*TEODORO PETKOFF ESCRIBIÓ: “NO USES A LOS NIÑOS”
Portada - Martes 22 de Julio de 2008 1 / TalCual
Este diario fue multado con la bicoca de 105 millones de los bolívares de antes, por la supuesta violación de la Ley de Protección del Menor (Lopna), tan sólo por mencionar, en un artículo del humorista Laureano Márquez, el nombre de Rosinés, la hija menor del Presidente. La "carta" de Laureano a ésta, por demás cariñosa, habría incurrido, a juicio de los integérrimos policías de la moral, en el horrible delito de violar la intimidad de la niña. Eso llevó a que se confabularan, interpretando los deseos de Yo-El-Supremo, el Consejo del Niño, la Fiscalía y una jueza de Barquisimeto, para salir en "defensa" de los derechos de la menor. Naturalmente, salimos multados y de no ser por la colecta pública y la magnífica reacción solidaria de nuestros lectores habríamos salido también quebrados. Nos preguntamos ahora dónde estaban esos funcionarios el domingo pasado, cuando en su Aló, Presidente, Yo-ElSupremo dedicó horas a manipular políticamente a decenas de niños y adolescentes, haciéndolos partícipes de sus monsergas políticas, poniéndolos a recitar y cantar textos y canciones "revolucionarias", francamente adulantes de su persona y a gritar las consignas políticas de la "revolución".
Esta sí que constituyó una violación descarada y absolutamente inmoral de la Lopna. Todo lo que dice esta Ley que no se debe hacer con los niños lo violentó Chacumbele con la mayor impudicia. Si la sola mención, una vez, del nombre de su hija, fue castigada con la multa de 105 millones, a Chacumbele habría que meterlo preso por lo que hizo el domingo pasado. Fue un espectáculo revulsivo, que recordaba el de tantos y tantos dictadores que gustaban de rodearse de niñitos, para fingir su amor por el pueblo y el de éste por ellos.
Para colmo, de las rejas de Miraflores, cerradas para la ocasión, fue desalojada, por la custodia del sagrado recinto, una pequeña multitud de niños que se había aglomerado allí para mirar el show, presidido, por cierto, por una gigantesca figura de...
Mickey Mouse, que escapó, vaya a saberse cómo, al celo vigilante del más grande líder anti-imperialista de la historia universal.
Un desliz así podía perdonársele al Chávez de 1998, quien todavía no había descubierto el camino de la Verdad y celebró el primer año de su hija en un salón del Círculo Militar, ornado con peluches de Winnie the Pooh. Pero, ¿al de ahora, campeón de la épica guerra contra la invasión cultural del imperio? ¡Qué inconsecuencia, my God, como diría el propio,
quien siempre saluda a Fidel –vaya uno a saber la razón de este ridículo capricho– en el aborrecible lenguaje de los "esteits: jaguaryú, Fidel?
Portada - Martes 22 de Julio de 2008 1 / TalCual
Este diario fue multado con la bicoca de 105 millones de los bolívares de antes, por la supuesta violación de la Ley de Protección del Menor (Lopna), tan sólo por mencionar, en un artículo del humorista Laureano Márquez, el nombre de Rosinés, la hija menor del Presidente. La "carta" de Laureano a ésta, por demás cariñosa, habría incurrido, a juicio de los integérrimos policías de la moral, en el horrible delito de violar la intimidad de la niña. Eso llevó a que se confabularan, interpretando los deseos de Yo-El-Supremo, el Consejo del Niño, la Fiscalía y una jueza de Barquisimeto, para salir en "defensa" de los derechos de la menor. Naturalmente, salimos multados y de no ser por la colecta pública y la magnífica reacción solidaria de nuestros lectores habríamos salido también quebrados. Nos preguntamos ahora dónde estaban esos funcionarios el domingo pasado, cuando en su Aló, Presidente, Yo-ElSupremo dedicó horas a manipular políticamente a decenas de niños y adolescentes, haciéndolos partícipes de sus monsergas políticas, poniéndolos a recitar y cantar textos y canciones "revolucionarias", francamente adulantes de su persona y a gritar las consignas políticas de la "revolución".
Esta sí que constituyó una violación descarada y absolutamente inmoral de la Lopna. Todo lo que dice esta Ley que no se debe hacer con los niños lo violentó Chacumbele con la mayor impudicia. Si la sola mención, una vez, del nombre de su hija, fue castigada con la multa de 105 millones, a Chacumbele habría que meterlo preso por lo que hizo el domingo pasado. Fue un espectáculo revulsivo, que recordaba el de tantos y tantos dictadores que gustaban de rodearse de niñitos, para fingir su amor por el pueblo y el de éste por ellos.
Para colmo, de las rejas de Miraflores, cerradas para la ocasión, fue desalojada, por la custodia del sagrado recinto, una pequeña multitud de niños que se había aglomerado allí para mirar el show, presidido, por cierto, por una gigantesca figura de...
Mickey Mouse, que escapó, vaya a saberse cómo, al celo vigilante del más grande líder anti-imperialista de la historia universal.
Un desliz así podía perdonársele al Chávez de 1998, quien todavía no había descubierto el camino de la Verdad y celebró el primer año de su hija en un salón del Círculo Militar, ornado con peluches de Winnie the Pooh. Pero, ¿al de ahora, campeón de la épica guerra contra la invasión cultural del imperio? ¡Qué inconsecuencia, my God, como diría el propio,
quien siempre saluda a Fidel –vaya uno a saber la razón de este ridículo capricho– en el aborrecible lenguaje de los "esteits: jaguaryú, Fidel?