarrolló entre los años 1953 y 1957.

Tras el Primer Plan Quinquenal, el líder chino Mao Zedong decidió alejarse del modelo soviético Las medidas económicas fueron conocidas como el Gran Salto Adelante, que fue en realidad un brinco abismal hacia la pobreza y la hambruna, durante la cual fallecieron 20 millones de personas, y la Revolución Cultural destruyó la quinta parte de su patrimonio cultural.

Después de dicho fracaso en 1958 los dirigentes comunistas chinos empezaron a dar marcha atrás, paralizando y revirtiendo las políticas adoptadas en este periodo. Las políticas económicas pasarían a un segundo plano debido al intenso conflicto ideológico en el seno del Partido, que se manifestaría en la Gran Revolución Cultural Proletaria, periodo durante el cual muchos líderes del Partido fueron apartados del poder.

El nuevo líder que tomó las riendas del poder a la muerte de Mao en 1976, fue un comunista de la vieja guardia llamado Deng Xiaoping, enfrentó una tarea titánica y sin precedentes dada la devastación del país, su inmenso territorio y su numerosa población. Pero Deng tenía un modelo económico inmejorable y cercano por seguir para emprender el desarrollo de China: Taiwán. El PNB de la isla había crecido entre 1960 y 1965 a una tasa promedio altísima: 9.5%. China no había logrado superar el 4.7%. Y entre 1965 y 1972, mientras el PNB chino se había elevado apenas un punto porcentual, Taiwán creció a la tasa de 10.1%. Deng adoptó la receta taiwanesa como base para la ofensiva económica que bautizó como las cuatro modernizaciones y cuyo objetivo era el "desarrollo económico por cualquier medio".

Aunque el Estado conservaba su función planificadora, se comenzó a fomentar la creación de empresas privadas, a la vez que se alentaba la entrada de capital extranjero, necesario para financiar el desarrollo de infraestructuras y de una base industrial que en ese momento, finales de los años 70, era aún muy pobre. A principios de los setenta, el gobierno local había firmado "contratos" con familias campesinas, dejándolas en libertad para plantar lo que desearan a cambio de una cuota para el Estado y permitiéndoles vender el excedente en el mercado. La producción agrícola de la provincia se incrementó 24% en un periodo de tiempo de 3 años (entre 1976 y 1979.

En unos cuantos años, surgió una clase de pequeños empresarios que multiplicaron la producción del campo y establecieron industrias procesadoras de alimentos. Las reformas económicas contribuyeron a un crecimiento económico muy intenso a lo largo de los años 80 y para mediados de esa década, el liderazgo chino y los ministerios del gobierno tenían ya una red de institutos dedicados a la investigación, y equipos de asesores nacionales y extranjeros para promover y encuadrar legal y diplomáticamente la modernización del país.

Un buen número de industrias fueron calificadas como "centros experimentales", y se dejó en libertad a empresarios y directores para establecer una estricta disciplina, modernizar los métodos de producción y despedir a los trabajadores ineficientes y dar bonos a quienes sobresalieran en el trabajo. En 1984, se establecieron Zonas Económicas Especiales (ZEE7) en 14 ciudades costeras, que debían promover áreas de desarrollo industrial y podían otorgar exención de impuestos para los inversionistas extranjeros.

Después se establecieron 3 triángulos cuyo objetivo era acelerar el crecimiento económico. El modelo establecido por Deng Xiaoping estaba ya consolidado cuando pasó las riendas en 1990, a su sucesor, Jiang Zemin. Los herederos compartían su proyecto. Zemin modificó la estructura y los principios del Partido Comunista e incorporó nuevas regiones al desarrollo que se había concentrado en el sureste.

Desde el inicio de los años noventa, la demanda interna de China, junto con sus importaciones, ha crecido con mucha firmeza y el país ha desempeñado una función fundamental de difusión y sostenimiento del impulso de crecimiento en todo el mundo en desarrollo, un proceso al que no se deben poner trabas. Sin embargo, a partir de 1992, Deng Xiaoping dio el respaldo definitivo a las reformas económicas, con su famosa inspección del sur, el viaje en el que visitó las zonas de mayor crecimiento económico.

Tras la confirmación de que la política económica mantenía la orientación reformista y de apertura de los mercados chinos al exterior, la economía alcanzó tasas de crecimiento económico sin precedentes. En ese año el crecimiento del PIB alcanzó el 14,2% manteniéndose en torno al 10% durante los años siguientes, hasta la actualidad. Las políticas de reformas económicas implementadas por China desde 1978 y su ingreso en la Organización Mundial del Comercio, la han convertido en un motor de las economías asiáticas.

Con su ingreso a la OMC los productos elaborados en China han logrado acceder a los mercados internacionales e incrementar las tasas de crecimientos y los índices de exportaciones e importaciones, para la región asiática, al formularse la interrogante, ¿Es o puede ser el comercio un promotor de desarrollo? Todo parece indicar que no es el comercio el que genera desarrollo sino al contrario: en la medida en que los países prosperen es que podrán participar en el comercio mundial de mejor manera y beneficiarse más ampliamente del acceso a los mercados.
El Titán azul es Europa y su comunidad de naciones y es, nominal y porcentualmente, el más grande. Aunque acosada de cerca por el Titán amarillo, la economía de la Unión Europea es la más grande del mundo, según el Fondo Monetario Internacional. En 2005 superó en mil millones de euros a la estadounidense y a pesar de que en 2008 tuvo un crecimiento del PIB negativo (-0.5%) las cifras globales de la economía de este Titán son abrumadoras: 1.110 millardos de euros en exportaciones sólo en el año 2002 (excluidas las intracomunitarias) dirigidas principalmente a países clientes como Estados Unidos, Suiza, China y Japón. Los principales productos de exportación, líderes en sus respectivos renglones son: maquinaria, vehículos, aviones y productos farmacéuticos. La estructura del PIB de la comunidad europea en 2003, distribuida por sectores del PIB total es: Agricultura, Silvicultura y Pesca 2%. Industria y construcción 28%. Servicios 70%. Si estas cifras son impactantes (vistas desde la perspectiva de un 2009 sombrío) la historia de este Titán Azul lo es más todavía: Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, las economías de los países de Europa quedaron virtualmente destruidas, lo que dio fin a la tradicional hegemonía europea en el mundo. Las dos nuevas superpotencias: tanto Estados Unidos (EE.UU.) como la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), tenían un poder económico superior al del conjunto de los estados europeos.

Con el fin de ayudar a la recuperación económica de Europa y así evitar que su parte occidental cayera en el comunismo, los Estados Unidos elaboran el Plan Marshall, un plan de ayuda económica que empezó en 1948 y acabó en 1951 y que aportó más de 12.700 millones de dólares a diversos estados europeos (principalmente a Reino Unido, Francia, Alemania, Italia y Países Bajos).

Con el Tratado de París, en 1951, se constituye la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA), primera piedra del desarrollo económico de la Unión Europea, que desde entonces no ha dejado de consolidarse hasta convertir a la unión en la primera potencia comercial, pues actualmente representa el 20% de las importaciones y exportaciones mundiales. Con posterioridad a la CECA se inició la liberalización del comercio entre sus Estados miembros, lo que constituye la clave en el éxito de la Unión. Fue entre 1950 y 1979 cuando se vivió una etapa de fuerte y continuado crecimiento económico, que se acabó con la crisis del petróleo de 1973. Una vez superada esta crisis, los estados europeos volvieron a crecer económicamente, pero nunca tanto como durante aquellos 20 años.

Tras la incorporación de los nuevos miembros, hasta un total de 27 países en 2007, se consideran como áreas económicas más importantes y con características propias de la Unión Europea las siguientes: El área continental, constituida por Francia, Alemania, Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo y Austria. Es la de mayor peso económico, con una fuerte concentración industrial y la que se ha considerado como motor de la economía de la Unión.

El área mediterránea de España, Italia, Grecia, Eslovenia, Portugal, Malta y Chipre. Su nivel de desarrollo es elevado, ligeramente menor que el del área continental, pero concentra el turismo y una importante parte de la agricultura más productiva de la Unión. En el momento en el que Turquía entre a formar parte de la Unión Europea, esta área será una de las más dinámicas y de mayor mercado.

El área del Báltico la forman Finlandia, Suecia y Dinamarca, a los que se han unido Lituania, Estonia, y Letonia. Por un lado son economías muy dinámicas, de gran riqueza forestal y altas inversiones y desarrollo en tecnología, pero su peso no es muy acentuado debido al menor volumen de población y producción que el área continental.
El área del Este, formada recientemente por la mayoría de Estados incorporados. Se caracteriza por ser la de menor desarrollo económico, la que precisa todavía una fuerte reconversión en distintos sectores industriales y mantiene unas vinculaciones económicas importantes entre los propios países que la integran, fruto de su pasado reciente. Estos estados serían tales como Hungría, Rumanía, Chequia, Bulgaria, Eslovaquia y Polonia.

Y el área Británica del Reino Unido e Irlanda, una economía muy consolidada, de fuertes vínculos con la economía de Norteamérica (especialmente con Estados Unidos). y con grandes reservas de petróleo y carbón.

Pero la unión de Europa, cuyos resultados económicos están a la vista, consolidó su estructura siendo una unidad económica monetaria. La Unión Económica y Monetaria (UEM) hace referencia a la zona con una moneda única dentro del mercado único de la Unión Europea, donde las personas, las mercancías, los servicios y los capitales circulan sin restricciones. Conforma el marco para la estabilidad económica, sustentada en un banco central independiente y las obligaciones jurídicas impuestas a los Estados miembros, consistentes en aplicar políticas económicas sólidas y en coordinarlas estrechamente.

Puesto que los intercambios comerciales entre los Estados miembros de la Unión Europea alcanzan el 60% de su comercio total, la Unión Económica y Monetaria es el complemento natural del mercado único. Este mercado funciona con mayor eficacia y desarrolla plenamente sus efectos beneficiosos gracias a la eliminación de los elevados costes de transacción, generados por la conversión de las monedas nacionales y las incertidumbres asociadas a la inestabilidad de los tipos de cambio.

El Euro, la moneda de la eurozona o zona euro, compuesta en 2008 por quince de los 27 Estados miembros de la Unión Europea entró en circulación el 1 de enero del 2002, mientras que el Banco Central Europeo (su sede principal está en la ciudad de Fráncfort del Meno) fue creado diez años antes, en 1998, de conformidad con el Tratado de Maastricht, para introducir y gestionar la nueva moneda, efectuar operaciones con divisas y garantizar el buen funcionamiento de los sistemas de pago. Es también responsable de fijar las grandes líneas y ejecutar la política económica y monetaria de la UE, mantener la estabilidad de precios en la zona euro y preservar el poder adquisitivo del euro. El BCE sustituyó al Instituto Monetario Europeo (IME), institución monetaria creada en 1994 dentro del marco de la UE que tenía su sede en Fráncfort del Meno, y su misión consistía en coordinar la política económica y monetaria de los estados miembros y en preparar la introducción del euro.

La Unión Europea es la primera potencia económica del mundo, y de acuerdo con las cifras del Fondo Monetario Internacional para 2006, supera holgadamente a los Estados Unidos. Según estas cifras del FMI para 2006, el PIB nominal de Europa es de 13.926.873.000.000 $ (el estadounidense es de 13.228.391.000.000 $). Lo cual hace que el PIB (nominal) per cápita de la Unión Europea en 2006 sea de 29.899 $ (en EEUU es de 44.168 $).

Hay que acotar que la economía europea está saliendo de una crisis económica que ha provocado que el crecimiento económico en Estados como Alemania o Italia sea negativo en algunos ejercicios, pero tanto los estados del Este como algunos del oeste (España o Irlanda) el crecimiento económico es importante y las economías están en plena expansión, creciendo por encima de la economía americana (que creció a un 3,3% en 2005), aun así, el conjunto de la economía europea crece por debajo del nivel de la estadounidense o de la china.

La Unión Europea es miembro de la Organización Mundial del Comercio y mantiene una saludable relación bilateral con Rusia, del cual es el principal socio comercial; sostiene una balanza económica favorable con la mayoría de países africanos, con los países europeos no pertenecientes a la UE y a partir de 2005 también con la República Popular China, con transacciones que superan los 100.000 millones de euros al año. Sin embargo la Unión Europea aún no ha reconocido al país asiático como una economía de mercado. Mientras tanto Francia pidió el levantamiento del embargo de armas que Europa mantiene con China desde los hechos de la Plaza de Tian'anmen en 1989. Paralelamente (y dentro del ambiente globalizado que impone la post modernidad) la Unión Europea ha manifestado interés en cerrar acuerdos de libre comercio con dos grupos. Uno es la Comunidad Andina de Naciones, constituida por Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú, y el otro grupo es el Mercado Común Centroamericano.

Estados Unidos de Norteamérica, el Titán blanco, es el más poderoso de los tres. Los Estados Unidos tienen una economía mixta capitalista, que es alimentada por abundantes recursos naturales, una infraestructura desarrollada, y una alta productividad. De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, el PIB los Estados Unidos es de más de $ 13 billones y constituye más del 25,5% del producto bruto mundial a tipos de cambio del mercado y más del 19% del producto bruto mundial en paridad de poder adquisitivo (PPA). Es el PIB nacional más grande en el mundo, siendo inferior al PIB combinado de la Unión Europea y a su PPA en 2006.

La dinámica de la economía de los Estados Unidos hace que este país ocupe el undécimo lugar en la lista de países por PIB nominal per cápita y el octavo en la de países por Producto Interno Bruto a valores de paridad de poder adquisitivo per cápita. Es el mayor importador de bienes y tercer mayor exportador. Canadá, México, China, Japón y Alemania son sus principales socios comerciales, y el principal producto de exportación es la maquinaria eléctrica, mientras que los vehículos constituyen la principal importación. La deuda nacional es el más grande del mundo, equivaliendo en 2005 al 23% del total mundial. Como porcentaje del Producto Interno Bruto, la deuda de los Estados Unidos ocupa el trigésimo lugar entre los 120 países sobre los cuales se dispone de datos.

Estados Unidos tiene ricos recursos minerales con extensos yacimientos de oro, petróleo, carbón y uranio. Las industrias agrícolas son los principales productores del país de maíz, trigo, azúcar, y tabaco, entre otros productores. El sector manufacturero produce, entre otras cosas, automóviles, aviones, armamento y electrónicos. La industria más grande es ahora el sector servicios en cual trabajan unos tres cuartos de los residentes. La actividad económica varía bastante en las diferentes regiones del país.

Varios países han enlazado su moneda con el dólar estadounidense (como la República Popular China), y otros lo han adoptado como su propia moneda, como Panamá, Ecuador y El Salvador, por ejemplo, lo cual ha fortalecido a una economía que actualmente es cada vez más vulnerable. En 2003, los Estados Unidos figuraron como el tercero de los destinos turísticos más visitados; sus 40,4 millones de visitantes son menos que los 75 millones de Francia y los 52,5 millones de España.

Han aparecido nuevas señales de que la recesión que comenzó en diciembre de 2007 ha dejado de profundizarse. Entre las cifras recientes se cuentan las ventas minoristas que cayeron apenas 0,1% después de un salto de 1,8% en enero. La construcción de casas se incrementó 22% en febrero a una tasa anual estacionalizada de 583.000 frente al mes anterior. Las ventas de casas nuevas subieron 4,7% en febrero, dijo el gobierno esta semana. Una parte del PIB sube fuertemente. El gasto federal se incrementó 7,0% en el cuarto trimestre, un salto mayor al 6,7% esperado. Los gastos del tercer trimestre subieron 13,8%. El gobierno estadounidense ha estado gastando dinero para aliviar el golpe de la recesión y rescatar a Wall Street. Sin embargo, los gastos de los gobiernos locales y estatales cayeron 2,0% mientras que hace horas, el Director de la Reserva federal, Ben Bernanski, anunció oficialmente que el país iniciaba una lenta pero sostenida reactivación económica, luego de una crisis que en su momento fue comparada con la recesión de los años ’30 del siglo pasado.

Venezuela y la guerra de los Titanes:
En esta ‘Guerra de Titanes’, las actuales estrategias geoeconómicas se desarrollan sobre una nueva realidad mundial, consolidada en el transcurso de los últimos 25 años y marcada por tres elementos particulares: La desintegración de la URSS y su modelo económico sustentado en el comunismo; el vertiginoso crecimiento económico de la República Popular China con su doble modelo estructural y la materialización de la unidad económica de buena parte de Europa. Estos cambios han potenciado nuevos polos para la economía mundial que han impulsado el proceso de Globalización. Ahora, la otrora insuperable potencia económica de EE.UU. enfrenta al bloque europeo que le disputa la supremacía en varios campos. Prueba de este enfrentamiento es la disputa que sostienen los dos bloques a causa del éxito del fabricante europeo Airbus que destronó a la estadounidense Boeing como principal fabricante de aviones a nivel mundial.
La República Popular China ha decidido incrementar sus relaciones comerciales con la Unión Europea, en detrimento de los intereses de Japón, que durante las últimas décadas había sido el principal socio comercial de ese país. El impulso de la economía de la Unión Europea se basa principalmente en el llamado "eje franco-alemán", que desde hace cuatro décadas trabaja en la defensa de una política europea y por extensión, una política global conjunta, que constituye el motor de la economía de la unión.

Mientras las estrategias geoeconómicas marcan la ‘hoja de ruta’ de un progreso mundial sostenido sobre los tres titanes de la economía, pareciera que en Venezuela se traza un rumbo equivocado, una trayectoria desconocida, para navegar a la deriva sobre el Mar de las Incertidumbres: Agredimos al Titán Blanco, nuestro aliado comercial tradicional; estamos fuera de los intereses geopolíticos del Titán Amarillo y nos alejamos del marco democrático, que como conditio sine qua non exige el Titán Azul para hacer cualquier tipo de transacciones comerciales con Venezuela.

Es evidente que el más reciente de los periplos turísticos del Presidente Chávez, que lo ha llevado por ‘lo peorcito’ de África, Asia y Europa, nos ha colocado en la mira de los titanes. Los tres nos observan y marcan distancia, y mientras contabilizan el riesgo, uno de los miembros del Titán Azul se arriesga a recibirle en La Moncloa (Rex inclusum) más por asegurar la existencia de sus inversiones que la de incrementarlas. Estamos en el comienzo de la década de ‘las vacas flacas’ y eso lo sabe el señor Presidente. Por eso agrede al pueblo. Por eso aprovecha los últimos cartuchos petroleros para viajar. Por eso vuelve a huir pa’lante, sin saber que pa’lante es para allá, donde lo espera el Destino rodeado por los tres titanes de la economía mundial.

Andres Simon Moreno Arreche
andresmorenoarreche@gmail.com

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